Coronavirus

Cola en el súper y mercados vacíos: el coronavirus llega a Triana

La pandemia ha alterado de forma significativa los hábitos de consumo

El coronavirus ha alterado de forma significativa los hábitos de consumo. Los andaluces están comprando compulsivamente en los supermercados, literalmente desbordados por la afluencia de clientes, mientras que los mercados de toda la vida están casi desiertos. El confinamiento obligado hace aflorar la necesidad de acumular víveres para varios días, dadas las restricciones de movimiento. Sin embargo, los comercios de proximidad no están registrando un trasiego tan intenso de compradores, por lo que muchos se verán abocados al cierre.

Cada mañana se forman largas colas a las puertas de los supermercados, con una separación de más de un metro entre los clientes. Dentro de los establecimientos, se toman todas las precauciones: guantes y líquido antiséptico antes de elegir los productos. Las puertas se cierran cada vez que entra un nuevo comprador y se vuelven a abrir cuando salen. Hay variedad de productos, aunque escasea el papel higiénico, el arroz, la pasta y los lácteos.

Por contra, los mercados de abastos siguen teniendo abundancia de género, pero registran una afluencia de público escasa. En Triana, por ejemplo, el miedo al coronavirus se ha hecho notar. En su mercado, ubicado junto al puente, en pleno enclave turístico, apenas había clientes esta mañana. Un cortador de jamón aseguraba a LA RAZÓN que este panorama parecía una película. “Es un cuento, una pesadilla”, señaló mientras se afanaba con el cuchillo y la paleta. “Espero que esto dure poco y que luego venga todo el mundo a comprar jamoncito, cuando llegue la normalidad”. Otro tendero recordaba que, al ser un lugar de paso para los turistas, había clientes de muchas nacionalidades, antes de decretarse el estado de alarma. “Teníamos muchísimo público de Estados Unidos, Inglaterra, Dubái y de todos los países del mundo. Pero se ha ido todo al traste. Esperemos que esto vuelva a funcionar de aquí a seis meses. La gente de Triana está muy asustada, vienen a comprar pero está la cosa fastidiada”.

Un pescadero apuntaba que no había problemas de suministro. “Está todo relativamente estable, los precios no han subido y la calidad del género es bastante buena”. Sin embargo, apuntaba que “la afluencia de público no está siendo muy elevada, pero la gente que viene gasta mucho porque compra para varios días”. Su recaudación era como la de un día habitual, eso así, con muchos menos clientes.