Olivia de Borbón, arropada en el funeral de su padre por Lomana, Cari Lapique y María Zurita

El pasado 20 de mayo, la familia Borbón recibía un duro revés. La muerte de Francisco de Paula de Borbón y Escasany ha dejado a sus seres queridos y amigos huérfanos, como así se ha podido comprobar casi un mes después en la iglesia catedral Castrense de Madrid. Aquí se han reunido para dar el último adiós al padre de Olivia de Borbón, que perdía la vida de manera inesperada a los 81 años, tan solo unos días después de la muerte de su hermano, Alfonso de Borbón.

La tragedia se ha instalado en el seno de la familia, que este lunes hacían piña en el templo madrileño para llorar su muerte, recordar los mejores momentos de su vida y, en definitiva, mantener su memoria siempre viva. Así lo hicieron ya el pasado mes de mayo en la capilla ardiente, que se levantó en el Tanatorio de San Isidro de Madrid, pero lo han repetido en un funeral en el que no han faltado numerosos rostros conocidos, íntimos amigos del duque de Sevilla y su familia.

Olivia de Borbón, arropada por familia y amigos

“Con inmensa pena os comunico que esta noche ha fallecido en Madrid nuestro padre Francisco de Borbón y Escasany (…) pudimos estar con él hasta el último momento”, destacaba Olivia de Borbón cuando dio a conocer la inesperada muerte de su progenitor, días después de decir adiós a su tío Alfonso. El primo del Rey Juan Carlos I era muy querido, como así se ha hecho saber una vez más este lunes en una ceremonia oficiada por el arzobispo Juan Antonio Aznárez Cobo.

A las 20:00 horas estaban convocados en el templo madrileño, aunque el incesante goteo de familiares y amigos comenzó poco antes. Olivia de Borbón ha sido de las primeras en llegar, de riguroso luto, para así recibir al resto de asistentes a la misa funeral. Lo hacía arropada por su marido, Julián Porras, así como sus hijos, Flavia y Fernando Enrique. Olivia ha optado por la discreción y no ha querido hacer ninguna declaración a los medios que le esperaban a las puertas, aunque su esposo sí que ha entendido necesario destacar que su suegro “era un gran señor, un gran hombre, una grandísima persona, todo el mundo le quería”. No le han quitado razón el resto que llegó poco después que ellos.

Así lo hizo también Marisa Yordi de Borbón, viuda de Alfonso de Borbón y cuñada del fallecido duque de Sevilla. Su rostro reflejaba lo duro del encuentro familiar, pues se produce después de perder a su marido y su cuñado con escasos días de diferencia, lo que les ha sumido en un duelo difícil de digerir. Al menos estaba rodeada de su familia, así como buenos amigos del clan, como son Cari Lapique, que el verano pasado vivió su propio infierno con la muerte de su marido Carlos y su hija Caritina Goyanes. Acudió acompañada de su hermana Myriam. Ambas conocedoras de lo que es perder un ser querido, han querido arropar a la familia.

Lo mismo que ha hecho Carmen Lomana, Nuria González, Fiona Ferrer, Pilar González de Gregorio, la prima del Rey Felipe VI, María Zurita, Pedro Trapote y Begoña García Vaquero, así como los duques de Terranova o la princesa Beatriz de Orleans. Tampoco Jaime Martínez Bordiú, el empresario Juan Abelló, el ex de Ágatha Ruiz de la Prada, José Manuel Díaz-Patón, o los políticos Iván Espinosa de los Monteros y Rocío Monasterio. Todos unidos en un mismo duelo y con la intención de hacérselo más llevadero a la familia del duque de Sevilla.