Buscar Iniciar sesión
Sección patrocinada por

Crítica de "Vermiglio": es difícil ser libre ★★★★

Directora: Maura Delpero. Intérpretes: Tommaso Ragno, Roberta Rovelli, Giuseppe de Domenico, Martina Scrinzi, Orietta Notari, Carlotta Gamba, Santiago Fondevila. Italia, 2024. Duración: 119 minutos. Drama.
Crítica de "Vermiglio": es difícil ser libre ★★★★
Un fotograma de "Vermiglio"Imdb
Sergi Sánchez
  • Sergi Sánchez

    Sergi Sánchez

Barcelona Creada:

Última actualización:

El mundo está en guerra, aunque no se oigan las bombas ni la metralla. Lo que ocurre en “Vermiglio” podría ser fruto de su onda expansiva, que llega allí donde la nieve lo cubre todo, en la región alpina de los Dolomitas. Después de todo, es la guerra que no vemos la que pone en marcha el relato, con la llegada de un desertor al pueblo de Vermiglio. Y ese fuera de campo desata a su vez otro fuera de campo, que es la voz y la figura de esas mujeres que esperan, que son madres (reproductoras) o hijas (deseantes), y que poco se oían y se veían en esa época. 
Delpero ha hecho, afirma, una película inspirada en su familia, y ahí está la autoridad paterna, el maestro que en la escuela transmite, educa, pero que, en la esfera doméstica, ordena y manda, y ahí están las demás, esas mujeres. No hay en “Vermiglio” ni un subrayado, ni una sobreescritura, en una puesta en escena que destaca por su austeridad, por su rigor espartano a la hora de enfrentar la evolución dramática de sus personajes durante el año que abarca el relato con los ritmos naturales del paisaje, por un ciclo vital que demuestra que todo deshielo es inevitable, que las cuatro estaciones son tan verdaderas como un primer amor, que incluso en las circunstancias más adversas un río nunca es el mismo río.
Es fácil enmarcar a “Vermiglio” en la tradición del cine rural italiano, con un pie puesto en el Ermanno Olmi de “El árbol de los zuecos” y el otro en el minimalismo de “Le Quattro volte” de Michelangelo Frammartino. Al contrario que la Alba Rohrwacher de “El país de las maravillas”, Delpero es de vocación más realista -tiene un par de documentales en su haber- que mágica. Antes hablábamos de la importancia de esas mujeres, y eso es lo que aporta Delpero a esa tradición: examinar qué desean ellas, cuando el deseo era algo que no podían permitirse. 
En la película el deseo toma muchas formas, y en ellas reside el pálpito dramático de cada una de las hijas del clan, que orbitan alrededor de una madre condenada a cumplir únicamente el papel de parturienta y ama de casa. Esas hijas: Lucia, la que se enamora del hombre equivocado, del traidor a la patria; la que, en fin, también será traicionada. 
Ada, o el ardor: la que busca el (auto)placer para luego arrepentirse, perseguida por la culpa católica y sintiéndose atraída por una amiga, mucho más rebelde y espontánea que ella. Flavia, que desea aprender y conocer, la única que podrá acceder a una educación superior. Las tres mujeres que comparten el deseo de ser libres encarnan una cierta idea de futuro, por mucho que la represión aún impida que las palabras fluyan, expresen, resuelvan. “Vermiglio” es una película de gestos contenidos pero intensos.
Lo mejor: 
El retrato de esa feminidad que desea, a la que, en la posguerra, no se le daba ni voz ni voto.
Lo peor: 
No es apta para los alérgicos al cine austero, adusto, parco en palabras.