Cómo reducir la tensión alta con nutrición y ejercicio

La salud es un ámbito muy importante en la vida de las personas. Todo el mundo en mayor o menor medida se preocupa por su organismo y los efectos que posibles patologías tengan en él. En los últimos años, además, muchas personas han empezado a tomar más consciencia acerca de la necesidad de contar con un buen estado de salud.

Realizar deporte, comer de forma equilibrada o saludable y descansar adecuadamente son los tres campos a los que debemos atender en el día a día. Según los especialistas, contar con buenos hábitos en estos tres ejemplos ayuda en gran medida a contar con un buen estado de salud. Además, vigilar estos reporta también al organismo una menor probabilidad de sufrir ciertas enfermedades.

Sin embargo, distintos cambios en la forma de vivir en los últimos años han influenciado negativamente en una parte importante de la salud. El descenso de la práctica de ejercicio, por ejemplo, ha conllevado que la obesidad ganase terreno. Además, nuevas formas de trabajar también han influido en la aparición de ciertas patologías por culpa del estrés o falta de buena alimentación.

Cómo reducir la tensión arterial

Una de las patologías más comunes en los últimos años es la presión arterial elevada o hipertensión. Esta se detecta a partir de una medición de la fuerza ejercida contra las paredes de las arterias a medida que el corazón bombea sangre al cuerpo. Según los baremos establecidos esta empieza a darse cuando la presión arterial sistólica supera los 130 y la diastólica los 90. En ese sentido, deberemos vigilar debido a que la tensión alta puede llevar a enfermedades del corazón, accidente cerebrovascular, insuficiencia renal, problemas en los ojos y otros problemas de salud.

Cuando los médicos no vean peligros excesivos podremos llegar a reducir la tensión arterial con ciertas pautas relacionadas con la alimentación y el ejercicio físico. Así, a continuación repasamos algunas de las mejores técnicas para rebajar este problema de salud.

Lo primero que debemos controlar es el peso. Un exceso de grasa se encuentra estrictamente relacionado con la subida de la presión arterial. Bajar de peso es, así, uno de los cambios en el estilo de vida más eficaces para controlar la presión arterial y los posibles problemas relacionados.

Relacionado a lo anterior los expertos recomiendan realizar ejercicio de forma regular. Así, el deporte de forma regular puede reducir la presión arterial alta en aproximadamente entre 5mm Hg a 8 mm Hg. Además, esta práctica ayudará a controlar el peso con alrededor de 30 minutos al día gracias al mayor gasto calórico.

Moverse resulta, así, muy necesario. No obstante, la nutrición también será clave si deseamos rebajar la tensión alta. Reducir la sal es imprescindible en muchos casos debido a que se ingiere más de la que se cree en muchos alimentos procesados. El potasio, además, será un gran aliado. Cabe destacar, que as mejores fuentes de este mineral son los alimentos, como las frutas y las verduras, en lugar de los suplementos. Así las cosas, comer yogures bajos en grasa, frutas como sandía, plátano y granada o verduras de hoja verde oscura ayudarán en gran medida.

Pero no solamente debemos vigilar la nutrición y el ejercicio. También hay ciertos hábitos que incrementan la tensión arterial y se encuentran muy aceptados. Fumar o beber alcohol son dos de los que más favorecen la hipertensión y, además, provocan graves peligros para la salud general.

Por último, cabe destacar dos factores más que dificultan rebajar la tensión arterial. Un mal descanso y estrés son dos de los factores que también provocan un aumento de esta patología. Así, deberemos tomar cartas en el asunto o consultar a un profesional para poder rebajar los problemas derivados.