Tenis

El mejor Tsitsipas tampoco puede con Alcaraz en Miami

El murciano de 18 años no deja de sorprender y ya está en cuartos de final tras vencer al número cinco del mundo (7-5 y 6-3). Le remontó un 2-5 en el primer set

Carlos Alcaraz devuelve una pelota en su partido contra Tsitsipas
Carlos Alcaraz devuelve una pelota en su partido contra TsitsipasERIK S. LESSERAgencia EFE

Claro que Stefanos Tsitsipas, número cinco del mundo, campeón de la Copa de Maestros en 2019, campeón del Masters 1.000 de Montecarlo en 2021, finalista en Roland Garros ese mismo año, verdugo de Nadal y Federer en el Open de Australia, por citar alguno de sus logros, sabía lo que se iba a encontrar en Carlos Alcaraz, porque ya lo sufrió. El joven murciano es un cohete en Miami y cuando se vio las caras con el griego anteriormente se puede decir que empezaba a despegar. Fue en el último US Open, el pasado septiembre, y el español venció en cinco sets tremendos. Dio la sorpresa. En los octavos de Miami, volvió a ganar (7-5 y 6-3). Dio la sorpresa de nuevo... Pero esta vez no tanto. Una sorpresa que no sorprendió a todos. Porque el cohete va a toda mecha ya.

Lo dicho: como Tsitsipas sabía lo que iba a tener delante, empezó el duelo poniendo en la pista todo el talento que tiene, todo lo que sabe, que es mucho. Menuda manera de jugar: qué agresividad desde el resto, sobre todo con el revés, metiéndose mucho en pista; y qué forma de buscar la red para cerrar allí los puntos con voleas fantásticas. Alcaraz, que había levitado hasta ahora en el Masters 1.000 de Florida, se vio sorprendido y superado, pese a dejar el mejor punto de torneo, que se llevó después de hacer una Gran Willy, el golpe de espaldas y por debajo de las piernas, que convirtió en un globo. Ya en el primer juego del partido amenazó Tsitsipas con cuatro pelotas de break. La amenaza se convirtió en realidad poco después y llegó a ponerse 5-2. Estaba recibiendo el español de su propia medicina, dominado, obligado a correr mucho. Pero entre sus cualidades está la pelea primero y la capacidad de adaptación después. Con la primera, demostró a su rival que no iba a tirar el set: para ponerse 5-2 ya tuvo que disputar el heleno un juego de diez minutos. Fue el último juego que ganó en el primer set. Carlos empezó a encontrar la manera, a tirar algunas bolas altas que incomodaban a su oponente para después meterse en pista y quemar la bola. Pura estrategia.

Empezó la remontada. Recuperó la primera rotura, igualó el parcial 5-5 y después tomó ventaja con un segundo break resuelto con otro punto de fantasía, otro globo, esta vez en carrera. Y no se puso nervioso, no, porque después selló el 7-5 en blanco.

El subidón todavía le duró el español para empezar el segundo set con otro nueva rotura de saque. Se puso rápido mandando, pero Tsitsipas tampoco se rindió. Apretó mucho, muchísimo. Amenazó con varias pelotas de break, intentó ser todavía más agresivo, se fue para adelante, pero Carlos resistió cuando tocó, golpeó cuando le dejaron y desquició a su oponente con alguna dejada de esas que hace al milímetro. Se trataba de ganar sus juegos y supo sufrir para hacerlo, apoyado también en su servicio. Y cuando Tsitsipas entendió que no había manera, Alcaraz se llevó el partido al resto y finalizándolo con uno de sus toques cortos sutiles ante el que el griego ya ni fue. Se movió el murciano en esa situación como un veterano. No olvidemos que sólo tiene 18 años.

Su rival en los cuartos de final saldrá del vencedor entre Fritz, verdugo de Rafa en Indian Wells y campeón del primer Masters 1.000 del curso, y Kezmanovic.