Pleitesía diplomática
Se llama Ómicron para no ofender al presidente chino
La OMS se saltó la letra griega Xi, que era la que tocaba, porque es su apellido
A la hora de bautizar a la variante más reciente del SARS-CoV-2, Ómicron, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha saltado dos letras del alfabeto griego, una de las cuales resulta ser también un apellido popular en China, compartido incluso por su presidente Xi Jinping. La OMS ha venido utilizando letras griegas para referirse a las variantes de coronavirus más extendidas, que de lo contrario llevarían largos nombres científicos. Ya había empleado 12 letras de dicho alfabeto antes de que apareciera la nueva variante en Suráfrica esta semana. Después de Mu, la duodécima con nombre de letra griega, seleccionaron el nombre Ómicron, en lugar de las dos letras intermedias.
«Se omitieron dos letras, Nu y Xi, porque Nu se puede confundir con demasiada facilidad con ‘nuevo’ en inglés y XI no se utilizó porque es un apellido común en China. Las mejores prácticas de la OMS para nombrar nuevas enfermedades (desarrolladas en conjunto con la FAO y la OIE en 2015) sugieren evitar causar ofensa a cualquier grupo cultural, social, nacional, regional, profesional o étnico», aseguró la citada organización.
Algunos expertos han sugerido que se ha omitido el nombre de Xi porque supondría una burla al presidente chino Xi Jinping , a quien el director general de la organización, Tedros Adhanom, se apresuró a elogiar por su «transparencia» al comienzo de la pandemia. El domingo pasado, diversos internautas en Twitter comenzaron a señalar que Mu, la variante anterior, es un apellido mucho más común que Xi. De acuerdo con el sitio web Forebears, considerada como la base de datos más grande del mundo en los que se refiere a distribución de nombres y apellidos, Xi es el 708º apellido más común del mundo, con 774.021 titulares. El apellido Mu, en cambio, es el 527º más común, con 1.028.966 personas.
Además, no se ha tenido en cuenta el hecho de que Nu también es un apellido que se encuentra principalmente en Myanmar y Honduras, y sólo se hizo hincapié en su posible significado confuso para los angloparlantes. De hecho, todas las letras griegas anteriores a Ómicron son apellidos documentados, lo que para algunas voces invalida la premisa de evitar los apellidos con sus variantes.
La decisión de asignar un nombre parece indicar que se han elegido las letras en función de consideraciones políticas y no de las directrices establecidas por la organización. Todas las variantes reciben nombres científicos que representan su parentesco y la cadena de evolución. Ómicron, por ejemplo, también se conoce por su designación más científica B.1.1.529, que muestra que ha evolucionado a partir del linaje B.1.
Dado que estas denominaciones no son fácilmente memorizables, las variantes más extendidas empezaron a recibir el nombre del país en el que se registraron por primera vez: «variante del Reino Unido», «variante de la India», «variante de Suráfrica» o «variante de Brasil». Para eliminar la conexión con países específicos, lo que provocaba el uso de nombres y el juego de culpas, la OMS decidió este sistema de nomenclatura.
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