Los cuatro alimentos que debes eliminar del desayuno

El desayuno debe proporcionar entre el 15 y el 25 por ciento de la energía que necesita el organismo diariamente. Lo que supone, según un estudio de la Fundación Española de Nutrición, la ingesta de unas 300-500 kcal para una persona sana con unas necesidades de 2.000 kcal.

La primera comida del día debe incluir diferentes tipos de nutrientes y tiene que suponer, de media, el 20 por ciento de las recomendaciones diarias.

El desayuno debe incluir, al menos, cuatro tipos de alimentos para llevar una dieta equilibrada y saludable y es necesario eliminar determinados productos muy comunes en la primera comida del día.

Así, hay que evitar los alimentos ultraprocesados, que se relacionan enfermedades cardiovasculares, obesidad, diabetes tipo 2, cáncer y, en general, con un mayor riesgo de mortalidad. En este grupo se incluyen los cereales, barritas de cereales y bollería industriales.

Los alimentos fritos tampoco deben formar parte del desayuno ya que el aceite de la fritura añade grasa saturada al organismo.

Además, el pan blanco elaborado con harinas refinadas es mejor sustituirlo por plan integral para las tostadas de la mañana.

Los batidos y zumos envasados tampoco son la mejor opción para el desayuno y no sustituyen a una de las tres piezas de fruta imprescindibles para una dieta saludable.

Imprescindibles

El primer alimento del día debe ser variado y nutricionalmente equilibrado por lo que hay que elaborar un menú con las comidas básicas.

Uno de los alimentos que no pueden faltar en un desayuno sano son los lácteos y sus derivados. La leche, los yogures y el queso tienen un elevado valor nutritivo que, además de proveer energía al cuerpo, son una fuente de proteínas de alto valor biológico, grasa, hidratos de carbono (lactosa) y de otros nutrientes como calcio, magnesio, fósforo, zinc, yodo, selenio y de vitaminas del complejo B, así como de A y D (vitaminas liposolubles).

El segundo grupo de los imprescindibles para comenzar bien el día es el de los cereales. Este alimento es una de las principales fuentes de hidratos de carbono y fibra de la dieta y suministran hasta el 20% de las proteínas necesarias. Además proporcionan cantidades apreciables minerales como el fósforo y el potasio y, en menor proporción; calcio, magnesio y hierro. Sin embargo, hay que dar prioridad a los cereales y derivados integrales o elaborados con harinas de grano entero.

La fruta es esencial para una dieta variada y equilibrada y, por tanto, hay que incluirla en la primera comida del día. Los principales componentes de las frutas son los hidratos de carbono, fibra, vitaminas A y C y minerales. Se recomienda la fruta fresca y entera, que aporta más fibra, frente a los zumos.

Los frutos secos son el cuarto elemento para confeccionar el desayuno perfecto porque aportan omega-3, minerales como calcio, potasio y magnesia, así como proteínas y vitamina E.

Para completar desayuno se puede incluir otros alimentos como aceite de oliva virgen extra, tomate, huevos, jamón, salmón, legumbres, miel, mantequilla o mermelada, de forma esporádica.