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Esta palabra es una de las más bellas en castellano, ¿por qué está tan silenciada?

Los modismos, los anglicismos y las muletillas que se repiten reducen nuestro uso del castellano a unas pocas palabras, dejando buena parte del diccionario sin uso
El español es uno de los idiomas más ricos del mundo, y además de contar con más de 100.000 palabras según la RAE
El español es uno de los idiomas más ricos del mundo, y además de contar con más de 100.000 palabras según la RAE
La Razón
  • Sofía Campos

    Sofía Campos

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Nuestro diccionario es amplio, riquísimo; parece que inversamente a nuestra atención a las letras, a nuestro esfuerzo por dominar la lengua castellana -"el bronce de Francisco de Quevedo", como dijo Borges-, que es bastante pobre.
A causa de ello, sumándole la falta de lecturas, hace que el uso del español por parte del ciudadano medio se limite a muy escasos vocablos, recurriendo a la repetición de los términos de confianza (¡tópicos!), muletillas y modismos -sin olvidar la cantidad de anglicismos colonizadores que entran especialmente por la puerta del mundo digital- como el reiterado "en plan" para salvar aparentmente las lagunas a la hora de poner en práctica nuestro idioma.
"Estamos educando a tontos en tres idiomas", que dijo aquél, en referencia al bilingüismo y al trilingüismo de los estuadiantes de hoy, que, se defienden tan bien -o tan mal, según se mire- en español como e inglés y francés o alemán. 
Por ello, muchas veces no somos conscientes del lenguaje, del idioma tan rico que tenemos, y palabras preciosas -eso sí, poco prácticas en el idioma del capitalismo-, que zozobran en el mar de la poesía, quedan arrumbadas, dejadas de la mano de dios, a la deriva...
Es el caso de 'conticinio', una palabra que suena de perlas y que pocos conocen su significado. La RAE define este sustantivo procedente del latín 'conticinium' como "hora de la noche en que todo está en silencio".
Ya saben, ese momento en el que los juerguistas están de vuelta en casa, los trabajadores aún no han salido para el trabajo, y sólo algún barrendero y dos o tres gatos negros deambulan por las calles de una ciudad que duerme plácida. Un momento ideal para el estudio o el trabajo, que quienes son considerados búhos, por tener el mayor pico de actividad por la noche aprovechan para avanzar en sus labores, a falta de distracciones y ruidos. Ya saben: 'conticinio'.

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