Coronavirus

La Operación Paso del Estrecho aviva la confrontación en la recta final de la desescalada

El presidente de la Junta no ve “lógico” que se suspendan ferias y se permita “una concentración de tres millones de personas durante cuatro meses”

Un total de 3.340.045 pasajeros y 760.215 vehículos. Fueron las cifras más significativas que la Operación Paso del Estrecho (OPE) arrojó el año pasado, un operativo que ahora está más en el aire que nunca, tras más de treinta años organizándose, por la crisis sanitaria del coronavirus. El cierre de fronteras, la limitación de movimientos y el riesgo que supone concentrar en espacios reducidos a personas de diferentes nacionalidades -cada país ha abordado de forma distinta la gestión del Covid-19- están provocando recelos en la Junta de Andalucía, tanto que el presidente autonómico, Juanma Moreno, trasladó el pasado domingo al jefe del Ejecutivo central, Pedro Sánchez, la posibilidad de cancelar los tránsitos a Marruecos y de vuelta hacia España porque “no se dan las circunstancias ideales”. Casi el 80 por ciento de los pasajeros pasan por el puerto de Algeciras, lo que genera “cierto temor a la ida y a la vuelta” dado el actual de estado de alarma y la falta de información sobre el impacto de la epidemia en los países del Magreb.

Hoy ha vuelto a instar al Gobierno a estudiar el asunto de manera “seria y rigurosa” y remarcó que “no es lógico” que se estén suspendiendo ferias y romerías, que concentran a 3.000 y 4.000 personas, y se permita “una concentración de tres millones de personas durante cuatro meses de un lado a otro entre dos continentes”.

Sánchez, por su parte, avanzó que un grupo de trabajo formado por miembros de diferentes ministerios está estudiando la situación. Además, confirmó que se están manteniendo contactos con gobiernos del resto de Europa, y con el Gobierno de Marruecos, para tomar una decisión al respecto. Precisamente, en el marco de la OPE transitan personas procedentes de Francia, Bélgica y Holanda, aparte de España y Marruecos como puntos de origen y destino.

El operativo debería arrancar el próximo 15 de junio, aunque las restricciones en la movilidad lo impedirán. Habitualmente, la priemra fase -en la que se producen los desplazamientos hasta Marruecos- dura hasta el 15 de agosto. La segunda, la de retorno, abarca del 15 de julio al 15 de septiembre. España no abrirá sus fronteras hasta el 1 de julio y la principal incógnita es qué hará Marruecos. El Gobierno alahuí las cerró hermáticamente el 13 de marzo y, desde entonces, sólo ha permitido operaciones especiales de salida para vuelos o ferris de repatriación de turistas o residentes en países extranjeros. Mantiene el estado de emergencia sanitaria prorrogado hasta el miércoles, pero se desconoce si, después de esta fecha, levantará las restricciones y permitirá la apertura de las fronteras o la reanudación del tráfico aéreo y marítimo para personas.

Lo cierto es que tras este drástico cierre unos 32.000 marroquíes que estaban circunstancialmente fuera de su país no pudieron regresar a sus hogares. De ellos, sólo pudieron volver en operaciones muy puntuales unos 500 por vía terrestre desde Ceuta y Melilla y otros 600 en unos vuelos especiales desde Argelia.

Las cifras de la OPE del año pasado supusieron un “récord de tránsito”, según el Ministerio del Interior, con un 3 por ciento más de pasajeros y 3,5 por ciento más de vehículos respecto a 2018. El puerto que más pasajeros acogió fue el de Algeciras, con un total de 230.498, seguido del puerto de Almería con 67.046. Otros puntos de partida y llegada son los puertos de Tarifa, Málaga y Motril.

El dispositivo incluye a 21.000 personas, la son miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, de la Dirección General de Tráfico, de Puertos del Estado, sanitarios, traductores y de la de Cruz Roja. La superficie utilizada para los embarques da muestra de la dimensión del operativo, aunque también arroja dudas sobre las medidas sanitarias y de distanciamientos que habría que aplicar. De hecho, cuenta con 7.500 metros cuadrados de muelles, 508.000 metros cuadrados de explanadas, aparcamientos y zonas de servicios -el equivalente a 51 campos de fútbol-, 35.000 metros cuadrados de sombra, 16.000 plazas de aparcamiento para turismos y 32 atraques.

En esta recta final de la desescalada, la OPE está avivando la confrontación política. A las voces de Moreno y Sánchez se ha unido la opinión del vicepresidente de la Junta, Juan Marín, quien ha criticado que el Gobierno central “escurra el bulto” y “no vea los problemas reales que llegan”. En un tono más crítico se ha mostrado el PSOE-A, que ha considerado “preocupante” que el presidente de la Junta, “se posicione de una manera o de otra en función de donde venga el extranjero”. Por su parte, Adelante Andalucía ha acusado a Moreno de trasladar unas declaraciones “racistas” y de “odio al pobre”. “Nos alarma y ofende que a un presidente de la Junta le preocupe el Covid que pueda venir de las pateras o de los trabajadores del norte de África mucho más del que pueda venir por parte de determinados principitos que se vienen de juerga a Andalucía, o de personas blancas del norte de Europa que vienen a hacer turismo a Andalucía”, ha criticado la coalición de izquierdas.