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“Worth”: Michael Keaton contra el olvido institucional del 11-S

El veterano actor se pone en la piel de Kenneth Feinberg, el abogado al que el Congreso estadounidense encargó organizar el fondo de compensación a las víctimas del 11-S

Michael Keaton es Kenneth Feinberg en "Worth", que se estrena en cines el 10 de septiembre
Michael Keaton es Kenneth Feinberg en "Worth", que se estrena en cines el 10 de septiembreLa Razón

Aunque parezca frívolo, la angustia se puede medir en minutos. La de un país como Estados Unidos, otrora faro del nuevo liberalismo y las democracias occidentales, concretamente, duró 102. Conteniendo la respiración, entre las 08:46 y las 10:28 horas del 11 de septiembre de 2001, entre el primer impacto en la torre sur del World Trade Center y el colapso de la torre norte, la sociedad estadounidense vivió su primer trauma colectivo desde el ataque a Pearl Harbor y además lo hizo dónde más dolía, en el epicentro de su ciudad más global y en los cimientos de la joya del célebre «skyline» neoyorquino.

La herida, más allá de los conflictos de Irak y Afganistán, o el lúgubre recordatorio de la tragedia que es pasar por el control de cualquier aeropuerto del mundo hoy en día, ha encontrado en el cine una especie de leucocito recurrente. Bien sea por yodo patriótico, como en ese cine en el que han hecho caja los Mark Wahlberg o los Clint Eastwood («Día de patriotas», «El único superviviente», «El francotirador»), bien sea por infusión democrática («La hora más oscura», «The Report», «World Trade Center»), parece que Hollywood no está dispuesto a dejar que el horror cicatrice del todo. De hecho, la sangre seca y el polvo de Manhattan han dado paso a un cine de escala traumática que no se vio nunca antes con otras tragedias de incluso peor saldo vital: de las excelentes «United 93» (Paul Greengrass, 2006) o «Fahrenheit 9/11» (Michael Moore, 2004), pasamos a la romantización de la tragedia con mórbidos taquillazos como «Querido John» o la infame «Recuérdame».

Stanley Tucci, líder fortuito de las víctimas del 11-S en "Worth"
Stanley Tucci, líder fortuito de las víctimas del 11-S en "Worth"larazonAP

El recuerdo de una herida

Veinte años después de los atentados, con los magufos más centrados en la vacunación que en las teorías de la conspiración del atentado, la directora Sara Colangelo (conocida por su adaptación de «La profesora de parvulario») intenta restaurar el primer espíritu que se instaló en el cine yanqui con «Worth», la reconstrucción -Michael Keaton mediante- de la creación del polémico fondo federal de indemnizaciones para las víctimas del 11-S. El Batman con más clase de la historia del cine, recuperado para la causa interpretativa por Iñarritu en «Birdman», se pone en la piel del abogado que tuvo que decidir, por así decirlo, el «valor» de cada víctima mortal, asociándoles una serie de puntos y primas en función de su sueldo, sus ahorros y sus propiedades.

La resistencia estoica de Keaton, en una película que se contiene debidamente cuando está a punto de sanar en lo lacrimógeno, se sustenta gracias a un Stanley Tucci extraordinario como líder del tejido afectado y a una Amy Ryan («The Office») que interpreta mejor que nadie a la hormiguita tras las grandes decisiones. Colangelo, que presentó la película en el pasado Festival de Sundance de la mano de Netflix, explicó que, en cierto modo, la película trata sobre «el recuerdo de una herida, la del 11-S, que todavía no se ha cerrado del todo».

Más allá de los dilemas morales, el coste económico de la vida humana (de ahí el «worth» del título, «valor» en inglés), o las distintas circunstancias que rodearon a cada una de las víctimas (homosexuales sin título de pareja civil, inmigrantes irregulares, demandas de paternidad sin atender), la película intenta ser una especie de remedio al dolor colectivo, una medicina contra el olvido y, hasta cierto punto, una fábula sobre dónde dibujamos la línea de la humanidad cuando todavía está enterrada entre cascotes humeantes. Al igual que en «Tan fuerte, tan cerca» (Stephen Daldry, 2011), pero quizá bajo esa mirada joven de quien apenas conoció el mundo anterior a los atentados, Colangelo se sirve de las contradicciones del personaje de Keaton para hablar también de las de su país, para volver a dejar en evidencia a un Presidente Bush más preocupado por su «Guerra contra el terror» y para hacer la película definitiva sobre la cicatriz del 11-S