Alemania

El batacazo de la CDU en las elecciones regionales deja tocado al sucesor de Merkel

Tras las humillantes derrotas en Baden-Württembarg y Renania Palatinado, surgen las primeras voces que cuestionan la idoneidad de Armin Laschet como candidato a canciller en septiembre

El nuevo presidente de la CDU Armin Laschet en la rueda de prensa tras el batacazo en las elecciones regionales de este fin de semana, que abre el superaño electoral de Alemania
El nuevo presidente de la CDU Armin Laschet en la rueda de prensa tras el batacazo en las elecciones regionales de este fin de semana, que abre el superaño electoral de AlemaniaCLEMENS BILAN / POOLEFE

Estaban preparados para lo peor, habían elevado cortafuegos, reducido las expectativas pero el batacazo sufrido el domingo por la Unión Cristianodemócrata (CDU) en las regionales de Baden-Württemberg y Renania Palatinado solo pudo definirse como humillante y se tradujo ayer en un malestar mayúsculo entre los bastidores del partido de Angela Merkel.

La reacción no se hizo esperar. A seis meses de los comicios generales, la presidencia del partido exigió un análisis de la derrota y, en la que fue una primera medida, aprobó un código de conducta anticorrupción que implicará la expulsión inmediata de sus infractores, tras el escándalo por los cobros de comisiones de varios diputados conservadores en negocios con mascarillas anti-covid.

“Los miembros que utilicen su posición en el partido o su mandato en beneficio propio vulneran los fundamentos de la CDU y deberán dejar su mandato y el partido de inmediato”, aseguró ayer el líder de la formación, Armin Laschet, quien asimismo advirtió a los miembros de su formación que no se hicieran ilusiones sobre el camino hacia las federales de septiembre.

Pero además de esta decisión, la reunión de la Junta directiva de la CDU estuvo marcada por los ataques contra el Partido Socialdemócrata (SPD). El propio Laschet protestó abiertamente hacia la actitud de su socio de gobierno en el Parlamento ante la crisis del coronavirus o por el trato que, de cara a los medios, dieron algunos socialdemócratas con el asunto de las mascarillas.

El estado de ánimo dentro del bloque conservador de la canciller cambió en tan solo unas semanas. Durante mucho tiempo, y en vista de las cómodas encuestas, se daba por hecho que el sucesor de Angela Merkel heredaría la popularidad de la líder pero los últimos problemas con la gestión de la pandemia, el asunto de las mascarillas o la derrota electoral despertó un miedo creciente en el seno de la formación ante las elecciones de otoño. Mientras tanto, ya resuenan voces que ponen en duda la idoneidad de Laschet como posible candidato a canciller. Aunque sigue la línea de su predecesora, carece de su carisma y atractivo y sus índices de popularidad distan bastante con los de Merkel.

La CDU cayó a mínimos históricos tanto en el estado sureño como en Renania -24,1% y 27,7% de los votos, respectivamente. Los vencedores en Baden-Württemberg fueron los Verdes -con un 32,6%-, mientras que los socialdemócratas se impusieron en Renania Palatinado -con un 35,7%-. Consolidaron con ello su posición como primera fuerza y seguirán al frente de los respectivos gobiernos regionales.

La derrota en Baden-Württemberg es “especialmente dolorosa”, según el derechista Markus Söder. Dicho “Land”, vecino a Baviera y donde tienen su sede varios consorcios industriales alemanes, estuvo durante décadas bajo el dominio conservador. El bloque conservador no ha consensuado aún a su candidato común para las generales. Hay ahí un pulso entre el centrista Laschet y el líder de la CSU bávara, el derechista Söder. El secretario general de la CDU, Paul Ziemiak, aseguró ayer tras admitir la “dolorosa derrota”, que se mantendrá el calendario previsto y que la designación del candidato será tras la Semana Santa.