Entrevista

Las Finat declaran la guerra a Halloween: "Cuando disfrazas a tu hija de bruja le abres las puertas al mal"

Las mellizas Ani y Casilda, aristócratas, han abanderado una campaña digital de sensibilización para reivindicar la Fiesta de Todos los Santos y el Día de los Fieles Difuntos

Casilda y Ana Finat
Casilda y Ana FinatGtres

Las hermanas Casilda y Ani Finat han hecho suya la cruzada eclesial para frenar Halloween y recuperar el sentido del 1 y 2 de noviembre: la festividad de Todos los Santos y el Día de los Fieles Difuntos. Se resisten a que sus hijos, amigos y los miles de seguidores que acumulan en Instagram estas aristócratas caigan en lo que ellas consideran como una «americanada importada». «Es el cumpleaños del demonio, es la noche que más sacrificios humanos se hacen», compartía Casilda a través de Instagram hace unos días dando pistoletazo de salida a su particular campaña de sensibilización y evangelización a través de las redes sociales.

Una alerta que la aristócrata ratifica a LA RAZÓN: «Nadie se atreve a hablar tan claro. A estas alturas, me da igual que me digan que soy una exagerada, pero lo que se está haciendo cada 31 de octubre hace mucho daño a Jesús, se está convirtiendo en una jornada muy peligrosa, porque se hacen misas negras con hostias consagradas robadas y en Estados Unidos dicen que es el día que más niños desaparecen». Su hermana Ani no se queda atrás en su diagnóstico: «Me parece un horror, todo lo que se está generando es tremendo. Se ha convertido en un auténtico negocio, pero detrás de los aparentemente inocentes disfraces de monstruos, diablos y de villanos, y de los niños pidiendo chuches puerta a puerta, se esconden muchas motivaciones oscuras y demoniacas». «No es ninguna broma y hay que tener mucho cuidado», insiste.

Lo cierto es que las mellizas están alineadas con el análisis realizado esta misma semana por la Santa Sede, a través de la Asociación Internacional de Exorcistas. El sacerdote y vicepresidente de la plataforma, Francesco Bamonte, ha alertado de «la neomagia Wicca y del satanismo» que promueve «cuaresma blasfema» con «acciones y rituales cada vez más abominables». Para el presbítero esta «fiesta colectiva, consumista y al mismo tiempo irracional» es propia de «un renacimiento neopagano» en el que los «círculos ocultistas y satánicos» llegan incluso a «organizar escuelas de magia y brujería con intenciones lúdicas, aparentemente inofensivas…» que califica de «trampa».

«Se está festejando todo lo contrario al cristianismo, es una oda al mal, al horror y al pecado, cuando nosotros creemos en la resurrección y la vida eterna que vence a la muerte, que Cristo nos ha salvado para redimirnos», expone Casilda. De hecho, considera que no es inocuo el hecho de que una madre cualquiera decida disfrazar a su hija de bruja o a su hijo de zombie: «Aunque no sea consciente, está abriendo a en su hijo las puertas del mal, está dejando que se empape del mensaje de que no pasa nada por dialogar y pactar con la maldad». «No podemos normalizar en nuestras mentes, en nuestros corazones y en nuestras vidas cosas que no son ni buenas, ni bonitas, ni normales», denuncia la empresaria, que continúa triunfando con su firma de complementos por toda España.

"Es tremendo que nos enganchemos a una fiesta que celebra al demonio"

Por ello, ninguna de las dos hermanas cree que plantarse frente el tirón de Halloween sea una quijotada inútil o una batalla perdida. «Siempre es posible la esperanza», sentencia Ani, que ha terminado recientemente la gira de firmas de su primer libro ‘Cuando conocí al Dios amor’ (Desarrollo Personal), en el que detalla su conversión interior. «El mal ya ha perdido, porque siempre gana Jesús, Él ha vencido a la muerte y nos regala la libertad. Dios nos ha hecho libres por encima de todo y nos permite elegir lo que queramos para nuestra vida, pero es en esa libertad donde nosotros podemos decantarnos por el mal o por el bien. Es una lucha cotidiana que todos debemos librar», completa Casilda.

