Entrevista
Duque de Sevilla: «Salí con Beatriz, la hermana de Preysler. Era mejor en todo»
Hablamos con Francisco de Borbón de su libro «Cuasi Memorias» en el que narra sus tres matrimonios, el drama de una hija fallecida y sus múltiples viajes
Francisco de Borbón es el V duque de Sevilla, título concedido en 1823 por el rey Fernando VII, a su sobrino Enrique de Borbón y está emparentado con el rey Felipe VI. El aristócrata presenta esta semana en el foro de «Encuentros con la Cultura en Trocadero de Marbella» su libro «Cuasi memorias», donde expone abiertamente todas sus anécdotas de una vida intensa y apasionante, unas veces marcadas por la grandeza y otras por la desgracia. «Yo no tenía pensado escribir nada -nos comenta en una entrevista que concede a LA RAZÓN- pero mis amigos escuchando mis andanzas por el mundo y las relaciones que he mantenido, me animaron a escribir estas cuasi memorias. Las he redactado con el corazón y con una memoria, que ya no es lo que era, con el deseo de que mis hijos y nietos conozcan cómo era la vida en la época que me ha tocado vivir», relata.
El mismo se define en ellas como: «Una persona que siempre intentó cumplir con su deber y trató de llevar el nombre de España dondequiera que vivió». Este día lo espera el aristócrata con mucha ilusión.
Sus hijos, Francisco y Olivia, aparecen retratados en distintos pasajes del libro con inmenso cariño. Especialmente Olivia, que cuando el duque se separó de la duquesa Beatrice von Hardenberg, su primera esposa, eligió a su padre para residir con él en Madrid. Obviamente Francisco de Borbón hace todo un homenaje en sus memorias a Cristina, su hija fallecida en 2020: «Me gusta recordar a mi hija Cristina como lo que era, un ser amoroso y frágil. Siempre fue muy cariñosa y buena, siempre generosa conmigo. Su madre y yo tuvimos que ingresarla en numerosas ocasiones en distintos centros de recuperación. Pero al poco tiempo volvía a recaer. Se volvió anoréxica y comenzó a beber más y más alcohol. Irremediablemente tuvo un final fatídico».
Una vida sentimental intensa
La vida del aristócrata ha estado marcada por historias de amor de ida y vuelta: tres matrimonios y una vida sentimental intensa. Su primer matrimonio con la madre de sus tres hijos, la duquesa Beatrice von Hardenberg, fue portada en todo el mundo. La describe en el libro como tímida y discreta: «Hasta que se le acabó la timidez y sacó un cerdito de paseo con correa por Marbella y organizó fiestas flamencas en su casa con Lola Flores». Sin embargo, no tiene las mismas palabras afables para su segunda esposa, Isabel Karanitsch, a la que define como «alguien malévolo de la que me enamoré perdidamente». El matrimonio duro apenas meses, aunque ella sigue rentabilizado el apellido Borbón allá por donde va, cuando en la realidad es un delito ostentar lo que no es.
Francisco cuenta en el libro que tras su fugaz y desgraciado matrimonio con Isabelle, a finales de 1991, comenzó a salir con la fallecida Beatriz Preysler. Dice de ella que Beatriz era una mujer encantadora y muy atractiva, pero que la relación era difícil porque ella seguía casada, aunque su marido vivía en Filipinas y ella en Madrid. Sus hijos Francisco y Álvaro se hicieron muy amigos en aquella época y ahora han estado juntos el pasado verano en la boda del hijo de Beatriz en Sotogrande. «Beatriz-dice el duque- me gustaba mucho más que su hermana Isabel, como persona y físicamente. Pero otro de los obstáculos para la relación, también era que «ella tenía una cuadrilla de paparazzi detrás. No importaba a que sitio íbamos, si a un restaurante o si salía o entraba en su casa, porque siempre había un fotógrafo esperándonos para hacernos la foto. A veces, tenía que escapar a toda velocidad con el coche conduciendo por direcciones prohibidas para evitar la persecución. A mí no me gusta salir en los tabloides ni en las revistas de cotilleo. Era insoportable aquello. Asi que al final dejamos de salir», relata sin escatimar detalles a LA RAZÓN.
«Que Leonor se case bien»
Actualmente el duque lleva veintitrés años casado con Ángeles Vargas-Zúñiga, su tercera esposa. En sus memorias Paco de Borbón cuenta que hace cinco años le diagnosticaron Alzhéimer a su mujer: «Ha ido perdiendo poco a poco las facultades. No sé el tiempo que tardará en no recordarnos, espero que sea mucho», se lamenta con amargura.
En sus memorias cuenta el duque que, en un encuentro con el entonces Príncipe Juan Carlos, este le dejó muy claro que «no se hiciera ilusiones por estar en la línea de sucesión». Algo que no sentó realmente bien al aristócrata. «El comentario era por el hecho de que mis antepasados hubieran contraído matrimonios morganáticos, eso marcaba un impedimento para ocupar el trono».
La relación con los años se ha ido atemperando, prueba de ellos es que el duque de Sevilla defiende por encima de todo a la monarquía española. Para el aristócrata, el apellido Borbón: «Significa muchos años de historia. Hay que tener en cuenta que es el apellido real más antiguo de Europa. Ojalá que con el apellido Borbón, no pase lo mismo que pasó con los Austrias, o los Augsburgo. Espero que Leonor se case bien para que perviva la dinastía. Eso es fundamental».
Paco de Borbón lo tiene muy claro: «Juan Carlos de Borbón hizo por España lo que casi nadie ha hecho. Sería un gran error histórico que solo se le recordara por los últimos acontecimientos, cuando contribuyó a que España se convirtiera en una democracia. No se puede juzgar al rey por los devaneos de ahora. Hay que valorarlo por el gran papel que hizo en la Transición. No hacerlo es tener miopía histórica».
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