Voluntaria sin creer en Dios
Con Madrid llenándose de entusiastas jóvenes de movimientos evangelizadores no está de más un aviso cariñoso: no agobiéis a Sole, que cada uno tiene su camino y su ritmo. No es que ella se queje, al contrario, está encantada con la experiencia de servir como voluntaria en la Jornada Mundial de la Juventud.