Nutrición

Chía: la semilla pequeña con grandes efectos, explicada por nutricionistas

Consideradas un superalimento por su gran aporte de fibra y omega-3, las semillas de chía esconden una realidad más compleja: la investigación sobre sus beneficios en humanos es aún escasa y su consumo entraña ciertos riesgos

En la imagen, un bowl de cereales
Una porción estándar de unos 28 gramos contiene cerca de 138 calorías, casi cinco gramos de proteína y, sobre todo, la impresionante cifra de diez gramos de fibraYoujeen Cho / Unsplash

Pese a su fama de superalimento, las semillas de chía deben consumirse con ciertas precauciones para no llevarse un susto. Su elevadísimo contenido en fibra, una de sus propiedades más alabadas, puede provocar el efecto contrario al deseado si no se acompaña de una hidratación abundante, derivando en estreñimiento y otras molestias digestivas que empañan sus virtudes.

Por otro lado, quienes siguen tratamientos para la hipertensión o toman anticoagulantes harían bien en consultar previamente con un médico antes de incorporarlas a su dieta de forma regular. El motivo es que estas pequeñas semillas podrían interactuar con los fármacos, alterando su eficacia y generando complicaciones que requieren una supervisión profesional para ser evitadas.

No obstante, y a pesar de estas advertencias, su popularidad no ha dejado de crecer en todo el mundo. El problema de fondo es que la investigación científica es todavía limitada y, aunque algunos estudios apuntan a una posible reducción de la presión arterial con su consumo, los resultados no son definitivos,

El perfil nutricional que explica su fama

De hecho, la clave de su atractivo reside en una composición nutricional notable. Una porción estándar de unos 28 gramos contiene cerca de 138 calorías, casi cinco gramos de proteína y, sobre todo, la impresionante cifra de diez gramos de fibra y nueve de grasas saludables como el omega-3. Una concentración que las convierte en un añadido de gran interés para cualquier dieta.

Asimismo, esta pequeña bomba nutritiva, libre de gluten y emparentada con la menta, aporta minerales esenciales para el organismo como magnesio, fósforo, calcio y hierro, además de una buena dosis de antioxidantes. La combinación de fibra soluble e insoluble que contienen es especialmente beneficiosa para lograr un equilibrio en la microbiota y favorecer la salud intestinal.

En definitiva, aunque técnicamente son una fuente de proteína completa al contener todos los aminoácidos esenciales, la cantidad que se suele ingerir en una ración es demasiado pequeña para considerarlas un pilar dietético. Su verdadero papel es el de ser un valioso complemento nutricional, una adición inteligente y versátil a una alimentación equilibrada, pero en ningún caso una solución milagrosa para la salud.

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