Cayetano Martínez de Irujo ya tiene madrina para su boda con Bárbara Mirjan

La cuenta atrás para una de las bodas más esperadas del otoño ya ha comenzado. Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan se darán el "sí, quiero" en octubre en la iglesia de los Gitanos de Sevilla, un enclave lleno de simbolismo para la familia del duque de Arjona. Lo que prometía ser una ceremonia íntima ha ido creciendo en escala y, con ella, también el interés mediático.

Uno de los aspectos más comentados del enlace es la elección de la madrina. En un principio, se especuló con la posibilidad de que fuera Eugenia Martínez de Irujo quien ejerciera ese papel en representación de su madre, la recordada duquesa de Alba. Sin embargo, esa idea quedó rápidamente descartada. Las relaciones entre los hermanos están lejos de ser cercanas, y Cayetano ha optado por una figura mucho más próxima: su hija Amina, fruto de su relación con Genoveva Casanova.

Genoveva Casanova, la gran ausente

Amina será quien lo acompañe hasta el altar, en una escena que, sin duda, promete ser de las más emotivas del día. Y es precisamente Genoveva una de las grandes ausentes. Aunque mantiene una relación cordial con la pareja, no ha sido invitada al enlace. Según recoge *Informalia*, su presencia no se consideró adecuada para un evento tan personal.

Tras la ceremonia religiosa, la celebración continuará en la finca familiar "Las Arroyuelas", a las afueras de Sevilla. El banquete y los detalles de la fiesta correrán a cargo de la madre de Bárbara, una empresaria del norte de España, quien ha querido regalarle a su hija una boda por todo lo alto tras siete años de relación con Cayetano, a pesar de la notable diferencia de edad entre ambos: 33 años.

Y aunque los focos se han centrado también en los rumores sobre una supuesta discusión entre la pareja en el Global Champions Tour de Madrid, Bárbara ha zanjado el tema con elegancia: "Yo soy muy expresiva al hablar, nada más. No estábamos discutiendo".

En definitiva, todo apunta a que la boda será uno de los eventos sociales del año, no solo por el entorno aristocrático que rodea al enlace, sino por las historias personales que se entrelazan detrás de cada decisión. Y, como suele ocurrir con los Martínez de Irujo, lo personal siempre tiene un tinte de espectáculo.