Revancha mediática

Gabriela Guillén: la mujer que se niega a pasar desapercibida

Entre la humillación familiar y los proyectos personales, la madre del hijo de Bertín Osborne decide alzar la voz y contar su verdad

Gabriela Guillén y Bertín Osborne
Gabriela Guillén y Bertín OsborneFotomontaje La Razón

Gabriela Guillén no puede más. La última fiesta benéfica organizada por Bertín Osborne y Fabiola Martínez ha encendido en ella un enfado que se remonta a años de silencios y minimizaciones. La exclusión del acto ha sido la gota que colmó el vaso, y Gabriela siente que lo que ocurre roza la humillación. Su hijo, fruto de un breve pero intenso romance con el artista, merece los mismos derechos y reconocimientos que cualquier otro miembro de la extensa estirpe Osborne.

En público, Gabriela mide cada palabra, consciente de que cualquier exceso podría llevarla al banquillo de Plaza de Castilla. En privado, sin embargo, no hay filtros: sus declaraciones son directas, sin eufemismos, y cargadas de una indignación que se ha ido gestando con el tiempo.

Dilemas éticos y familiares

Según ha podido confirmar 20 Minutos, Gabriela ha comenzado a escribir sus memorias. En ellas, planea explicar no solo por qué decidió continuar con su embarazo, a pesar de las objeciones de algunos, sino también cómo esta elección impactó en su vida personal y profesional. Una decisión que, lejos de ser sencilla, la enfrentó a dilemas éticos y familiares que no todos comprendieron.

Bertín Osborne y Gabriela Guillén posan para la portada de Lecturas
Bertín Osborne y Gabriela Guillén posan para la portada de LecturasLecturas

No es la primera vez que la vida de Bertín Osborne se cruza con controversias de este tipo. Otras mujeres han denunciado públicamente haber recibido presiones para interrumpir embarazos "por un bien mayor". En sus páginas, Gabriela también pretende arrojar luz sobre la escasa relación con las hijas mayores de su expareja y la influencia que tuvieron durante la gestación y después del nacimiento.

Aunque algunos interpretan este proyecto literario como una especie de revancha mediática, hay quienes señalan que detrás de él hay también una motivación económica. Su negocio de belleza femenina, ubicado en una de las zonas más exclusivas de Madrid, no está rindiendo como esperaba, y las facturas se acumulan como losas difíciles de soportar.

Mientras evalúa el futuro de su centro estético, Gabriela no descarta volver a conceder entrevistas televisivas. Pero esta vez, promete, será para poner a cada uno en el lugar que le corresponde. Sus palabras podrían marcar el cierre de un capítulo, o el inicio de otro completamente distinto. La vida de Gabriela Guillén, entre silencios prolongados y decisiones valientes, está lejos de haber dicho su última palabra.