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Simón Bolívar, un tirano nacido del odio a España

El militar abandonó las ideas republicanas y humanistas y abrazó el autoritarismo por su odio a los españoles y el miedo al fracaso de su proyecto revolucionario
Retrato de Simón Bolívar
Retrato de Simón BolívarLa RazónLa Razón
La Razón
  • Yoel Meilán

    Colaborador

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Pocas figuras son más famosas en la historia que Simón Bolívar, general de las independencias americanas y actual referente de movimientos como el chavismo en Venezuela. Su influencia histórica es inestimable, siendo para algunos un héroe y para otros un traidor. Sea como sea, es un personaje que resulta tremendamente interesante por los grandes cambios ideológicos que sufrió y que marcaron el destino del mundo; cambios motivados, en su mayoría, por su odio cada vez mayor a España y su miedo a la inestabilidad.
Simón Bolívar nace en 1783 en Caracas, en el seno de una familia criolla adinerada. De joven fue educado por Simón Rodríguez, un maestro de ideología liberal e independentista que comenzaría a formar el carácter de Bolívar. Tanta admiración despertó Rodríguez en Bolívar que le pondría el mote de «Sócrates de Caracas», tratando de recalcar su importancia y sabiduría, y dedicándose como su maestro a las ideas humanistas y republicanas. De cualquier manera, cuando llegó a la adolescencia, como la mayoría de los hijos de la clase alta criolla, fue enviado a estudiar a España, donde se casaría en 1802 con María Teresa Rodríguez del Toro y Alayza, una noble española de la cayó profundamente enamorado.
El matrimonio acabaría un año después, cuando la joven de 21 falleció por fiebre tifoidea. Este sería uno de los primeros sucesos que comenzarían a tallar las piedras del caminó que llevarían a Bolívar a forjar su ideología. Según sus biógrafos esta muerte marcó al joven revolucionario de una manera absoluta, acabando con sus aspiraciones de formar una familia y gestionar sus propiedades para, en su lugar, enfocarse en tratar de dejar una huella en la historia contra la España que ya le había arrebatado una esposa. Y es que el propio Bolívar reconoció que el dolor por la muerte de su mujer le empujó a perseguir «el carro de Marte» en lugar del «Arado de Ceres» y que, en sus propias palabras: «si no hubiera enviudado, quizás mi vida hubiera sido otra; no sería el General Bolívar ni el Libertador».
De cualquier manera, en medio su crisis comenzó a moverse por Europa, donde se encontraría de nuevo con Simón Rodríguez, acompañándole este último en el Juramento del Monte Sacro, en el que Bolívar, en la colina romana del mismo nombre, afirmaría que el destino de su vida sería lograr la independencia americana. En 1813, tras sucesivos fracasos contra el ejército español en Venezuela, viendo peligrar su vida y siendo perseguido, iniciaría el proceso histórico conocido como la «Guerra a Muerte» a través del decreto del mismo nombre. Este rezaba que el objetivo de la campaña militar debía ser «destruir en Venezuela la raza maldita de los españoles europeos, en que van inclusos los isleños de Canarias...Ni uno solo debe quedar vivo». Bolívar se jactaría con orgullo de haber pasado al inicio del conflicto por nueve pueblos «donde todos los europeos y canarios casi sin excepción fueron fusilados».
[[H2:La «monocracia»]]
En 1815, tras nuevos fracasos contra el ejército realista, se vio obligado a huir a Jamaica, donde redactaría el que para algunos historiadores se trata del documento más importante de la Leyenda Negra contemporánea, la «Carta de Jamaica». En esta carta Bolívar afirmaría que España era la «peor tiranía de la historia» y los españoles una «raza de exterminadores» que llevaban 300 años expoliando el territorio. La violencia y la guerra total, ya iniciadas 1813, se consolidan en este documento en el que Bolívar conmina toda acción a la expulsión de España de las américas.
Atrás quedaban ya los ideales republicanos y humanistas. La guerra total era la única forma de lograr la victoria y el gobierno, lejos de las primeras ideas republicanas de Bolívar, debía ser autoritario. De tal manera, con el objetivo de evitar guerras internas, así como asegurar la victoria frente a España, comenzó a proponer un sistema de gobierno mixto conocido como «Monocracia» el cual, si bien nominalmente era democrático, legitimaba la figura de un presidente vitalicio con amplísimos poderes y un senado formado por los notables de las américas que, además, poseía carácter hereditario.
Como se puede comprobar, y si bien es cierto que al final de su vida, entre revueltas populares, Bolívar decidió hacerse a un lado para evitar conflictos, su ideología fue evolucionando a lo largo de los años cada vez hacia un mayor radicalismo. Justificando, en nombre de la lucha contra España, el genocidio y la creación de una dictadura.

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