Historia familiar
La anarquista que determinó la vida de Genoveva Casanova
LA RAZÓN bucea en la apasionante genealogía de la socialité, el periplo de su familia mexicana y el gran amor de su abuela, una bella periodista danesa
Federica Montseny, sindicalista anarquista, escritora y ministra de sanidad durante la República, era íntima de Avelino González Mallada, alcalde de Gijón (1936-1937), maestro y miembro de la CNT como ella. Se habían conocido en Asturias, cuando arrancó la militancia del edil, en pleno estallido de la Guerra Civil Española. Por eso, no fue extraño que Avelino, bisabuelo de Genoveva Casanova, huyera con su esposa Florentina y sus hijos Avelino (futuro abuelo de Genoveva) y Amapola. La familia, ante el avance de las tropas de Franco, huyó el 20 de octubre a Francia desde El Musel, en el vapor costero Toñín. Vuelto a zona republicana, Avelino se instaló en Barcelona.Desplazado a Madrid, el bisabuelo de Genoveva trabajó un tiempo en el diario de CNT. Estando ocupado en tal tarea fue llamado a Barcelona por el Comité Peninsular de la FAI al objeto de emprender una gira de propaganda por tierras americanas. Todo por iniciativa de Federica Montseny, que era muy amiga de Avelino, y promotora de una organización libertaria llamada SIA, que se dedicaba a recoger fondos para la República en América. A Avelino, que era muy hábil con la palabra, se le encargó un viaje de tres meses por las ciudades de Nueva York, Baltimore, Wilkes-Barre, Filadelfia, Detroit, Chicago, Saint Louis, Gary, Los Ángeles, Tampa, Bagley y Welch.
En febrero del 1938 embarcó en el barco Aquitania y dio una serie de mítines en Nueva York, Pensilvania e incluso Boston. Pero al cambiar a la costa oeste de Estados Unidos sufrió un accidente de tráfico mortal, que le costó la vida el 27 de marzo de 1938, en Woodstock. El cadáver de Avelino fue expuesto en la sede de SIA en Estados Unidos y se le veneró como un héroe antifascista. Aquí podía haberse cerrado la historia de la familia de Genoveva Casanova y nunca haber llegado a tierras mexicanas. Pero no fue realmente así.
La bisabuela de Genoveva Casanova que entonces tenía 40 años no se quedó en Barcelona. Su hijo mayor que ya tenía 18 años había mostrado predilección por la medicina y había empezado a estudiar en plena contienda en Barcelona. Amapola era más pequeña. Cogió a sus hijos y huyó a Francia, estuvo un tiempo en Marsella, tanto que todos llegaron a dominar el francés. La Guerra Civil Española terminó y ellos deberían labrar un futuro no muy halagador en Francia. Hasta que se enteró de que un barco con exiliados republicanos zarpaba para México desde Burdeos: era el Ipanema, un viejo carguero, que no contaba con camarotes, capitaneado por el comandante Monsieur Marot, de origen catalano-francés quien había navegado durante siete años la ruta del Golfo de México.
El Ipanema zarpó con Florentina y sus hijos y otros 995 exiliados republicanos que se beneficiaron del acuerdo que el presidente mexicano el general Lázaro Cárdenas del Río estableció con los españoles republicanos que quisieran venir a este país. La familia de Florentina llegó a Burdeos el 13 de junio de 1939 y fueron conducidos al muelle donde pasaron previamente por un registro, que se adjunta en estas páginas y en el que se ve que la bisabuela de Genoveva figura como viuda de 43 años y activista del movimiento sindical. El barco Ipanema llegó al puerto de Veracruz, en México, el 12 de junio de 1939.
La familia se establece en México D.F. y entra arropada por la intelectualidad española en la capital, de esta manera los hijos de Florentina tuvieron una formación universitaria. Avelino siguió con sus estudios de medicina y se especializa en psicoanálisis buscando una disciplina que lograra liberar a las personas gracias al estudio de su propia mente. Avelino González fue uno de los fundadores del psicoanálisis en México, junto con su hermana Amapola, que tomó también una posición científica destacada en esta especialidad a nivel nacional. Parte de la familia de Genoveva siguen siendo reputados psiconalistas en América Latina, herederos de esta tradición que arrancó su abuelo.
La conexión danesa
Avelino, a los 20 años, conoce a la bella Lykke Reiman, una periodista neoyorquina afincada en México e hija del famoso naviero danés Arnold Eugen Reiman, que había emigrado desde Copenhague a Estados Unidos. Según el acta de matrimonio, que se adjunta en la fotografía que acompaña este texto, la pareja se da el sí quiero en la Ciudad de México, donde ambos residen. El documento detalla la conexión danesa de esta familia, ahora en boca de todos por la relación de Genoveva Casanova con Federico de Dinamarca. Dos jóvenes veinteañeros que se unen en matrimonio un 31 de agosto de 1945. Una historia de amor entre un médico, que estudia el alma, y una periodista avezada. De esta unión nacieron dos hijos y una única niña, Mariana, que es la madre de Genoveva Casanova, una mujer, ahora en boca de todos, que le debe mucho al espíritu rebelde de las mujeres de su familia.
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