Kim Kardashian y el "robo del siglo": la Fiscalía francesa pide 10 años de cárcel para el presunto autor intelectual

Han pasado casi nueve años desde el impactante robo a Kim Kardashian en una suite de lujo en París, pero el caso sigue dando titulares. Esta semana, la Fiscalía francesa ha pedido una condena de 10 años de prisión para Aomar Ait Khedache, de 69 años, señalado como el presunto autor intelectual del atraco que conmocionó al mundo del entretenimiento.

El Ministerio Público lo acusa de haber dado las órdenes clave, reclutado al grupo de asaltantes y de haber viajado posteriormente a Bélgica con la intención de vender parte de las joyas sustraídas, valoradas en más de 10 millones de dólares. Khedache, sin embargo, rechaza haber sido el cerebro detrás del asalto, aunque sí ha reconocido su implicación directa en el momento del crimen, admitiendo que ató a Kardashian en el baño del hotel.

La celebrity les perdona, pero no olvida

Durante el juicio, el acusado leyó una carta de disculpas dirigida a la estrella, quien no pudo evitar las lágrimas al escuchar el testimonio. Aun así, Kim dejó clara su postura emocional: "Lo perdono por lo que ocurrió, pero eso no cambia el trauma". Sus palabras resonaron con fuerza el 13 de mayo, fecha en la que compareció en calidad de víctima ante el tribunal.

El proceso judicial, que arrancó a finales de abril en París, ha puesto en el banquillo a diez sospechosos vinculados con lo que muchos han calificado como "el robo del siglo". A pesar de las pruebas y testimonios, ocho de ellos se declaran inocentes. La Fiscalía, por su parte, sostiene que la responsabilidad es compartida y que todos están implicados en mayor o menor grado. El veredicto final se conocerá este viernes.

Mientras tanto, Kim Kardashian sigue adelante con su vida pública. En medio del juicio, la empresaria ha protagonizado las portadas de octubre y noviembre de "Fortune", celebrando el éxito rotundo de su marca SKIMS y su posicionamiento como una de las mujeres más influyentes del panorama empresarial.

Pero detrás del reconocimiento y el glamour, queda el recuerdo de una noche que cambió para siempre su forma de vivir. Aquel 2016, la estrella más seguida de Instagram dejó de ser solo una influencer para convertirse también en víctima de uno de los crímenes más mediáticos del siglo XXI.