Toros
La “RUINA” de Enrique Ponce, al margen de Ana Soria: empresas fallidas y plazas de segunda
Prioridad amorosa, un divorcio sin firmar, problemas psicológicos o familiares y desafueros económicos... ¿Qué esconde la precipitada «huida» de Enrique Ponce de los ruedos?
Muy pocos, menos personas de las que se pueden contar con los dedos de una mano, estaban al tanto de queEnrique Ponce tenía decidido retirarse «por un tiempo indefinido». Ni su propia cuadrilla lo sabía. Se quedaron esperándole el pasado martes en Burgos para salir al ruedo esa misma tarde y allí se enteraron de una noticia tan tajante que les ha dejado sin trabajo.
Son muchas las teorías, algunas conspiratorias, que intentan responder a este adiós tan inesperado. La más maléfica conduce hasta Ana Soria, la novia veinteañera del torero de 49 años. Se rumorea que es ella la que le ha pedido a su pareja que abandone los ruedos porque sufre lo indecible cuando le ve torear. A esto se une un infundio que la misma almeriense desmintió en exclusiva el miércoles de esta misma semana en LA RAZÓN: «No estoy embarazada», porque en diversos medios de comunicación, entre los que se encontraba el programa radiofónico de Federico Jiménez Losantos, se llegó a especular con que podría estar en los primeros meses de gestación.
Aclarada la duda, desde el entorno de Paloma Cuevas, la ex de Enrique Ponce, nos transmite una pregunta: «¿Por qué se retira ahora y no lo hizo cuando se lo pedía Paloma?» Las comparaciones resultan odiosas, pero bien es verdad que la estudiante de Derecho ha conseguido en apenas doce meses lo que la empresaria no fue capaz de lograr durante décadas de convivencia.
La segunda teoría es de índole económica. Una fuente cercana a Ponce favorece la opinión de que «tiene problemas económicos.Bastante le engañaron en el pasado personas de su confianza y está harto de mentiras y de malos consejos. Se retira temporalmente porque no contaba con contratos en plazas de primera categoría y prefiere descansar unos meses, para retomar su carrera este invierno en América. En 2022 se despedirá del público español con una corrida de relumbrón, seguramente, en su tierra valenciana. Y luego acudirá a festivales taurinos porque un torero lo es hasta la muerte…».
Empresario con altibajos
Enrique es dueño de varios locales comerciales y naves en las localidades de Villacarrillo, Torremolinos, Úbeda o Fuengirola, que tiene alquilados a distintas empresas que los utilizan como almacén, discoteca, supermercado… Otro de los negocios se dedica a la producción de aceite de oliva virgen extra de alta calidad, una iniciativa que no ha conseguido los resultados deseados y que arrastra una serie de pérdidas importantes.
El olivar de Ponce abarca sus dos fincas, «La Cetrina» y «Avenza», situadas en Navas de San Juan, Jaén, con cuatrocientas hectáreas, y cuenta con casi cincuenta y cinco mil árboles. Cada botella de medio litro se comercializa a razón de 19,80 euros y se puede encontrar en el departamento de «El rincón del Gourmet» de unos grandes almacenes con tiendas en toda España.
A lo largo de los años, Álvaro Ponce, hermano del diestro, y Paloma Cuevas, su ex, se encargaron de la administración y apoderamiento de los negocios extra taurinos de Enrique, pero en la actualidad ninguno de los dos, que se sepa, figura vinculado a las sociedades del torero.
Se publicó en su momento que la gestión de Álvaro no fue lo satisfactoria que esperaba su mediático hermano, y que rompieron su relación profesional poco amigablemente. Desde la sede central de las empresas de Ponce nos llega la confidencia de que su dueño aprovechará esta retirada de los toros para poner en orden sus negocios e intentar relanzarlos buscando nuevas alternativas que intenten incrementar los beneficios.
Una tercera hipótesis nos acerca al cansancio psicológico de Enrique, motivado por los problemas derivados de su proceso de divorcio de Paloma Cuevas, las críticas en su contra en las redes sociales por su comportamiento, rayando en lo excesivamente empalagoso con Ana Soria, el descentramiento ante el astado por tanto agobio mediático… Sus amigos, nos revela uno de ellos, tuvieron que aconsejarle que «se centre más en la faena en la plaza que en pensar en su pareja. Nunca le habíamos visto hacer numeritos como el de dibujar una A, de Ana, en la arena. O llegar tarde a una plaza porque estaba con esa mujer en el hotel. Ha cambiado mucho sus prioridades, no se concentra lo suficiente, y eso le puede causar un gran disgusto delante del toro».
Una cuarta teoría se sitúa en México. Se deja caer que Enrique ha recibido una llamada de su íntimo amigo Luis Miguel para que se traslade unos meses a tierras aztecas e inicie, de una vez por todas, su carrera musical a su lado. El cantante está dispuesto a volcarse en esa experiencia, incluso haciendo dúos con el diestro valenciano.
Pero a Enrique Ponce le costaría lo suyo dejar aquí a sus dos hijas, a pesar de que las niñas, una de ellas celebrará su Primera Comunión en unos días, no demuestran el menor entusiasmo en conocer a Ana Soria, lo que repercute muy negativamente en la relación con su padre.
Volviendo al proceso de divorcio de Ponce y Cuevas, en los últimos días se han disparado noticias contradictorias. Algunos medios llegaron a publicar que Paloma ha elevado sus pretensiones económicas en lo que se refiere a la pensión de alimentos de sus hijas, e incluso pretende quedarse con la finca familiar, «La Cetrina», algo que su ex no está dispuesto a conceder. Si no llegan a un acuerdo amistoso, se enfrentarán en los tribunales.
Por el contrario, también se ha dicho que la firma del divorcio está cercana y que los dos han llegado a un acuerdo satisfactorio. Y que en julio, un año después de comunicar su separación, el anuncio del divorcio se hará oficial. Veremos.
Un alto en el camino
Enrique dejó muy claro en el comunicado del pasado lunes que «he decidido hacer un alto en el camino y retirarme por tiempo indefinido», no dice nada de un adiós definitivo y deja la puerta abierta al regreso. No es el primero que se va para después volver, recordemos casos como los de José Ortega Cano, Antoñete, Curro Romero… que abandonaron los cosos taurinos para, más tarde, anunciar un regreso. A Enrique, según dicen en su entorno, le vendrá bien este descanso, para recapacitar, centrarse y poner en orden los desafueros de su vida.
Ana le ha «revolucionado» la existencia y le tiene perdidamente enamorado. Lo demuestra con comportamientos que nunca tuvo con la madre de sus hijas. En este sentido, choca ver como tanto Enrique Ponce como Ana Soria han cerrado el acceso a sus redes sociales. Huida radical y silencio absoluto. Se acabaron las imágenes ñoñas, los besos furtivos, las secuencias almibaradas y los tik tok empalagosos. Secretismo por encima de todo. Veremos si dentro de un tiempo se confirma otro rumor, el de la posible boda del torero y la futura abogada. Ese es otro misterio sin resolver.
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