
Terapia
Cómo tratar el lipedema: terapias innovadoras para reducir dolor y recuperar movilidad
Tratamientos conservadores, cirugía linfática y nuevas tecnologías abren un horizonte esperanzador para las pacientes

El lipedema sigue siendo, para muchas mujeres, un diagnóstico tardío y poco comprendido. Se trata de una enfermedad crónica del tejido graso que provoca una acumulación desproporcionada de grasa, principalmente en piernas y brazos, acompañada de dolor, inflamación y sensación de pesadez. Aunque suele confundirse con obesidad, no responde a dieta ni ejercicio. Su impacto físico y emocional es profundo, afectando la movilidad, la autoestima y la calidad de vida.
La medicina ha identificado diferentes grados de la enfermedad, desde una acumulación leve de grasa hasta fases más avanzadas en las que se producen deformidades y linfedema asociado. Cada etapa requiere un abordaje específico, y en los últimos años la investigación médica ha impulsado nuevos tratamientos que combinan la tecnología, la fisioterapia y la cirugía especializada para mejorar los síntomas.
Tratamientos conservadores: la base del manejo del lipedema
Las terapias conservadoras continúan siendo el primer paso en el manejo del lipedema. El drenaje linfático manual, el uso de prendas de compresión y los ejercicios de bajo impacto han demostrado reducir la inflamación, aliviar el dolor y mejorar la movilidad. Estas técnicas buscan favorecer la circulación y disminuir la acumulación de líquido y grasa inflamatoria, permitiendo a las pacientes retomar parte de su actividad cotidiana.
Ejercicio adaptado y fisioterapia especializada
La fisioterapia adaptada al lipedema centrada en ejercicios acuáticos, estiramientos y trabajo muscular suave ayuda a mantener la movilidad sin agravar la inflamación. Centros especializados han desarrollado programas personalizados que combinan tecnología de ultrasonido, presoterapia y plataformas vibratorias, potenciando el drenaje linfático y el alivio del dolor.

Alimentación antiinflamatoria y hábitos saludables
El estilo de vida también juega un papel importante. Diversos estudios señalan que una dieta baja en carbohidratos y rica en grasas saludables puede reducir la inflamación y los episodios de dolor. Además, mantener una rutina regular de descanso y evitar el sedentarismo mejora los resultados de cualquier terapia.
Nuevas tecnologías para el tratamiento no invasivo
La innovación médica ha permitido desarrollar tratamientos no quirúrgicos que ofrecen mejoras significativas sin pasar por el quirófano. La vibroterapia y la terapia de ondas de choque son algunas de las técnicas más prometedoras: actúan directamente sobre las células grasas y el tejido inflamado, favoreciendo la oxigenación, la regeneración y la reducción del volumen en las extremidades.
Asimismo, tecnologías como LPG Endermologie un sistema de masaje mecánico con succión controlada han demostrado reducir la inflamación, mejorar la firmeza de la piel y aliviar la sensación de pesadez. Estas opciones, aplicadas en sesiones periódicas, contribuyen al bienestar general de las pacientes y pueden combinarse con la fisioterapia tradicional.
Cirugía del lipedema: técnicas que preservan la salud linfática
Cuando los tratamientos conservadores no son suficientes, la cirugía puede ser una alternativa eficaz. La liposucción especializada para lipedema busca eliminar el tejido graso patológico sin dañar los vasos linfáticos, una diferencia crucial frente a las liposucciones convencionales.
Las técnicas más avanzadas como la liposucción asistida por agua (WAL), la asistida por vibración (PAL) o la de ultrasonido (Vaser) permiten extraer la grasa de forma más precisa y segura. En muchos casos, las pacientes experimentan una reducción considerable del dolor, una mejora de la movilidad y un alivio duradero de los síntomas.
Estas cirugías se realizan por etapas, dependiendo del grado de lipedema y del volumen que se deba retirar. Posteriormente, se recomienda un tratamiento postoperatorio con drenaje linfático y uso de prendas compresoras para optimizar los resultados y prevenir complicaciones.
Investigación y futuro del tratamiento del lipedema
En los últimos años, la investigación sobre el lipedema ha avanzado de manera significativa. Ensayos clínicos internacionales comparan la efectividad de la liposucción frente a terapias conservadoras, con resultados preliminares que confirman mejoras en dolor, movilidad y calidad de vida.
Además, se están desarrollando estudios que buscan entender mejor el origen genético y hormonal de la enfermedad, así como su relación con la inflamación crónica y la función del sistema linfático. Estas líneas de investigación podrían abrir la puerta a tratamientos farmacológicos en el futuro y a un diagnóstico más temprano y preciso.
Una enfermedad real que exige visibilidad y diagnóstico temprano
El principal reto del lipedema sigue siendo su reconocimiento. Miles de mujeres en el mundo pasan años sin diagnóstico o con tratamientos ineficaces porque se confunde con obesidad o celulitis. La falta de formación médica y la escasa difusión pública agravan el problema, retrasando el acceso a terapias efectivas.
Sensibilizar al personal sanitario y a la sociedad es clave para mejorar el pronóstico de las pacientes. Cuanto antes se identifique el lipedema, más efectivos serán los tratamientos conservadores y menor será la necesidad de recurrir a cirugía.
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