Super Bowl
Besos que son icónicos: de Casillas y Carbonero a Taylor Swift y Travis Kelce
¿Por qué no podemos olvidar besos tan legendarios como el del guardameta y la periodista, aunque su amor sea ya historia?
"Un mundo nace cuando dos se besan". No es la proximidad de San Valentín lo que nos hace recordar las palabras del poeta mexicano Octavio Paz, sino algo mucho más trivial como es el beso de Taylor Swift y Travis Kelce celebrando la victoria en la Super Bowl. Por apasionado, necesitamos regodearnos en él, exprimirlo en palabras. ¿Qué tendrá un beso que, incluso cuando lo protagonizan los labios ajenos, activan la llamada hormona del amor?
La cantante había recorrido medio mundo para llegar a tiempo al partido que, finalmente dio la victoria a los Kansas City Chiefs, el equipo en el que juega su novio. El gesto se ha hecho viral y no le quitaremos mérito, pero no destronará a nuestro beso patrio, el que protagonizaron Iker Casillas y Sara Carbonero tras ganar la Copa del Mundo de Fútbol de Sudáfrica, en 2010. En directo, el guardameta, eufórico por el éxito, se desinhibió y, entre risas y lágrimas, encontró el modo de gritar al mundo un amor que, hasta el momento, mantenían en la discreción más absoluta. "Madre mía...", respondió atónita la periodista deportiva. Fue el broche que acentuó la victoria de la Roja y el final feliz de un cuento de hadas que todo el mundo aplaudió. La historia de amor se desvaneció, pero el beso persiste aún en nuestras retinas. Nos gustó porque fue ese tipo de besos que empiezan con la mirada y terminan como una rendición y una decisión valiente.
Hay otros besos legendarios, como el del soldado y la enfermera celebrando el fin de la Segunda Guerra Mundial. Besos estratégicos como el de Britney Spears y Madonna en los premios VMAs de 2003. Besos que culminan una tensión erótica como el que se dieron Jennifer Lopez y Ben Affleck, 20 años después de su sonada ruptura y a solo cuatro días de la boda. Besos para sacar el pañuelo como el de Noah y Allie cuando finalmente sellan sus labios bajo la lluvia en El diario de Noah. Y besos como el de Iker y Sara, inesperado, emocionante, espontáneo, deseado y revelador. Aquel beso en los vestuarios del Soccer City de Johannesburgo fue el beso de todos y hoy es patrimonio nacional.
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