Nutrición

Adiós a las dietas sin hidratos: la tajante advertencia de los científicos sobre su peligro para el corazón

Demonizados desde hace más de un siglo y convertidos en el enemigo a batir en muchas dietas, los carbohidratos reclaman su lugar en una alimentación saludable mientras la ciencia desmonta mitos y advierte de los riesgos de suprimirlos

Alimentos con carbohidratos
Alimentos con carbohidratoslarazon

La obsesión por eliminar grupos enteros de alimentos de nuestra dieta es un error que la ciencia moderna se esfuerza en corregir. Los expertos insisten en que la salud es un asunto demasiado complejo como para demonizar a los hidratos de carbono, y abogan por valorar la dieta en su conjunto por encima de cualquier restricción drástica. De hecho, han surgido herramientas más precisas, como el «Carbohydrate Food Quality Score», que evalúan la calidad de los alimentos por su contenido en fibra o potasio, considerando las legumbres, las verduras, las frutas y los cereales integrales como carbohidratos de alta calidad.

De hecho, esta nueva perspectiva científica ha servido para desmontar mitos muy arraigados, como los que rodean a la popular dieta Paleo. La idea de que nuestros antepasados no comían carbohidratos ha sido desmentida por estudios recientes que revelan justo lo contrario: consumían una gran cantidad de alimentos ricos en almidón, un factor que, según los investigadores, habría impulsado la expansión de sus cerebros. La pérdida de peso que muchos experimentan con estos regímenes a menudo se debe, simplemente, a una notable reducción de la ingesta calórica total.

Sin embargo, esta evidencia choca frontalmente con una percepción social muy extendida. La dietista Katherine Metzelaar lo constata en su consulta, donde, según afirma, la totalidad de sus clientes varones le confiesa tener un profundo temor a los carbohidratos. Este recelo es una buena muestra de cómo algunas ideas sin base científica pueden calar en la sociedad, un fenómeno que se ve a menudo reforzado por tendencias pasajeras en el mundo del bienestar y la nutrición.

El origen de un recelo con más de un siglo de historia

Este miedo, no obstante, no es un fenómeno reciente. Su popularidad moderna se disparó en 1972, cuando el doctor Robert Atkins publicó un libro en el que, sin aportar un solo dato clínico que lo respaldara, calificó los hidratos de «veneno». Aquella idea germinó con fuerza en los años noventa, en un momento de gran preocupación social por el aumento de la obesidad y la sensación generalizada de que la «guerra contra la grasa» se había perdido.

Pero la aversión viene de mucho más atrás. Ya en el año 1863, el conocido como plan Banting-Harvey se convirtió en la primera gran dieta baja en carbohidratos que ganó cierta fama. Incluso alimentos tan básicos como la patata llegaron a ser despreciados en el siglo XVIII, al asociarse de forma peyorativa con la dieta de los irlandeses. Más tarde, la simplificación excesiva de herramientas como el Índice Glucémico, creado para diabéticos, no hizo más que aumentar la confusión general.

En este sentido, la ciencia actual no solo desmonta estas creencias, sino que alerta de los peligros reales de seguirlas. Diversos estudios han vinculado las dietas bajas en carbohidratos y altas en grasas con un mayor peligro cardiovascular y una reducción de la esperanza de vida, lo que demuestra que la solución nunca estuvo en la eliminación, sino en el equilibrio y la calidad de lo que comemos.