Consejos
9 hábitos que debemos evitar para no envejecer rápido
Hay pequeñas costumbres que aunque parezcan inofensivas y no notemos su efecto inmediato, con el paso del tiempo, pueden hacer que parezcamos más mayores de lo que somos
Los hábitos o costumbres no son algo que llevemos implantado en nuestro ADN sino que es parte del proceso del proceso de aprendizaje y de las influencias de nuestro entorno. Pese a ello, muchos forman parte de nuestra vida cotidiana. Los hábitos son acciones o comportamientos que repetimos con frecuencia y se encuentran presentes en todos los ámbitos de nuestro día a día y, aunque cada vez estamos más concienciados con llevar un estilo de vida saludable, hay pequeños hábitos que aunque parezcan inofensivos, afectan negativamente a nuestro cuerpo y por lo tanto a nuestra salud. Aunque no notemos su efecto inmediato, con el tiempo puede que parezcamos más mayores de lo que en realidad somos. Conocer cuáles son estos hábitos nos permitirá reconocerlos y evitarlos en la medida de lo posible.
Tomar el sol a diario
Aunque existen multitud de beneficios por tomar el sol, la exposición excesiva a este es peligrosa ya que supone la principal causa de cáncer de piel, incluidos el carcinoma de células escamosas y de células basales, además de acelerar los procesos de envejecimiento de la piel. La radiación solar causa un daño que se acumula y que tiene efectos en el ADN, en el tono y aspereza de la piel y en la destrucción de colágeno. Largas exposiciones a la luz solar hará que nuestra piel presente arrugas más profundas y manchas más visibles. Y aunque en las pieles jóvenes las fibras se regeneren con más facilidad, con el paso de los años, las personas que se expongan de manera excesiva al sol, parecerán tener más edad.
Tener pocas relaciones sociales
Una investigación llevada a cabo por la Escuela de Medicina de Harvard defiende que socializar es la clave para evitar la aparición de la depresión. Y aunque no es un remedio milagroso, sí que ayuda a nuestro cuerpo a equilibrarse. Asimismo, varias investigaciones han demostrado que aquellos que tienen fuertes lazos sociales tienen un 50% más de probabilidades de vivir más tiempo que aquellos que tienen relaciones sociales pobres o insuficientes. Por lo tanto, aunque debido a la pandemia está siendo muy difícil socializar, es algo que debemos practicar, aunque no sea físicamente.
Pasar mucho tiempo con el teléfono móvil
Es uno de los grandes problemas del siglo XXI. Según un estudio de la Fundación “la Caixa”, el 35% de los jóvenes españoles son incapaces de controlar su dependencia del teléfono móvil. Asimismo, un ensayo publicado en la revista “Plos One”, explica que la media de horas que pasamos delante del móvil podría llegar a las ocho horas. Esto hace que sea muy difícil escapar de las luces azules, que se ha demostrado que cambian las células de la piel y causan un envejecimiento prematuro.
Alimentarnos de forma poco saludable
Comer de manera poco saludable puede afectar seriamente a nuestro cuerpo. El consumo habitual de azúcares añadidos, alimentos ultraprocesados o carnes rojas, afecta a nuestro estado celular acelerando el envejecimiento. Beber más agua, reducir el consumo de azúcares añadidos, aumentar el consumo de frutas y verduras, reducir los ultraprocesados o consumir menos carne roja, nos ayudará a vivir de forma más saludable, además de permitirnos una adecuada respuesta inmune y envejecer mejor.
Falta de actividad física
Es importante adoptar hábitos de vida saludables, como una rutina de ejercicios. Las formas regulares, tanto aeróbico como de entrenamiento de resistencia, ayudan a defenderse del proceso de envejecimiento, mientras que la inactividad física predispone a las personas al envejecimiento problemático y conlleva a una serie de problemas de salud crónicos. Una investigación reveló que hacer menos de 7.000 pasos diarios o aproximadamente de 30 a 45 minutos de ejercicio casi todos los días, provoca que el cuerpo se deteriore más rápido y desarrolle prematuramente diabetes, cáncer, hipertensión y osteoporosis.
Fumar o beber alcohol
Una investigación publicada en la revista “Journal of Epidemiology & Community Health” reveló que el consumo excesivo de alcohol y tabaco están relacionados con signos visibles de envejecimiento físico. Aunque beber moderadamente no se asocian con el envejecimiento biológico, según explica Europa Press.
Mantener niveles altos de estrés
El estrés altera el sueño, daña la vista y hace que tengamos mal aspecto. A todo este desgaste emocional hay que añadir la aceleración de los signos del envejecimiento, que en algunos casos tardarían entre 10 y 20 años en aparecer. Algunos de los efectos son: patas de gallo, líneas finas en la frente, manchas en la piel y círculos oscuros debajo de los ojos. Además, según un estudio realizado este mismo año, el estrés podría ser heredable.
Falta de relaciones sexuales
La ausencia de practicas sexuales, sobre todo en el caso de la eyaculación masculina, puede llevar a la aparición de enfermedades cardiovasculares o cáncer. Pero no sólo ayuda a prevenir enfermedades, el sexo, además, puede hacerle parecer hasta 12 años más joven, según un estudio divulgado por la revista de salud “Prevention”.
No descansar adecuadamente
Las investigaciones relacionan la falta de horas de sueño y de descanso con la presión arterial alta, la diabetes, el aumento de peso e incluso con el envejecimiento de la piel. Durante el descanso se ponen en marcha mecanismos de regeneración y reparación. Cuando el descanso es insuficiente o de mala calidad, esa reparación no se completa y las células activan vías alternativas para compensar los defectos que van surgiendo en ellas. Dormir menos de 7 horas diarias sin interrupciones afecta la circulación, favorece la aparición de arrugas prematuras, bolsas en los ojos y flacidez.
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