Alternativa tradicional

Como plan alternativo, proponen recuperar y apuntalar las tradiciones vinculadas tanto a la fe como a la cultura española para estos días. Para Casilda, «el 1 de noviembre tenemos que celebrar la santidad a la que todos estamos llamados, compartiendo historias de tantos hombres y mujeres que la Iglesia reconoce como santos, cocinando también tantos dulces vinculados a estas fechas y el 2 de noviembre debemos honrar la memoria de nuestros familiares fallecidos a los que queremos».

«Es una fiesta tan preciosa en la que celebramos a la Iglesia triunfante, a todos aquellos que han dado la vida por Cristo y que están intercediendo por nosotros, que me da una pena tremenda ver cómo nos podemos perder en una fiesta pagana que celebra a la muerte y al demonio», se lamenta Ani, que pone la mirada en esa «familia del cielo con la esperanza en la vida eterna y en todos aquellos que nos han precedido como santa Teresita del Niño Jesús, la madre Teresa de Calcuta, san Juan Pablo II…».

«Disfracémonos hoy de santos y de ángeles, no de cosas feas que nos pueden hacer daño», propone, aplaudiendo la apuesta de las diócesis españolas por «Holywings», un juego de palabras que significa «la santidad vence». Se trata de una iniciativa que nació en París en el año 2002 para contrarrestar Halloween.

Pero, sobre todo, las Finat echan mano de su mejor arma para intentar frenar la moda de las calabazas, las telarañas y las tumbas: la oración. «Ya reservé dos horas para estar con Jesús en una capilla el viernes por la noche, diciéndole lo maravilloso que es para intentar contrarrestar todos los agravios que en este día se realizan en forma de blasfemias», explica Casilda con total naturalidad.

Casilda Finat
Casilda FinatGtres

Más allá del «Día de los Muertos» y su auge, las Finat sí están constatando en paralelo en su entorno un cierto repunte de la práctica religiosa entre los jóvenes y adultos. Fenómenos como el grupo musical Hakuna, el nuevo álbum de Rosalía en el que aparece vestida de monja o la película «Los domingos», que aborda la vocación a la vida en clausura, son para ellas signos de algo más, de un renacer del catolicismo, de un runrún espiritual.

«Para que alguien como Rosalía, con su carrera asentada, no tenga problema a la hora de hablar y de cantar sobre cosas religiosas y exponerse así, es porque evidentemente algo se le está removiendo por dentro. Y eso es muy bueno, porque seguro que le está ayudando a ella y puede ayudar todos los que la escuchan y la siguen», reflexiona Ani, que está convencida de que la artista catalana no se mueve ni por postureo ni por marketing.

«Percibo muchísimo que en estos tiempos está actuando con mucha fuerza el Espíritu Santo y está encendiendo muchos corazones», comenta Casilda, que comparte posibles razones de este fenómeno: «Estamos en un mundo con un vacío existencial horroroso, por todo lo que nos rodea, y que nos lleva a esclavizarnos, a ser más esclavos de nuestro cuerpo, de lo material, de las drogas… Frente a ello, noto que los jóvenes están empezando a buscar respuestas, a no conformarse con lo que se les vende».

«Me niego a pensar que nuestros jóvenes son una generación de ninis que no piensan, que se conforman con cualquier cosa», aporta Ani, que considera que, de alguna manera se está generando un ‘efecto rebote’ en las redes sociales: «Se están dando cuenta de que todo lo que les ofrecen ahí no les llenan y se están lanzando a descubrir cuál es la verdadera plenitud». «Ojalá sepamos ayudar a descubrir que Cristo es la respuesta a sus preguntas», remata.