Sánchez y Vox agradecen al PP

Me duele, pero no voy a hablar de laguerra fraticida entablada en el PP entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso, porque su final se vislumbra dudoso. Dudoso sobre el superviviente, pero con la seguridad de que sangre de caído habrá. El tiempo dirá si con reguero o simplemente charco. Lo cierto es que ayer los presidentes del Gobierno de España, Pedro Sánchez, y de Vox, Santiago Abascal, se frotaban las manos a la vez que, con sus más allegados, descorchaban el champán en señal de agradecimiento a los inquilinos de la calle Génova y Puerta del Sol.

Por su parte y en contraprestación, los presidentes de Andalucía, Galicia y Región de Murcia, los populares Alberto Núñez Feijóo, Juanma Moreno y Fernando López Miras, se preguntaban junto a sus colaboradores qué delito habían cometido para recibir un castigo de semejante, para sin comerlo ni beberlo se encuentren con tan sorprendente e inesperado enemigo. Sin campaña, sin mítines, sin debates, aparece en su horizonte un vía crucis que deberán recorrer sin contar con la ayuda de los tradicionales cirineos. Más aún, sin ningún interés en que aparezcan en el camino hacia su Gólgota.

El epílogo, por el momento, muestra un escenario en el que Pedro Sánchez recibe la bombona de oxígeno cuando más acorralado se encuentra y precisamente de quien debería asistirle con la Extremaunción. Según cuentan las malas lenguas, que haberlas haylas, ha expuesto en la web de Moncloa ofertas de establecimientos de loterías y estancos para quien hubiera menester.

Pero ¡si yo no iba a escribir de esto!. Así es la vida.