Lujo
Escándalo en el Reino Unido a cuenta de la ropa de la primera dama, Victoria Starmer
El primer ministro viola la norma parlamentaria al no declarar que un donante multimillonario cubrió los costos de vestuario de su esposa
En 1999 Cherie Blair, casada con el entonces primer ministro del Reino Unido, Tony Blair, se quejó en privado a sus amigos de que, cuando acompañaba a su marido al extranjero, tenía que desembolsar "decenas de miles de libras de su propio bolsillo para comprar ropa elegante que contribuyera a crear una imagen positiva de Gran Bretaña". Por su parte, Sarah, la esposa de Gordon Brown, que gobernó el país entre 2007 y 2010, decidió alquilar la ropa de diseño que usaba en las cumbres internacionales. Son quebraderos que no atañen a Victoria, la mujer del actual primer ministro, Keir Starmer.
Según denuncia hoy "The Sunday Times" en un amplio reportaje, el primer ministro ha infringido las reglas parlamentarias al no declarar que Lord Alli, empresario multimillonario y donante del partido, compró ropa de alta gama para su esposa, Victoria, tanto antes como después de las elecciones. Los diputados están obligados a registrar los regalos y donaciones dentro de los 28 días siguientes a su recepción, por lo que el político se enfrenta ahora a una investigación.
Alli, ex presidente de la cadena de tiendas de moda online Asos, cuya fortuna se estima en 200 millones de libras, es el mayor donante personal de Starmer. Este año ha donado al líder laborista ropa de trabajo y varios pares de gafas por valor de 18.685 libras. También gastó 20.000 libras en alojamiento para Starmer durante las elecciones y una suma similar en gastos de "oficina privada", según la publicación.
Todo ello fue declarado, pero ocultó que también cubrió el coste de un asesor personal, ropa y arreglos para Lady Starmer. A cambio de estas donaciones, Alli tenía pase de seguridad para acceder al número10 de Downing Street, algo que solo era conocido por un pequeño círculo de asesores de confianza del Partido Laborista. Estas revelaciones podrían poner en un serio aprieto a Starmer, quien ha prometido limpiar la política y erradicar el amiguismo.
Al igual que todos los diputados, el primer ministro está obligado a mantener la transparencia en su cargo y respetar las normas diseñadas que proteger a los políticos de influencias indebidas.
Lady Starmer mantiene un perfil bajo como primera dama y ha sido elogiada por los comentaristas de moda por su estilo elegante pero sencillo, incluido el vestido rojo Me+Em que lució al entrar en el número 10, cuyo coste era de 275 libras. También ha sido fotografiada con vestidos de The Kooples y Needle & Thread.
Se afirma que la opinión de que Starmer no necesitaba informar sobre la ropa se basó en parte en el asesoramiento que solicitó a las autoridades parlamentarias en junio, cuando aceptó entradas VIP por valor de 4.000 libras de la Asociación de Fútbol para ver a Taylor Swift en el estadio de Wembley .
De acuerdo con las normas de hospitalidad, le informaron que solo debía declarar cuatro billetes, en lugar de hacer declaraciones en nombre de ellos. Sin embargo, se aplican normas distintas a terceros que reciben personalmente "beneficios", como "ropa o joyas".
La guía del código de conducta de los diputados establece que los miembros deben registrar "cualquier bien otorgado a un tercero, independientemente de que este haya acompañado o no un beneficio para él o ella", si el regalo o donación se hizo en su calidad de "membresía de la Cámara de los Comunes o actividades parlamentarias o políticas".
Downing Street no ha querido precisar cuándo empezó Alli a pagar la ropa de Lady Starmer ni el valor total de los regalos. Una fuente dijo que la información se revelaría formalmente a su debido tiempo.