
Memorias
Miguel Bosé recuerda desnudo un amor con una costarricense que lo marcó para siempre: "Dejó el listón muy alto"
El artista español abre su memoria y relata la historia de la relación que vivió con Giannina Facio. Un vínculo que inspiró la canción "Nena"

Hay recuerdos que el tiempo no desgasta. Hay amores que no se olvidan, aunque el calendario insista. Miguel Bosé lo sabe bien. En "Historia secreta de mis mejores canciones", el libro que publicó en 2022, el artista abrió la puerta -con la elegancia de quien se permite la vulnerabilidad- a una historia que vivió años atrás en Costa Rica y que, sin proponérselo, terminó incrustada en su obra.
Allí contó cómo una relación tórrida, de esas que incendian sin hacer ruido, se convirtió en la inspiración de "Nena", uno de los títulos más reconocibles de su repertorio. "Érase una vez, una de tres o cuatro años atrás, que hubo una novia costarricense con la que tuve una relación tórrida", escribe. "En muchos aspectos se supo hacer inolvidable. Rompimos queriéndonos mucho, pero por esas cosas de la vida nos fuimos alejando".
Su testimonio, íntimo y casi confesional, no responde a la nostalgia fácil. Es, más bien, un ejercicio de memoria emocional. Reconoce que, cuando comenzó a escribir el álbum del que forma parte "Nena", esa mujer seguía viva en su recuerdo. "Lo estuvo durante mucho tiempo, muchísimo; de hecho, aún lo está", admite. Quizá por eso la canción no es solo música: es un pequeño homenaje a un vínculo que se extinguió, pero nunca desapareció.
La mujer en cuestión no es un personaje anónimo. Se trata de la costarricense Giannina Facio, actriz y productora de carrera internacional, musa involuntaria para varios artistas y figura magnética tanto dentro como fuera de la pantalla. Con trabajos en "Gladiator", "Hannibal" y "Red de mentiras", y coproductora de títulos como "House of Gucci", Facio formó parte del universo creativo de Ridley Scott y dejó una marca indeleble en quienes la rodearon. Bosé no fue la excepción.
En su libro, el cantante la retrata con una prosa casi cinematográfica: "Su dulzura, su voz, su piel… y ese modo de andar, de caminar… esas piernas perfectas, una en el mar Caribe, la otra en el océano Pacífico, que remontaban hasta juntarse en el cielo, mi cielo, mi paraíso. Tenía paso cadenciado, acompasado, a ritmo de chachachá". Una imagen que, por sí sola, explica por qué todas las mujeres que llegaron después fueron medidas con "una vara que dejó el listón muy alto".
En "Historia secreta de mis mejores canciones", Bosé no solo reconstruye su vida sentimental: también desnuda el origen de su creatividad, la forma en la que sus experiencias se transforman en melodías y versos. El proceso creativo, admite, está lleno de revelaciones, contradicciones y momentos de absoluta honestidad.
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