Parejas

Qué es el ‘pocketing’ y cómo saber si tu pareja lo está haciendo contigo

Hablamos con una experta para averiguar en qué consiste esta nueva práctica cada vez más habitual en las relaciones amorosas

¿Tu pareja lo está haciendo contigo? Esa es una de las preguntas que siempre hacemos al inicio de una relación. Entre uno de esos nuevos términos que surgen últimamente para descubrir las mil y una casuísticas que pueden aparecer en el cada vez más complicado mundo de las relaciones de pareja (desde el ya mundialmente conocido ghosting hasta otros conceptos más específicos, como la responsabilidad afectiva), hay uno que no para de sonar últimamente, es el pocketing. ¿Qué es el pocketing? Ocultar a tu pareja de familiares y amigos. Pero nosotros hemos querido ir un paso más allá y preguntar a los verdaderos expertos en qué consiste esta técnica y cómo notar si realmente la están haciendo contigo.

Para ello hemos llamado a Olga Fernández-Velilla, Psicóloga especializada en familia, pareja y adultos del Instituto Psicológico Cláritas, que nos ayude a afinar y aclarar un poco más este anglicismo que se ha adoptado en nuestra sociedad para hacer referencia a cuando una pareja sentimental esconde al otro miembro, es decir, evita presentarlo a familiares o amigos e incluso trata de mantener esa relación oculta (no habla de la pareja, no sube fotos en redes sociales, etc.). Para el exterior la pareja no existe, de hecho, se puede llegar incluso a evitar ser vistos en lugares públicos o muy concurridos.

Una pareja utilizando un teléfono móvil
Una pareja utilizando un teléfono móvilPEXELSPEXELS

¿Por qué pasa el pocketing?

Para Olga pueden ser varios los motivos que lleven a una persona a llevar a cabo esta práctica y variará en cada persona o pareja. Pero, a grandes rasgos algunos de los más comunes son:

-Tener reciente otra ruptura amorosa, bien sea por miedo a volver a sufrir, tener que dar explicaciones o porque no se ha superado a la otra persona y se tienen dudas o no se quiere cerrar esa puerta.

-Tener otra relación de forma paralela.

-No querer comprometerse o tener miedo al compromiso.

-Sufrir presiones familiares o culturales (diferentes procedencias, religiones…), que se considere que esa relación no se va a aceptar.

-Encontrar estimulante el mantener la relación oculta.

¿Cómo reconocer el pocketing?

Lo primero es que habrá que distinguir si son los primeros estadios de una relación o si es algo que lleva tiempo ocurriendo, puesto que cada persona tiene diferentes ritmos a la hora de comprometerse o de sentirse cómoda a la hora de hacer una relación pública.

Por lo tanto, para reconocerlo debemos de tener en cuenta la historia de cada pareja. Si lleváis tiempo saliendo y compartiendo mucho tiempo juntos, pero aún no le ha hablado a nadie de ti, ni te los ha presentado quizás es momento de plantearse qué es lo que lo está generando.

Algunas señales de alarma que pueden servir de orientación:

-Nunca quiere hacer planes con otra gente o en lugares dónde os podáis encontrar a gente conocida.

-Pone excusas a la hora de presentarte a su círculo social.

-Nunca sube contenido en el que aparezcáis juntos a redes sociales o ni tan siquiera te menciona.

-No les habla de ti a sus amigos o familiares.

-Si os encontráis a alguien de su entorno evita presentarte o no lo hace como su pareja.

¿Cómo salir de del pocketing?

La herramienta clave será, como casi siempre en pareja, la comunicación. Exponerle al otro nuestras dudas y ver si podéis llegar a compartir la manera de abordarlo. Para ello es fundamental que cada uno sepa qué es lo que quiere y espera de una relación de pareja. Y, si eso no se da poder poner límites con los que nos sintamos cómodos.

¿Cuándo es el momento ideal para que te presente a tus amigos y familiares?

Dependerá de cada pareja, del nivel de compromiso que cada uno de los miembros tenga. Lo importante es que con cada paso que se de ambos miembros de la pareja se sientan cómodos y no forzados a tener que avanzar o estancados en un punto. Ningún tiempo o ritmo es trasladable al resto de parejas, por ello cada una tendrá que encontrar el suyo propio.