Defensa
España se reivindica en la OTAN: tendrá 900 militares en la frontera rusa
A los 350 efectivos y blindados que ya hay en Letonia se unirán otros 440 en el Mar Negro con buques y cazas. En primavera, 130 uniformados y aviones de combate protegerán el Báltico
Ante la dificultad de alcanzar el 2% del PIB de gasto en Defensa (como acordaron los aliados en la Cumbre de Gales para 2024), España lleva años defendiendo que la OTAN no solo debe tener en cuenta la «participación cuantitativa», sino también la «cualitativa», esto es, la contribución a sus diferentes misiones e iniciativas. Ya lo apuntaron, por ejemplo, la que fuera ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, y el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quienes también vienen reclamando más presencia de la Organización en el flanco sur, haciendo ver para ello que, entre otros, nuestro país contribuye a la seguridad colectiva en el norte y el este. Y ahora, en un año clave para España, en el que albergará la Cumbre de la OTAN, el Ejecutivo y el Ministerio de Defensa han querido mostrar ese compromiso como «socio fiable» respondiendo sin dudar a las demandas de la Alianza de reforzar las capacidades militares en el Mar Negro. De esta forma, la presencia de uniformados en zonas cercanas a la frontera con Rusia pasará en pocas semanas de unos 350 efectivos a cerca de 800, incluyendo modernos buques de guerra y aviones de combate. Y si la situación no mejora, en primavera serán ya más de 900.
Porque España quiere contar más y que se la tenga en cuenta, de ahí que no haya dudado ni un segundo cuando desde Bruselas se reclamaba más ayuda, todo un gesto o guiño de cara a que en algún momento se satisfagan sus reclamaciones. Y el último en seguir defendiendo esta idea fue el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, quien esta semana apoyaba el despliegue militar español en el este mientras pedía «hacer una reflexión» sobre las amenazas que llegan desde el sur del Mediterráneo dentro de una «OTAN de 360 grados».
Porque las Fuerzas Armadas españolas participan desde hace muchos años en esa defensa colectiva aportando capacidades, sobre todo en la zona del Báltico, donde desde 2015 (aunque su primera activación se remonta a 2006) despliega todos los años sin excepción un destacamento de cazas para proteger su espacio aéreo como parte de la Policía Aérea de la Alianza. El año pasado ya estuvieron en Siauliai (Lituania) y Sánchez pudo ver en primera persona la importancia y realidad de su misión como fuerza de disuasión ante la constante presencia de aeronaves rusas que vuelan sin identificar. Algo que está previsto vuelvan a hacer a partir de la próxima primavera con otro contingente en Lituania o Estonia.
Pero el presidente también pudo conocer en verano otra de las aportaciones de España a las misiones de disuasión frente a Rusia: la del contingente que forma parte de la Presencia Avanzada Reforzada de la OTAN. Nuestro país despliega desde 2017 en Letonia 350 efectivos y cerca de 80 blindados, entre ellos carros de combate «Pizarro» o «Leopard». Están integrados en uno de los cuatro batallones multinacionales que, en total, suman unos 5.000 efectivos.
Esta era la presencia más destacada y conocida de militares españoles en operaciones de disuasión, pero la tensión en Ucrania ha dado a conocer otras en las que la Armada ya participaba desde hace años: las Agrupaciones Navales Permanentes de la OTAN. Todos los años, en diferentes periodos, buques españoles se integran en alguno de los cuatro grupos multinacionales (dos de superficie y dos de medidas contraminas), concebidos como una Fuerza que garantiza la presencia naval continua de la Alianza (Mar Negro, Mediterráneo, Atlántico, Mar del Norte y Báltico) y la primera respuesta aliada ante cualquier crisis o amenaza que se presente.
Tres buques de guerra
En la Contraminas nº2 (SNMCMG-2) y en la de Superficie nº2 (SNMG-2) es en las que se integrarán los tres buques que España ha enviado adelantando su salida prevista. Así, el «Meteoro» liderará hasta junio la de medidas contraminasjunto al «Sella», que se unirá a partir de la próxima semana. Mientras que la moderna fragata «Blas de Lezo» se integrará en la SNMG-2, a las órdenes de un barco italiano. Entre los tres buques suman algo más de 300 efectivos. Su teatro de operaciones será el Mediterráneo oriental y, más ahora, el Mar Negro, donde entre sus misiones realizarán maniobras con otras marinas aliadas.
A esta nueva aportación se suma otra que no es desconocida para los militares españoles: la de la Policía Aérea en el área del Mar Negro, similar a la del Báltico y en la que se estrenaron hace un año con el destacamento «Paznic» en Constanza (Rumanía). La intención de España era la de repetir todos los años, pero este año el cupo estaba lleno y se ha pospuesto hasta 2023. Pero la tensión en la zona llevó a la OTAN a pedir un refuerzo en la defensa y disuasión aérea y España ha accedido a enviar a Bulgaria un contingente «clásico»: unos seis cazas Eurofighter y cerca de 130 efectivos. La intención, una vez se solventen los problemas de ubicación, es que se desplieguen a finales de febrero.
Hasta aquí las actuales y próximas aportaciones españolas a la defensa de los países aliados del entorno de Rusia, pero la contribución de las Fuerzas Armadas a la seguridad colectiva de la mano de la OTAN también tiene presencia no muy lejos de la zona de tensión, cerca de Adana (Turquía), donde desde 2015 España tiene aproximadamente 146 efectivos y una batería antiaérea de misiles «Patriot». El objetivo, proteger al país de la amenaza de misiles balísticos de Siria.
Así, España arranca 2022, el año de la Cumbre de la OTAN y del 40º aniversario de su ingreso, mostrándose como ese socio «fiable y comprometido» que intenta que los aliados miren más al sur. Aunque ahora toque mirar al este.
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