
Legado
Warren Buffett, después del retiro: sus hijos solo heredarán un uno por ciento de su fortuna
El empresario confía en sus tres hijos, pero no en generaciones venideras, y asegura que no creará una dinastía

Warren Buffett se retira después de seis décadas al frente de Berkshire Hathaway, la compañía textil que fundó en 1965 y que acabó convirtiéndose en un conglomerado empresarial con una capitalización de 1.000 millones de dólares en 2024. El inversor más famoso del mundo llevaba tiempo preparando su salida, que tendrá lugar a finales del 2025, y a sus 94 años, el pasado 3 de mayo, anunció durante la junta anual de accionistas que hasta aquí llegaba. El vacío que deja Buffett lo ocupará un veterano de la empresa a partir del 1 de enero de 2026, Greg Abel (62 años), el actual vicepresidente del grupo encargado de todos los negocios salvo los de seguros. Buffett pone fin a una era y deja una herencia profesional, humana y personal que se distribuirá en armonía con su filosofía de vida. «Quiero darles a mis hijos lo suficiente para que puedan hacer cualquier cosa, pero no tanto como para que no hagan nada», es una de sus célebres frases y en la que se sustenta su plan de reparto de un patrimonio que ronda los 150.000 millones de dólares.

En 2006, se comprometió a donar más del 99% de su patrimonio a causas filantrópicas y ahora aumenta la cifra de ese deseo anunciando que dejará a sus hijos Peter, de 66 años; Howard, de 69; y Susie, de 71, la tarea de repartir su fortuna en distintas causas sociales y así continuar su labor filantrópica.
Poca fe en los jóvenes
Además, también ha nombrado tres fideicomisarios que reemplazarían a su descendencia, si fuera necesario. «Las decisiones de mañana probablemente las tomarán mejor tres cerebros vivos y bien dirigidos que una mano muerta», ha dicho. Sin embargo, no parece confiar tanto en las generaciones siguientes. «Nunca he deseado crear una dinastía ni seguir ningún plan que se extendiera más allá de mis hijos. Conozco a los tres y confío en ellos, las generaciones futuras son harina de otro costal».
Peter, Howard y Susie recibieron una herencia de 10 millones de dólares cada uno en 2004 cuando falleció su madre, Susan Buffett, una cifra bastante discreta para los estándares que maneja la familia. El patrimonio que dejó ella superaba los 3.000 millones, la mayor parte destinada a su fundación.
El famoso inversor ha compartido su forma de entender su legado en un comunicado que difundió su propia empresa. En él hace referencia a aspectos clave como la importancia de revisar el testamento cada dos años porque las situaciones pueden cambiar. Así lo ha ido haciendo, por lo que no se cree que haya grandes cambios tras su decisión de retiro. Además, el texto hace referencia a que es bueno hablar las decisiones tomadas antes con los herederos, como él siempre hizo, «cuando tus hijos sean maduros, hazles leer tu testamento antes de firmarlo», así se evitarán malentendidos, celos o resentimientos que puedan surgir entre los familiares tras la muerte del ser querido. Por último, resulta crucial tener en cuenta qué pasará si los descendientes más inmediatos también fallecen. «Por mucho que planifiquemos, la vida puede sorprendernos».
Decisiones consensuadas
Cada uno de sus hijos tiene su propia fundación, pero Buffett ha querido crear una nueva en la que las decisiones se tomen de manera conjunta entre los tres. «Me siento muy, muy bien con los valores de mis tres hijos y confío 100% en cómo llevarán a cabo las cosas», dijo en una entrevista con «The Wall Street Journal». Las acciones de Berkshire Hathway, que está valoradas en 1.200 millones de dólares, serán entregadas a varias fundaciones de la familia. Sin embargo, el apoyo económico que durante mucho tiempo se ha donado a la Fundación Gates, dedicada a causas relacionadas con la sanidad y la lucha contra la pobreza y la igualdad de género, solo se mantendrá activo mientras el patriarca siga viviendo. Una información que se conoce pocos días antes de que «The New York Times» publique que la organización creada por el matrimonio Gates, cerrará sus puertas.

A finales del año pasado, Berkshire Hathway le transfirió acciones valoradas en 4.000 millones de dólares, pero desde 2006 la suma de todas las donaciones a la obra social a la Fundación Gates ha alcanzado los 40 mil millones de dólares.
Su sucesor, Greg Abel
La herencia profesional de Buffett también es importante. Su cargo será ocupado por Greg Abel, un canadiense aficionado al hockey que lleva un cuarto de siglo en la empresa y al que ahora le toca enfrentarse a un nuevo panorama empresarial. Por primera vez en dos décadas, Berkshire tiene más efectivo ($348 mil millones de dólares) que acciones, después de prácticamente haberse retirado de la bolsa, y hay que gestionar la nueva situación. Desde luego no ayuda la situación económica que atraviesa Estados Unidos, un momento de caos provocado por la guerra comercial que Donald Trump ha impulsado. La gran pregunta a qué dedicar ese dinero más allá de la filantropía para que la empresa madre siga creciendo. Hasta el propio Buffett ha dicho anteriormente que no ve muchas oportunidades para invertir dinero ahora mismo, ni siquiera en su propia empresa. Pero Buffett confía en Abel y su buen desempeño, «el hecho de que uno pueda hacerlo bastante bien no significa que no pueda hacerlo mejor, y Greg puede hacerlo mejor en muchas cosas».
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