Declive

La nueva vida de Andrés, el plebeyo

Ha perdido su estatus y su reputación es ya insalvable. Seguirá siendo octavo en la línea de sucesión al trono, pero únicamente por imperativo legal

Príncipe Andrés de Inglaterra
Andrés, hijo de la Reina Isabel IIAgencia AP

Confundió privilegio con impunidad. Consumido, dicen, por la envidia de no poder ser rey, se perdió en una vida de excesos, lujos y excentricidades que nadie se atrevía a criticar en alto porque era el hijo favorito de Isabel II. Pero Andrés ya no es príncipe, ya no es duque, ya no es nada de eso. Se trata simplemente de un plebeyo sin oficio ni beneficio que ha sido alejado de todo y todos, protagonizando el capítulo más humillante y deshonroso de la historia reciente de la monarquía.

La última vez que un príncipe británico perdió un título de forma oficial fue hace más de un siglo, durante la Primera Guerra Mundial. En 1917, el rey Jorge V -bisabuelo de Carlos III- retiró los títulos y honores británicos a todos los miembros de la familia real con ascendencia alemana que servían al enemigo. En el caso de Andrés, se queda sin títulos, sin estatus y también sin casa. Tras su desalojo forzoso de Royal Lodge, se mudará ahora a una modesta residencia en Sandringham, propiedad privada de Carlos III –que no de la Corona– y cuyo mantenimiento correrá a cargo del Rey.

Carlos III no sólo aparta a un hermano incómodo; está trazando los límites morales y operativos de la monarquía moderna. Con esta medida, el Rey consolida su autoridad, impone una narrativa de regeneración y deja claro que la Corona británica, en su versión del siglo XXI, no tolerará ninguna sombra que amenace su legitimidad.

El príncipe Andrés con el uniforme del Naval Air Squadron en Portland, en 1983
El príncipe Andrés con el uniforme del Naval Air Squadron en Portland, en 1983Agencia AP

Desde que en 2019 estallara el escándalo por su amistad con el pedófilo convicto Jeffrey Epstein, quien se quitó la vida en prisión, Andrés había sido una carga tóxica para la Casa Real. Su famosa entrevista con la BBC, en la que intentó defender lo indefendible, marcó el principio del fin. Desde entonces, Buckingham Palace fue retirándole prerrogativas en una suerte de destierro progresivo: primero los actos públicos, luego los honores militares, después la asignación económica y la seguridad personal. Pero lo que ahora hace Carlos III es una purga completa.

Intensas negociaciones

Detrás de la decisión, según fuentes reales, hubo intensas negociaciones dentro de la familia donde el príncipe Guillermo, heredero al trono, fue una de las figuras que más presionó para su salida, consciente de que la supervivencia de la monarquía depende tanto de su transparencia como de su capacidad de adaptación. Las hijas de Andrés seguirán siendo princesas. Pero su exmujer Sarah Ferguson, tendrá que buscarse la vida por sus medios.

El príncipe Andrés y Sarah Ferguson el día de su boda
El príncipe Andrés y Sarah Ferguson el día de su bodaASSOCIATED PRESSAgencia AP

Carlos III, cuentan en su entorno, no ha actuado movido por la ira sino por el deber. Durante meses, había confiado en que su hermano diera un paso al lado voluntariamente, pero la presión pública lo hizo imposible. El Parlamento llegó a pedir explicaciones sobre por qué Andrés seguía ocupando una propiedad de la Corona mientras se acumulaban las revelaciones sobre sus contactos con Epstein e incluso sus presuntos intentos de desprestigiar a Virginia Giuffre, la mujer que le acusó de haber abusado de ella siendo menor y que se quitó la vida en abril. La publicación este mes de su biografía póstuma es lo que llevó la polémica ya a un punto sin retorno. La paciencia en Westminster y en la calle se agotó.

El proceso legal para la retirada de títulos de Andrés será minucioso. El monarca emitirá Reales Órdenes para que el Lord Canciller elimine oficialmente el título de duque de York del registro nobiliario. Es una maniobra constitucionalmente inédita: ni siquiera Eduardo VIII, tras abdicar para casarse con Wallis Simpson, fue borrado con tanta contundencia.

Andrés seguirá siendo el octavo en la línea de sucesión al trono, pero ya solo por imperativo legal. Su papel dentro de la familia se ha reducido a cero. Su nombre, sin «Su Alteza Real» delante, quedará como símbolo de una transición dolorosa: la de una Corona que, para sobrevivir, ha tenido que sacrificar a uno de los suyos. El linaje ya no garantiza inmunidad.

Comunicado de la familia de Virginia

►La familia de Virginia Giuffre emitió un comunicado tras conocer la retirada de los títulos de Andrés. «Virginia Roberts Giuffre, nuestra hermana, una niña cuando fue agredida sexualmente por Andrés, nunca dejó de luchar por la justicia por lo que le sucedió a ella y a innumerables sobrevivientes como ella. Hoy, ella declara una victoria», indican en su escrito, en el que también prometen continuar la lucha contra los abusos: «No descansaremos hasta que todos sus abusadores y cómplices rindan cuentas ante la Justicia».