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Espionaje

María Marcos, la comisaria de Moncloa a la que miran tras el “caso Pegasus”

La falta de protocolos de revisión de los móviles del Gobierno provoca acusaciones cruzadas sobre de quién depende la ciberseguridad del Ejecutivo

La comisaria principal María Marcos llegó al departamento de Seguridad de Moncloa en septiembre de 2018 fotoLa Razón

La dirección del departamento de Seguridad de la Presidencia del Gobierno tiene un nombre propio, María Marcos Salvador. De ella dependen la «seguridad integral del presidente del Gobierno» y de las vicepresidencias, según indica el decreto de remodelación del Ejecutivo de 2021. Nadie quiere hacerse cargo del fallo en la protección del móvil de Pedro Sánchez, y de la ministra de Defensa, Margarita Robles, en cuyos teléfonos fue detectado el «spyware» Pegasus casi un año después de haberse producido el ataque del virus israelí. «Responsabilidad conjunta» dijo ayer el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños. Lo cierto es que diversas fuentes policiales consultadas indican que es el departamento que dirige la comisaria principal Marcos el que tiene la potestad para ordenar el chequeo de los dispositivos del presidente, pero reseñan que la espina está en la ausencia de unos protocolos claros en materia de ciberseguridad.

«La palabra integral [textual en el BOE] es la clave», explica una de estas fuentes que señala que en el Centro Criptológico Nacional (CCN) - que llevó a cabo el análisis de los móviles- solo hay técnicos. «La gente está disparando a todos lados porque no saben, pero ellos no tienen capacidad de decisión», explican. Una fuente relacionada con el CCN -organismo que depende del Centro Nacional de Inteligencia (CNI)- explica que los funcionarios allí dictan normas para garantizar sistemas de seguridad, pero no pueden «obligar a ningún organismo» a adoptarlas. «El CCN ha obrado con absoluta pulcritud, avisando a quien tenía que avisar de los riesgos», añade.

La comisaria principal María Marcos llegó al departamento de Seguridad de Moncloa en septiembre de 2018. De ella dependen todos los agentes que escoltan a Sánchez tanto de la protección de «los edificios e instalaciones» (escolta estática) como de los que acompañan a los dirigentes (escolta dinámica). Según se detalla en el Portal de Transparencia, entre sus funciones está la de «definir, planificar, dirigir, coordinar, ejecutar y controlar el Plan General de Seguridad del Complejo de la Moncloa sede de la Presidencia del Gobierno, y los Planes Integrales de Seguridad tanto permanentes como especiales, que haya que establecer al Presidente del Gobierno y familia».

«Es una excelente profesional», remarca un antiguo jefe de la comisaria. El problema de esta brecha de seguridad tiene su semilla en la ausencia de unos protocolos claros en materia digital, revelan estas fuentes. De ahí que unos a otros se pasen la pelota de si era el CNI el que debía haber avisado para revisar los móviles del Gobierno con frecuencia o si fue Moncloa y en concreto este departamento de Seguridad adscrito a la Secretaría General de la Presidencia el que debió estar alerta.

Marcos tiene un historial de ser la primera mujer dentro de la Policía de muchas cosas. Entre otras, precisamente, de dirigir este departamento que lleva funcionando unos 40 años. Anteriormente ocupó la jefatura de la Unidad Central de Delincuencia Especializada Violenta (UDEV), estuvo como jefa provincial de León y dirigió el Centro de Inteligencia Contra el Crimen Organizado (CICO). En su chaqueta acumula doce condecoraciones al mérito policial, o la cruz de plata del plan nacional de drogas, entre otras.

Después de la confirmación de que el móvil del ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska también fue espiado todavía se están analizando el de las vicepresidentas, la ministra de Justicia y la de Hacienda. El escándalo en las grietas de la protección del Estado puede alcanzar todavía una dimensión mayor.

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