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“Regreso a Hogwarts”: J.K. Rowling, ausente por arte de magia

La escritora de la saga de Harry Potter apenas está presente en el nuevo especial que estrenó HBO Max en Año Nuevo debido a sus polémicas declaraciones sobre el colectivo “trans”
HBOMax
La Razón
  • Matías G. Rebolledo

    Matías G. Rebolledo

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Con el nuevo año, y para celebración de los millones de aficionados que tiene la saga literaria y fílmica en todo el mundo, HBOMax estrenó «Harry Potter: regreso a Hogwarts», un completo documental sobre el impacto del mundo mágico a veinte años ya del estreno de la primera película. Para el especial, filmado con el estrés del bótox que secuestró el dedicado a la serie «Friends» en el recuerdo, volvieron todos: Daniel Radcliffe, marcado para siempre como el niño que sobrevivió; Emma Watson, como la Hermione a la que casi consume la fama; y Rupert Grint, como ese Ron Weasley motor torpe de casi todas las tramas que ya es padre. Todos, claro, menos la autora del libro, J.K. Rowling, cuyas intervenciones están marcadas en el recién estrenado filme con un cartel que avisa que fueron rodadas en 2019. ¿Tiene sentido analizar el fenómeno Harry Potter sin entrevistar a la creadora del mismo? ¿Por qué directores que tan solo filmaron una de las ocho películas tienen más minutos de metraje que la mujer que se ha embolsado 900 millones de euros a golpe de varita? La respuesta, a poco que ustedes sepan, tiene mucho de coyuntural y bien poco de cinematográfico.
Abanderada de numerosas causas feministas en el pasado, J.K. Rowling incendió el movimiento en el verano de 2020 cuando, mediante Twitter, se quejó del término «personas que tienen la menstruación», por omisión de «mujeres». El comentario de la autora, pelea de pajarito azul mediante, derivó en toda una declaración de intenciones de Rowling respecto a lo «trans», poniendo en duda ciertas actitudes del movimiento y, sobre todo, cuestionando su impacto sobre las mujeres y el feminismo del futuro. A ello ha ido contribuyendo desde entonces mediante más tuits y entrevistas, lo que la ha llevado a enfrentarse con el feminismo «woke» y quienes ven en sus palabras la transfobia y lo reaccionario.
Sin entrar en lo acertado o no de la postura de Rowling, que varias veces ha reflotado noticias falsas como argumento en su pelea contra el viento, lo cierto es que su ausencia en el especial o, lo que es peor, su presencia mediante «Expecto Patronum» de la cancelación carece de sentido documental. La producción de HBOMax, que no ha reparado en gastos ni en material de archivo para contar por qué Harry Potter significa tanto para tantas personas, ha decidido prescindir del único testimonio, quizá junto al de Radcliffe, que se antoja ciertamente imprescindible para entender el relato. Y, además, es una decisión todavía más incomprensible si tenemos en cuenta que Robbie Coltrane, el mítico Hagrid, no solo ha defendido a Rowling en varias ocasiones y está muy presente en el documental, sino que ha manifestado públicamente ideas mucho más radicales respecto a lo «trans». Por tanto, la ausencia mágica de la autora de los libros y asesora principal de las películas no es una cuestión política, o de defensa de los derechos humanos como sus benefactores podrían pensar, sino que se trata de un acto más de maquillaje ideológico de los tiempos que corren y, ciertamente, una falta a la cita de la verdad en un filme, por otra parte, brillante en su estudio de la nostalgia. ¿Todavía seguimos cancelando? ¿Después de todo este tiempo? Siempre.