Golpe a Wagner

Las últimas horas con vida de Yevgueni Prigozhin

El jefe de Wagner visitó los dominios del grupo de mercenarios en África antes de regresar a su San Petersburgo natal

En esta imagen tomada de un vídeo difundido por el canal de telegramas Razgruzka_Vagnera el 21 de agosto de 2023, Yevgeny Prigozhin, propietario de Wagner, habla a una cámara en un lugar desconocido
En imágenes difundidas por el canal de Telegram Razgruzka_Vagnera, el difunto jefe de Wagner, Yevgueni Prigozhin, aparece en MalíASSOCIATED PRESSAgencia AP

Yevgueni Prigozhin dedicó sus últimas horas con vida a reforzar la presencia del Grupo Wagner en África. Los líderes del continente que habían contratado los servicios de la oscura compañía de mercenarios no tenían claro si el oligarca iba a ser capaz de mantener en pie el negocio después de haber desafiado abiertamente el liderazgo del presidente ruso Vladimir Putin. Aquello parecía una línea roja. Como quedaría demostrado poco después, las dudas estaban justificadas. El jet privado en el que viajaba Prigozhin en compañía de seis miembros de Wagner y otros tres integrantes de la tripulación se estrellaba a las afueras de Moscú. No hubo supervivientes, según el Ministerio de Emergencias ruso.

Unos días antes, el avión privado del oligarca había aterrizado sin incidentes en Bangui, la capital de la República Centroafricana. Allí le esperaban el presidente Faustin-Archange Touadéra y su jefe de inteligencia, Wanzet Linguissara, para hablar de negocios, según The Wall Street Journal. Prigozhin garantizó en todo momento a sus interlocutores que la rebelión armada que había protagonizado contra la cúpula militar rusa no supondría ningún impedimento para mantener el flujo de inversiones y mercenarios en África Central. Se equivocaba.

En ese mismo momento, una delegación de funcionarios del Ministerio de Defensa ruso a los mandos de Serguéi Shoigú, a quien Prigozhin insultó durante meses en plena invasión de Ucrania y a quien intentó desplazar del cargo en la denominada «marcha de la justicia» hacia Moscú, transmitía el mensaje contrario a los clientes del Grupo Wagner en Libia. El Kremlin estaba tomando el control formal de la red de negocios de la compañía militar. Según el WSJ, quien encabezaba la misión rusa era precisamente Yunus-Bek Yevkurov, la mano derecha de Shoigú.

Prigozhin, por su parte, aprovechó su estancia en Bangui para recibir a una delegación de cinco comandantes de las Fuerzas de Apoyo Rápido de Sudán, una de las facciones en guerra en ese país, a cuyo líder, el sanguinario paramilitar Mohamed Hamdan Dagalo —más conocido como Hemedti—, Prigozhin ha asistido en su lucha por el poder contra el Ejército regular sudanés de Abdel Fattah al-Burhan.

El cabecilla de Wagner puso rumbo Malí, donde la compañía de mercenarios ha conseguido asentar su principal base de operaciones en el Sahel con la connivencia de la junta militar golpista que encabeza Assimi Goita. En Bamako, la capital, Prigozhin grabó un vídeo. Su último vídeo. En las imágenes, difundidas a través de sus terminales mediáticas, el oligarca arengaba a sus combatientes y decía estar dispuesto a «hacer más grande a Rusia en todos los continentes». Pero no tuvo mucho más tiempo. Unas horas después hacía escala en el aeropuerto moscovita de Sheremétievo antes de dirigirse a su San Petersburgo natal. Nunca regresó.

Dos falsos compradores

Alexandra Yulina y Serguéi Klokotov, dos nombres que no figuran en la lista de fallecidos en el incidente, entraron en la mañana del miércoles el jet de negocios Embraer Legacy 600 unas horas antes de que la aeronave se estrellara en mitad de la región de Tver, a las afueras de Moscú. El avión estaba en venta. Pero también en reparación en el aeropuerto de Sheremétievo por la avería del turbo-refrigerador, de acuerdo con el portal de noticias ruso MK.

El hombre y la mujer de mediana edad se habían presentado como dos posibles compradores de un vehículo difícil de adquirir como consecuencia de las sanciones estadounidenses que pesan sobre la aeronave desde 2019.