Neutralidad

La calculada ambigüedad de Israel

El primer ministro, Naftali Bennet, apuesta por mantener un perfil bajo en Ucrania y baraja la posibilidad de adoptar un papel decisivo en una hipotética solución al conflicto

Varios israelíes se manifiestan en las calles de Jerusalén en contra de la invasión de Ucrania
Varios israelíes se manifiestan en las calles de Jerusalén en contra de la invasión de UcraniaMaya AlleruzzoAgencia AP

La invasión militar ordenada por el presidente ruso, Vladimir Putin, en Ucrania ha provocado un conflicto de intereses en Israel. Múltiples factores condicionan el hasta ahora ambiguo posicionamiento israelí. El fundamental es que las botas de los soldados rusos y sus cazas están apostados en el lado sirio de la frontera norte, frente a la verja fronteriza de los Altos del Golán. Desde su desembarco en 2015 y sus indiscriminados bombardeos aéreos, los efectivos rusos decantaron la balanza de la guerra civil siria en favor del dictador Bashar al-Assad. Además, el estado judío pretende preservar el estatus quo vigente con el Kremlin, que le da luz verde para que los cazas israelíes bombardeen recurrentemente objetivos militares proiraníes en Siria. En este escenario, el ex premier Benjamín Netanyahu desarrolló una excelente relación personal con Putin, que le recibía con trato preferencial en su palacio presidencial de Moscú.

Pero EE UU, aliado principal de Israel, le exige una postura inequívocamente favorable a Ucrania. En Tel Aviv, miles de israelíes se manifestaron ante la embajada rusa para exigir un cese inmediato de las hostilidades. Además, muchos glorifican el rol del presidente ucraniano Volodimir Zelenski, de origen judío y descendiente de una familia que sufrió el exterminio perpetrado por el Holocausto nazi. En un país de profundas raíces antisemitas y que colaboró estrechamente con Hitler, se alaba que un líder judío esté ahora al frente de la resistencia contra un ejército invasor.

El primer ministro, Naftali Bennet, propuso el pasado domingo que el estado judío se erija como mediador preferencial entre Rusia y Ucrania. Así se lo hizo constar en una llamada telefónica a Putin, que en respuesta le mostró la predisposición rusa a negociar una tregua. Bennett indicó que su país está dispuesto a ayudar en lo que se requiera para acercar posturas, dado su vínculo especial con ambos países enfrentados. El premier israelí le trasladó la misma oferta de mediación a Zelensky el viernes.

Mientras que inicialmente Yair Lapid, el ministro de exteriores, condenó sin tapujos la agresión rusa en territorio de Ucrania, Bennett utilizó una calculada ambigüedad en sus comunicados públicos, evitando utilizar términos eminentemente contrarios a Rusia. Simplemente, se limitó a mostrar su preocupación por el impacto humanitario de la campaña bélica.

El premier israelí ordenó en el último gabinete de ministros que se mantenga un “perfil bajo”, remarcando que el interés de su país es mantener la tranquilidad. Se pretende preservar así el hipotético rol decisivo que tendría en la negociación para solventar el conflicto en territorio europeo.

Gary Koren, al frente del departamento euroasiático del ministerio de exteriores israelí, aclaró a la cadena de radio pública Reshet Bet que “nos interesa mantener nuestra libertad de actuación en Siria. Pero nuestra relación con EE.UU. y Europa no es solo diplomática, sino también un interés estratégico que debemos preservar”.

Washington mostró su enojo por el rechazo israelí de votar favorablemente a la resolución condenatoria que impulsó en el Consejo de Seguridad de la ONU la semana pasada. Ante ello, el ministro Lapid anunció el lunes que Israel si se adherirá a la resolución contra Rusia que presentará la Asamblea General de Naciones Unidas. El ministro de exteriores, que destacó que la Casa Blanca “entiende” la delicada relación de Jerusalén con Moscú, proclamó que “Israel estuvo y está en el lado correcto de la historia”.

Voces de peso de la diplomacia hebrea claman que Israel, como “estado judío democrático”, no puede mantenerse a un lado, mientras que un “judío sionista orgulloso (Zelenski) lucha por la libertad de su país con rifles y cócteles molotov”.

Israel ya ha enviado cientos de toneladas de ayuda humanitaria a Ucrania, que incluyen sistemas de purificación de agua, equipamientos médicos, tiendas de campaña, mantas y sacos de dormir. No obstante, Bennett habría rechazado una petición de Zelenski para mandar equipamiento militar. La prensa israelí reportó que se habría denegado una posible venta de las baterías antiaéreas “Cúpula de Hierro”, altamente efectivas neutralizando los proyectiles lanzados desde la Franja de Gaza. El premier le garantizó a Putin que la ayuda de su país al gobierno ucraniano se limitaría a fines humanitarios.

La embajada israelí en Kiev ha sido de las más activas para repatriar a los miles de ciudadanos israelíes atrapados en el país, muchos de ellos jóvenes estudiantes de medicina. Desde la Agencia Judía, se preparan para una solicitud masiva de Aliyá (inmigración a Israel) por parte de judíos ucranianos. Un estudio demográfico realizado en 2020 estipuló que hay unos 43.000 judíos en el país invadido, aunque decenas de miles más tienen raíces hebraicas.

Con la desintegración de la Unión Soviética, más de un millón de judíos procedentes de las ex repúblicas soviéticas se establecieron en Israel en los años 90, lo que generó un profundo cambio político, cultural y demográfico en el país. En múltiples localidades, los comercios están rotulados en ruso, se editan diarios en este idioma y hay una activa vida cultural rusa.

Natan Sharansky, ex jefe de la Agencia Judía nacido en Donetsk (Ucrania) y prisionero en cárceles soviéticas por su activismo sionista, urgió a Israel a tomar “un claro posicionamiento moral” ante la invasión ordenada por Putin, que pone en riesgo “todos los principios básicos del mundo libre”.

China, dispuesta a mediar para un alto el fuego

El gobierno de Ucrania solicitó ayer al chino que medie con Rusia para alcanzar un alto el fuego y evitar que las víctimas mortales sigan creciendo. En concreto, el ministro de Exteriores de Ucrania, Dymtro Kuleba, pidió a su homólogo chino, Wang Yi, que su país está dispuesto a seguir con las negociaciones con Rusia y que espera «la mediación de China» para «alcanzar un alto el fuego». Wang Yi trasladó a su homólogo la disposición de Pekín para trabajar en favor del final de la guerra y «ha reafirmado el inquebrantable apoyo de China a la soberanía y la integridad territorial de Ucrania». Pese al apoyo que le brindó, hay que recordar que Pekín es un miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU y que la semana pasada se abstuvo en la votación del Consejo de Seguridad de la ONU para condenar la invasión rusa. El titular de Exteriores chino también le mostró su preocupación por lo daños que está sufriendo la población civil y pidió a ambas «que busquen una solución mediante negociaciones». China, gran aliado de Moscú, evitar en todo momento referirse a guerra o invasión y prefiere hablar de crisis.