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El misterio del posible Bernini que iba a ser subastado, explicado paso a paso

Su lote tenía un precio de salida de 2.500 euros y se creía que la escultura estaba perdida desde hace un siglo, cuando se se desligó de una parte expuesta recientemente en el Museo del Prado
LA SUITE
La Razón
  • Matías G. Rebolledo

    Matías G. Rebolledo

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Cuando se dice que una obra de arte tiene un valor incalculable, se suele hacer referencia a su historia, a las manos que le dieron forma o a los museos en los que fue expuesta. Lo que uno no espera es que ese «incalculable» pueda rondar los 2.500 euros. Ese era el precio de salida del lote 54 que la casa de subastas La Suite, con sede en Barcelona, se disponía a ofrecer el pasado jueves a sus postores. Lo que no se sabía —según afirman sus responsables a LA RAZÓN por vía telefónica y postergando un comunicado oficial que no se llegó a recibir—, es que en dicho lote se encontraba una posible personificación del Ganges en oro bronceado y mercurio, obra que podría ser de Gian Lorenzo Bernini.
La pieza, perdida desde el siglo XIX y de la que tenemos constancia por una mutilación que sí se conservaba, sería un encargo del Papa Inocencio X al artista, a modo de obsequio a la corte de Felipe IV. Tal y como informó el medio especializado «Ars Magazine», se trataría de una pieza recibida en 1664 y catalogada en 1686, siendo testigo de su existencia su otra parte, que se expuso recientemente en el Museo del Prado. De hecho, la obra ya estaba descrita en la Galería del Cierzo.
Este diario ha podido saber que dos días antes de que diera comienzo la subasta, el Ministerio de Cultura manifestó su intención de «pujar o ejercer el derecho de tanteo» desde el lote 40 en adelante. Esto no tiene por qué significar que los expertos del gabinete que dirige Miquel Iceta supieran que se trataba de un posible Bernini, pero sí ayuda a entender los plazos: con apenas un día de plazo previo, el Ministerio de Cultura declaró «inexportable» la obra, no paralizando su venta, pero sí haciendo imposible que salga del país. Ante esta situación, y como explican desde La Suite a LA RAZÓN, se paralizó la subasta para proceder al estudio de la obra. Cabe destacar, como informó la casa de subastas en sus redes sociales, que el Estado, en la misma subasta, ejerció el derecho de tanteo sobre otro lote no relacionado.
Reacciones variopintas
Desde el Ministerio de Cultura aclaran que la paralización es el procedimiento habitual cuando se tienen sospechas de una mala atribución, y añaden que el siguiente paso es conminar a las comunidades autónomas a declarar la pieza Bien de Interés Cultural. Ello no ha sido impedimento para que tanto Iceta como varios cargos intermedios del mismo ministerio hayan celebrado el posible hallazgo en sus redes sociales. En otro plano, un tanto inexplicable por el cargo que ostenta, se han dado las declaraciones de Pilar Benito, jefa de Conservación en Patrimonio Nacional. En un tuit que luego acabó borrando, entendía la difusión como «un flaco favor a España» y añadía que atribuir a Bernini la obra «dificulta muchísimo su adquisición».
Más allá de los comentarios (fuera de lugar), y una cronología de datos que todavía está pendiente de oficialidad y las comprobaciones pertinentes, lo cierto es que el posible hallazgo vuelve a poner el foco sobre el oscurantismo de las colecciones privadas en nuestro país y, sobre todo, la protección legal de obras que podrían pertenecer al acerbo de lo público. Por un episodio parecido, Jaime Botín fue condenado a tres años de prisión, ratificados por el Supremo pero que no cumplirá por salud, al intentar vender «Cabeza de mujer», de Picasso, fuera de España.