Mrecado laboral

Un mecánico veterano sentencia que: "Hay trabajo, pero la gente no está por la labor"

Con más de cuatro décadas en talleres, este veterano del motor lamenta la falta de relevo generacional en su oficio

Comprobación mecánica de la presión de los neumáticos con manómetro
Comprobación mecánica de la presión de los neumáticos con manómetroDreamstimeDreamstime

Juan lleva 44 años trabajando entre motores. A su edad, ha visto cómo la mecánica ha cambiado por completo y cómo su profesión, una de las más arraigadas del sector industrial, se enfrenta ahora a un problema de continuidad. “En nada. Ni siquiera el motor”, responde cuando le preguntan en qué se parecen los coches de hoy a los de sus inicios.

El avance tecnológico ha transformado el trabajo de los mecánicos. La llegada de los motores eléctricos, los sistemas electrónicos y la digitalización ha convertido el oficio en una profesión cada vez más técnica y especializada. Sin embargo, mientras las exigencias crecen, la vocación entre los más jóvenes parece disminuir. “Va a ser muy difícil. A mí me queda poco para marcharme. La gente no está por la labor”, reconoce con resignación.

El sector de la automoción constata desde hace años esta falta de relevo. Talleres y concesionarios coinciden en que cada vez cuesta más encontrar profesionales formados o dispuestos a trabajar en el mantenimiento de vehículos. Los expertos señalan la dureza del trabajo, los salarios ajustados y la percepción de que se trata de una profesión de otra época como principales causas del desinterés.

Un oficio con futuro, pero sin aprendices

Juan insiste en que el problema no es la falta de empleo. “Trabajo hay para todos”, recalca. Mientras muchos profesionales veteranos se jubilan sin encontrar sustitutos, algunos jóvenes comienzan a abrirse camino en la mecánica. Es el caso de Alejandro, de 21 años, que asegura que “los motores le tranquilizan” y que ha decidido formarse de manera continua para quedarse en el sector.

Su entusiasmo, sin embargo, sigue siendo una excepción. “Ninguno” de sus amigos comparte su vocación, admite. El contraste entre la experiencia de mecánicos veteranos como Juan y la pasión incipiente de jóvenes como Alejandro refleja el desafío al que se enfrenta la automoción: garantizar el relevo generacional y preservar un oficio que evoluciona con la tecnología, pero que necesita nuevas manos para seguir girando.