Casa Real
Alberto II de Mónaco cumple 65: sus romances y su odio a los fotógrafos
El príncipe celebró ayer su aniversario entre la polémica por la «expulsión» de Charlène para que no sea nunca princesa regente
Alberto II de Mónaco ha cumplido 65 años y lo ha hechode una manera distinta a cómo lo celebró el año pasado.Charlène de Mónaco ya está casi recuperada de sus problemas de salud y afronta una agenda institucional muy alejada de la de 2022, cuando tuvo que ser ingresada en una clínica suiza por agotamiento. Fueron seis meses de invisibilidad que afectaron tanto a su esposo como a los hijos en común, los mellizos Gabriella y Jacques. Alberto II está, además, inmerso en los preparativos del homenaje a su padre, Rainiero III, con motivo del centenario de su nacimiento, el 21 de mayo de 1923.
Alberto de Mónaco nació el 14 de marzo de 1958, dos años después de la boda de sus padres, Rainiero y Grace Kelly, y en el bautismo recibió los nombres de Alberto Alejandro Luis Pedro. Es además duque de Valentinois, marqués de Bauk, conde de Carlades, señor de Sain-Remy, conde de Thorigny, príncipe de Chateau Porcien, barón de Luthmiere, señor de Matignon, barón del Imerio, y príncipe de Mónaco.
Su infancia no fue fácil. Su hermana Carolina y él tan solo podían ver a sus padres tres veces al día y no todos los días y, solo cuando cumplió 14 años, se le permitió compartir mesa con ellos.
Dos fueron las personas que marcaron su vida. Una, Maureen Wood, su niñera; y, la segunda, su hermana Carolina. Con ella compartía las horas de juego en palacio junto a tres niños elegidos por pertenecer a familias aristócratas de Mónaco. Y también su aversión a los fotógrafos: «Cuando íbamos de vacaciones juntos, le regalábamos una hora de nuestra primera mañana a los fotógrafos. Les dejábamos tener esa hora y en compensación ellos nos dejaban seguir con nuestras vidas en vacaciones», ha explicado alguna vez.
Su primer acto público fue a los tres años, cuando se asomó al balcón del Palacio Grimaldi a saludar a la multitud; y a los seis le explicaron que a él le correspondía el trono por ser varón, a pesar de que Carolina era la primogénita. A los 16, asistió a su primera reunión en el Parlamento.
En 1977, se marchó a estudiar a Amherts College en Massachusetts, Estados Unidos, donde vivía su familia materna. Cursó Economía, Música y Literatura inglesa y en 1981, se licenció en Ciencias Políticas. Habla ingés, francés, español, alemán e italiano.
El 14 de septiembre de 1982 cambió su vida. La de él y la de toda su familia. Gracia de Mónaco y Estefanía habían sufrido un trágico accidente. Su madre no había sobrevivido al golpe y Alberto se convirtió en el mayor apoyo de su padre. También lo fue de Carolina, cuando su marido Stefano Casiraghi fallecía, el 3 de octubre de 1990, cuando participaba en el mundial de off-shore.
Sonados romances
En 1993, mantuvo una relación con la modelo alemana Claudia Schiffer y también se le relacionó con Naomi Campbell. Conocido también fue su «affaire» con Diana Ross, Tatum O’Neal, Angie Everheart, Lisa Marie Presley, Kylie Minogue y Monica Bellucci. El escándalo llegó en 1992, cuando Tamara Rotolo presentó contra él una demanda de paternidad. El príncipe, tras realizarse una prueba de ADN, reconociía a su hija Jazmin Grace.
Pero el amor de su vida llegó en 2000, cuando en el Encuentro Internacional de Natación de Montecarlo conoció a la sudafricana Charlène Wittstock. Dos años después, el príncipe la invitaba a salir. Se fraguaba una relación compleja, por la distancia: 13.000 kilómetros separaban a la pareja. Pero además, un nuevo impedimento: la azafata Nicole Coste aseguraba, en 2005, que había mantenido una relación con el príncipe y que habían tenido un hijo juntos, Alexandre. Meses después, Alberto confirmaba la paternidad. A pesar de todo, Charlène y el príncipe continuaron su relación que hicieron pública en 2006. La boda llegaría el 1 de julio de 2011. Un enlace en el que corrió el rumor de que la novia había intentado huir, que fue obligada a firmar un contrato prenupcial en el que se la exigía tener un heredero y pasar al menos cinco años casada antes de pedir el divorcio.
Charlène, «expulsada»
El príncipe de Mónaco gobierna desde 2005 tras el fallecimiento de su padre. Y a pesar de que lleva muchos años en el trono, ya planea su sucesión, y dejar a su esposa lejos de cualquier rol monárquico. En el Principado existen órdenes soberanas de que en caso de la desaparición del soberano sea el príncipe heredero el que acceda al Trono al alcanzar la mayoría de edad. No obstante, en ausencia de Charlène por motivos de salud, fue Carolina quien dio la cara por la monarquía. Por naturaleza, sería ella la princesa heredera de Mónaco.
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