
Entrevista
Isabel Preysler: "A mi edad el amor se vive con más libertad"
Publica un libro de memorias, "Mi verdadera historia", con principios, finales y puntos suspensivos. Pura Preysler

Hace algo más de una semana que las memorias de Isabel Preysler (74 años) sacudieron, que se dice, el mercado editorial. «Mi verdadera historia» (Espasa) se colocó en el número uno en la codiciada lista de los libros más vendidos de no ficción, de donde no bajará, es de suponer, en toda la temporada. Una de las cosas que más me satisface es que ha superado a «Sobre Dios», el tema de moda, del filósofo surcoreano Byun-Chul Han, un interesante maestro en hacernos ver obviedades como si fueran pensamientos profundos y que acaba de recibir el Princesa de Asturias. Convendría al filósofo conocer la vida y obra de Preysler, que no es Simone Weil, ni falta que le hace.
Las memorias han fijado de nuevo a su protagonista en la conversación social y el cotilleo malsano. Desde su boda –embarazada de su hija Chábeli como cuenta en el libro- con Julio Iglesias en el año 1971, cincuenta y cuatro años nos contemplan, Isabel Preysler ha copado las portadas con la vida que muchos desearían tener. Ha dejado en herencia a sus hijos ese espejo aspiracional en el que medio país se mira. Las afirmaciones vertidas en su libro y en las escasas presentaciones que ha realizado («Boyer fue el amor de mi vida» o «Publico las cartas de Vargas Llosa porque son mías») se han convertido en titulares y en material para columnistas acostumbrados al quehacer político del que se nutren las primeras páginas de los diarios nacionales, lo que de alguna manera saca al personaje de la revista de peluquería para peinar la España que todavía «la» Preysler tiñe de un rosa madurado. Atraído por el fenómeno, pregunto a Isabel a vuelapluma.
Hay varios momentos en su libro en los que desmiente muchas de las falsedades que se han escrito sobre usted, como la infelicidad de Vargas Llosa o el motivo de su ruptura, ¿se ha quedado a gusto o tiene más ganas?
Se han escrito muchas cosas sobre mí, unas verdaderas y otras no tanto. Con el libro he querido contar mi verdad, desde el momento de paz y felicidad en el que estoy.
Dedica un espacio, más amplio que el esperado, a su vida en Filipinas, la que estaba fuera de los focos. ¿Cuánto más mayores somos más echamos la vista atrás? ¿O quería que se supiera lo que menos gente conoce?
Creo que nuestra niñez juega un papel decisivo en los adultos en los que nos convertimos, por eso mi infancia en Filipinas es el punto de partida del libro. Allí fui una niña muy privilegiada y feliz. Y he querido contar, desde mi punto de vista, lo afortunada que me siento por la infancia tan feliz que tuve.
De todos sus amores, solo hace referencia, sobre sus encuentros íntimos, a Junie Kalaw. ¿Es porque siempre regresamos al primer amor?
Guardo un recuerdo muy bonito de esa etapa de mi vida. Fui una adolescente algo rebelde. La historia con Junie fue muy inocente y aun conservo el cariño por ese primer amor.
Los celos son una constante en tres de sus grandes relaciones, Julio Iglesias, Miguel Boyer y Vargas Llosa. ¿Hay que educar sentimentalmente a los hombres?
Creo que el amor es un aprendizaje continuo para todos. Y cada relación tiene sus luces y sombras. He tenido la suerte de compartir mi vida con hombres brillantes, y de cada uno prefiero quedarme con todo lo bueno.

¿El amor a su edad se vive con más libertad o más cautela?
Con mucha más libertad. Sentirse más libre es una de las mejoras cosas que tiene el paso del tiempo y la edad.
¿Ha sentido que muchas de las críticas hacia usted se han hecho por ser mujer? ¿La hubieran tratado igual de ser un hombre?
En general siempre me he sentido una persona muy querida. La unanimidad es imposible de conseguir, pero aun así tengo que dar las gracias por todo el cariño que recibo y siempre he recibido de la gente.
Otro tema con el que se especula con frecuencia: ¿habla o mantiene relación con Julio Iglesias?
Sí, claro. Nos unen nuestros tres hijos maravillosos y nuestros nietos. Tenemos una relación cordial y me alegra que así sea.
"Tengo una relación cordial con Julio Iglesias y me alegra que así sea"
Ha tratado algunos asuntos espinosos, como las infidelidades, de una u otra parte, con estricta elegancia, ¿es la elegancia una actitud mucho más allá de la apariencia?
Para mí la elegancia no tiene tanto que ver con la apariencia, sino con la forma de comportarse. La verdadera elegancia está en la bondad, hacia los demás y hacia uno mismo. Es lo que siempre he intentado inculcarles a mis hijos.
El público tiene una imagen glamourosa de usted, pero en el libro deja ver también lo mal que lo pasó en diferentes etapas. ¿Cree que eso la hará más de carne y hueso?
Creo que nunca he intentado proyectar una imagen distinta de lo que soy. He tenido momentos muy difíciles, como podemos tenerlos todos, pero también miles de razones para sentirme agradecida.
¿Qué momento de su vida se repite en su memoria con más frecuencia?
Recuerdo con mucha ilusión la infancia de mis hijos: los cumpleaños en casa, las risas, los planes juntos… También, por ejemplo, mis primeros cumpleaños en nuestra casa familiar de Manila.

¿Hubo algún capítulo particularmente difícil de escribir o recordar?
Sin duda, el momento más doloroso de recordar durante el proceso de escritura del libro ha sido la marcha de mis hijos mayores a Miami. Creo que no he sido capaz de plasmar todo el dolor que sentí durante esa etapa de mi vida. Hoy, sin embargo, estoy en una etapa tranquila y feliz.
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