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Arranca la 37 edición de los Premios Goya con el recuerdo de Saura sobrevolando el Guadalquivir

Arranca la 37 edición de los Premios Goya con el recuerdo de Saura sobrevolando el Guadalquivir

El inesperado fallecimiento del maestro oscense impregna el ambiente de la mayor celebración del cine español instantes previos a una gala que promete convertirse en un auténtico homenaje

Las alfombras sobre las que pasean las estrellas de cine cuando van a recoger los premios que reconocen el trabajo de todo un año suelen ser, por norma general, rojas, que es el color del valor y de la ira. También del poder. En cambio, la desplegada este año en el interior laberíntico del Palacio de Congresos y Exposiciones FIBES de la ciudad del Guadalquivir es azul: réplica psicológica de la confianza, la serenidad y la reflexión, algo que paradójicamente sobresale dentro del compendio de cualidades asumidas que comparten las películas a competición que esta noche protagonizarán el momento de celebración colectiva del audiovisual patrio más esperado del año.

Faltan apenas unas horas para que empiecen a desfilar por esa pasarela del color del cielo los nominados de los Premios Goya y Sevilla, enclave que acoge por segunda vez el evento, ya les ha recibido con olor a naranjo y el tristísimo e inesperado recuerdo del que iba a ser protagonista indiscutible de la noche y hasta hace dos días jugaba aún en la casilla del presente: Carlos Saura, cuyo fallecimiento un día antes de recibir el Premio de Honor ha ensombrecido por entero los ánimos de los presentes y seguro condicionará en términos de solemnidad y emoción manifiesta el tono de la ceremonia.

Antonio de la Torre y Clara Lago son los encargados en esta edición de conducir una gala que a priori se prevé, tal y como ellos mismos se encargaron de afirmar en la Academia, más corta que en ocasiones anteriores. "Queremos ser hilo conductor sin estar superpresentes y acortar las intervenciones para que no se haga eterno", advirtió De la Torre sobre uno de los elementos más engorrosos de esta fiesta del cine como es la duración (a veces excesiva). "El año pasado no hubo presentadores y ahora nosotros, que somos actores, no sabemos muy bien en qué encuadrarnos. No somos Dani Rovira ni Silvia Abril, somos dos actores en un año de buena cosecha y desde ahí, concienciados, vamos a tratar de acompañar la fiesta del cine español", incidía.

Es precisamente desde esa conciencia y conocimiento profundo del sector como parte integrante de la industria (recordemos que ambos son actores y no presentadores) desde donde se pretende subrayar un espíritu de reconocimiento a la gran cosecha que ha habido este año y que no ha cesado de reiterarse durante todos estos meses, "una de las mejores de la última década", según el propio actor malagueño. Llamada a convertirse en la triunfadora unánime de la noche, habrá que esperar unas horas aún para comprobar si “As bestas”, que parte como favorita respaldada por 17 nominaciones, obtiene, entre otros premios, el de mejor dirección (en ejercicio de justicia poética si nos retrotraemos a lo que no consiguió Sorogoyen el año de “El Reino”); si “Cinco lobitos”, esa cinta milagro generacional dirigida por Alauda Ruiz de Azúa, logra alzarse con los galardones a mejor dirección novel, mejor actriz protagonista para Laia Costa, mejor actriz de reparto para Susi Sánchez o mejor guion original (por destacar algunos de los once a los que opta); o “Alcarrás” de Carla Simón ve recompensado en forma de cabezón todo el éxito cosechado en certámenes internacionales (con el consiguiente e histórico Oso de Oro obtenido en Berlín). Que comience el baile.