Sisfemia, el trastorno laboral de exigirse demasiado

El trabajo se come gran parte de nuestro día a día y, en algunos casos, la vida personal queda a la sombra, sobre todo si se es un trabajador perfeccionista. Cumplir con las exigencias y expectativas laborales puede agotar física y mentalmente a todos aquellos que dedican demasiado tiempo para "estar a la altura", los cuales pueden incluso sufrir un trastorno laboral conocido como sisifemia.

La sisifemia o el "cansancio del trabajador incansable" fue acuñado por primera vez por José Manuel Vicente Pardo, director de la Cátedra de Medicina Evaluadora Percial de la Universidad Católica San Antonio de Murcia. Este es un trastorno cada vez más común entre aquellas personas que tienen altos niveles de exigencia y perfeccionismo; y que puede llegar a afectar a la salud, rendimiento y motivación de los trabajadores.

La salud mental de las personas ha quedado en entredicho en un entorno laboral donde la alta competitividad y la sobrecarga de trabajo son la norma y existe una exigencia impuesta por la empresa o autoimpuesta. Más de la mitad de los empleados en nuestro país no dispone de un bienestar laboral adecuado y el 31% reconoce sentirse estresado debido a una carga de trabajo excesiva, tal y como señala el estudio de la empresa de seguros Cigna 360-Vitality.

El trastorno de sisifemia surge cuando las personas se plantean objetivos diarios "inalcanzables" que, sumados a la alta carga de trabajo, acaban dando lugar a un sentimiento de no finalizar nunca las tareas, a pesar de dedicar el máximo rendimiento, siendo necesario alargar las jornadas laborales para conseguirlo. Cuando esta dinámica se prolonga en el tiempo, desde la compañía de seguros aseveran que puede derivar en "cuadros de ansiedad, depresión, trastornos del sueño, sensación de angustia, obsesión por el trabajo o aislamiento social, entre otras".

Consejos para evitar que este trastorno impacte en la salud de los trabajadores

"Las empresas deben tener un papel proactivo para ayudar a sus empleados a vencer esta situación de constante presión y saber gestionarla para evitar derivar en estrés y problemas de salud más graves", señala la directora de recursos humanos de Cigna Healthcare, Amira Bueno. Por tanto, para evitar que la sisifemia se convierta en un problema en el lugar de trabajo, los expertos de Cigna Healthcare ofrecen cinco estrategias para que este no impacte en la salud y bienestar de los empleados:

• 1. Impulsar una cultura organizacional preventiva: el entorno laboral que promueve la salud mental de los empleados puede mejorar la satisfacción laboral y la retención de talento. La prevención a través de programas de salud mental en las empresas podrá evitar el estrés en el trabajo diario y que este derive en trastornos más graves como la sisifemia.
• 2. Definir expectativas realistas: los empresarios deberán comunicar claramente los objetivos del trabajo y los empleados deben comprender sus responsabilidades para evitar crear expectativas poco realistas que generen estrés y presión innecesaria. Por tanto, es fundamental desarrollar una comunicación abierta y transparente con los empleados que les haga sentir valorados.
• 3. Seguir la regla de las 3R (reconocimiento, recompensa y retroalimentación): reconocer el trabajo de los empleados para que estos se sientan apoyados "incluso si cometen un error", ya que así se crea una cultura empresarial que valora el bienestar y el aprendizaje por encima del perfeccionismo.
• 4. Capacitar en la gestión eficaz del tiempo y en el establecimiento de límites: las empresas deben proporcionar a sus empleados todas las herramientas y habilidades necesarias para que aprendan a gestionar su tiempo de manera efectiva y que les permitan establecer límites saludables entre el trabajo y la vida personal.
• 5. Favorecer la autonomía y flexibilidad: permitir a los trabajadores tener cierto grado de autonomía y control en la planificación de su trabajo y ofrecer opciones de flexibilidad en cuanto a horarios y lugar de trabajo. De esta forma se podrá reducir la sensación de estar atrapado en una rutina interminable.