Carla Simón hace historia en la Berlinale y consigue el Oso de Oro por “Alcarràs”

Desde que en 1983 Mario Camus levantara el Oso de Oro por “La colmena”, el cine español no vivía nada parecido en términos de reconocimiento internacional en la Berlinale, pero Carla Simón ha conseguido repetir la hazaña del director cántabro. Casi cuarenta años después de aquello y tomando como medidor el entusiasmo por parte de la crítica especializada percibido tras la proyección que se llevó a cabo el martes, “Alcarràs”, la última película de la cineasta centrada en la mirada de una familia de cultivadores de melocotones de Lleida y en la memoria de quienes trabajan y sostienen el campo, ha materializado el sueño confirmándose como ganadora del Oso de Oro de la edición número 72 del Festival de Berlín.

La cinta, que la propia Simón definía al comienzo de su andadura festivalera como “una historia sobre la pertenencia a una tierra, a un lugar, pero también un drama sobre las perpetuas tensiones generacionales, la superación de antiguas tradiciones y la importancia de la unidad familiar en tiempos de crisis”, constituye el segundo largometraje de la realizadora después de definir un tono marcadamente realista con su ópera prima “Verano 1993″, cuyo fulgurante recorrido comenzó precisamente en la Berlinale de 2017, donde se llevó el premio de su sección (Generation K-Plus) y el premio a la mejor opera prima de todo el certamen.

El presidente del jurado, M. Night Shaymalan, acompañado también de la presencia de Karim Aïnouz, Saïd Ben Saïd, Anne Zohra Berrached, Tsitsi Dangarembga, Ryusuke Hamaguchi y Connie Nielsen era el encargado de pronunciar el nombre de la cineasta, quien, con la voz quebrada por la emoción se subía al escenario rodeada del calor del equipo. La naturalidad desprendida por esa amalgama de actores no profesionales (entre los que se encuentran familiares de la directora) que forman la arquitectura narrativa de la historia y la ternura intimista con la que está filmada, han resultado elementos clave a la hora de determinar la decisión de un jurado, que ha destacado en boca de Shaymalan “sus extraordinarias interpretaciones, de actores infantiles hasta actores de 80 años, por su capacidad de mostrar la ternura y la comedia de la familia, y el retrato de la dependencia de la tierra”.

Por su parte Simón, que ha dedicado el Oso de Oro a las pequeñas familias de agricultores que practican una labor respetuosa porque “es una forma de resistencia”, aseguró durante la recogida del premio que se consideraba textualmente, una hija de la Berlinale: “Deberíamos venir a vivir aquí porque siempre que venimos pasa una cosa fantástica” y quiso agradecer también a los intérpretes, más concretamente a los que se ponían por primera vez frente a una pantalla, y a su familia que cultiva melocotones en la población leridana homónima con el título del filme: “Es gracias a ellos y a mi proximidad con este mundo que he podido explicar esta historia”.

Además, la película mexicano-argentina “Manto de Gemas”, de otra mujer en este caso boliviana, Natalia López Gallardo, conseguía alzarse con del Oso de Plata del Jurado de la Berlinale. La cineasta afirmó, al recoger el premio, que “es un honor estar aquí” y dio las gracias a los codirectores de la Berlinale, al equipo artístico por haber elegido el filme y especialmente al jurado, por haber creído en la película. También dio las gracias a su equipo y a sus hijos, “fuente de infinita inspiración” y dedicó el premio a la gente del estado mexicano de Morelos por su generosidad y por compartir con ella sus visiones de la vida. De esta manera y con un regusto a triunfo femenino absolutamente esperanzador, la entrega de los premios de la 72 edición del festival de cine pone fin a los seis días de presentación de los filmes a concurso, con un total de 18 aspirantes al Oso de Oro de la sección oficial y quedando el siguiente palmarés: