Coronavirus

El confinamiento de la Generalitat: una promesa incumplida y varios choques internos

Se alejan las elecciones en Cataluña, mientras que el Govern insiste en sus reproches a Sánchez por la centralización de competencias

La Generalitat concluye que hay aspectos "mejorables" en la gestión de las emergencias químicas
El presidente de la Generalitat, Quim Torra. GENERALITAT DE CATALUNYAlarazonGENERALITAT DE CATALUNYA

La crisis sanitaria derivada del coronavirus ha obligado a rehacer sobre la marcha toda la estrategia política de Cataluña. Aparcado momentáneamente el “procés” por la gravedad de la pandemia, en un primer momento quedaba por resolver qué hacer con la convocatoria electoral anunciada por el propio Quim Torra. El president prometió que desvelaría la fecha una vez aprobados los presupuestos en el Parlament y tras la crisis derivada por la retirada de su acta de diputado, ejecutada por el máximo responsable de la Cámara, Roger Torrent (ERC).

Al cruzarse el coronavirus por el camino, Torra dio marcha atrás, aparcó la idea y aseguró que nadie entendería ahora una llamada a las urnas. Un anuncio avalado por los “comunes”, que sostuvieron la aprobación de las cuentas el pasado 24 de abril. De hecho, el president y su gabinete anunciaron la elaboración de un nuevo plan de legislatura basado en la reactivación económica postconfinamiento, una estrategia con la que aparca su promesa de convocar elecciones en un plazo corto de tiempo.

Sin embargo, la situación de Torra y su inhabilitación por desobediencia al no descolgar una pancarta a favor de los presos dentro del plazo dictado por la JEC están en manos del Tribunal Supremo, que debe decidir si ratifica la sentencia del TSJC que aparta del cargo al president durante 18 meses. De ser así y cuando suceda -ahora mismo, con el Estado de Alarma y la pandemia, es una incógnita- el president en funciones pasaría a ser Pere Aragonès y se abriría un plazo para nombrar y votar a otro candidato -algo que parece imposible- o convocar automáticamente.

Oposición permanente a Sánchez

Con este escenario en pausa y en pleno inicio de la desescalada, el Govern de Torra ha pasado la crisis del coronavirus entre polémicas reclamaciones a Pedro Sánchez y disputas internas entre socios. Una de las primeras controversias la protagonizó el propio Torra en una entrevista en la BBC en la que dio a entender que el Ejecutivo español no consideraba necesario confinar a la población en sus casas, un mensaje que le valió reprimendas desde el propio Gobierno y la oposición.

Y la segunda gran polvareda de la Generalitat la levantó la portavoz, Meritxell Budó, quien aseguró en una Cataluña independiente habría habido menos muertos y contagiados ya que, a su juicio, se hubieran tomado medidas “15 días antes”.

El Govern también protagonizó una particular cruzada contra los hospitales e instalaciones de campaña levantados por el Ejército o la Guardia Civil -en Sabadell o Sant Andreu de la Barca- y tuvo que dar marcha atrás en sus críticas a la Unidad Militar de Emergecias y llegar a solicitar la ayuda de su personal sanitario.

Con los planes para pedir el desconfinamiento de los menores o la desescalada por franjas horarias, por ejemplo, Torra siempre ha querido ir un paso al frente aprobando estrategias pese a no tener competencias para aplicarlas y luego reclamarlas al Ejecutivo central. Ahora, la reclamación es que Cataluña quede fuera del Estado de Alarma si se acaba prorrogando o poder ser la “autoridad competente”.

Peleas entre socios

La crisis crónica que vive el independentismo ha aflorado durante la gestión de la pandemia de coronavirus. Las disputas salieron a la luz con el aumento de los casos y fallecidos en residencias: Torra criticó abiertamente que desde el Palau de la Generalitat se había descuidado la atención sociosanitaria (en manos de ERC) y había fallado la comunicación. Los republicanos, por su parte, trataron de solucionar internamente el conflicto y traspasaron las competencias al área de salud.

También se produjo otro notable rifirrafe entre un diputado de Junts per Catalunya y la consejera de Salud, Alba Vergés (ERC), en el ranscurso de una comparecencia parlamentaria. Josep Riera le preguntó sobre si se habían comunicado bien las cifras de fallecidos de Igualada, algo que indignó a Vergés. “Ya está bien de jugar con las cifras de los muertos”, le replicó. Cabe recordar que los republicanos lideran los principales departamentos al frente de esta crisis.

El penúltimo capítulo tuvo a Josep Costa (JxCat) y Roger Torrent (ERC) como protagonistas. Un micro abierto en el ordenador del postconvergente dejó al descubierto su estrategia para aliarse con Ciudadanos y restar protagonismo a Torrent, quien quería hacer un donativo de dos millones de euros del Parlament a la Generalitat para luchar contra el coronavirus.