Análisis
Un año (casi) sin apostar por la geometría variable. ¿Y ahora qué?
La coalición Frankenstein se apoyó en el 68,9% de las iniciativas en 2021. El Gobierno seduce a Cs para la reforma laboral como hizo durante el estado de alarma
El presidente, Pedro Sánchez, pasará a la historia por, entre otras cosas, aplicar su particular geometría variable, un eufemismo para explicar algo a lo que no estábamos acostumbrados: cuando gobierna un partido sin mayoría clara, lo que toca es buscar acuerdos. Bajo esta premisa, a lo largo de los dos años de legislatura, se están aplicando, a grandes rasgos, tres modelos de mayoría: el de la investidura, el del estado de alarma y el de los Presupuestos. El primero de ellos, se caracteriza por la abstención de los independentistas combinado con el apoyo de los de grupos minoritarios. Con esta suma consiguió Pedro Sánchez ser investido presidente del Gobierno tras la repetición electoral de noviembre de 2019. El segundo de los modelos, es el de los sucesivos estado de alarma, aprobados gracias a los naranjas, que en verano de 2020, en plena pandemia, decidieron apoyar al Ejecutivo. El tercero es la opción de los Presupuestos, que cuenta con el apoyo explícito de ERC y Bildu. Este es el modelo preferido del socio minoritario de la coalición y de hecho el que más se ha utilizado durante 2021. Atrás quedaron los tiempos del divide y vencerás, hasta ahora, Pedro Sánchez y Yolanda Díaz apuestan todo a su mayoría Frankenstein para aprobar sus iniciativas. Sin embargo, la falta de consenso apunta a que este esquema no le facilitará la convalidación de la reforma laboral, por lo que los naranjas se vuelven a antojar imprescindibles para convalidar el decreto, moleste a quién le moleste.
LA RAZÓN ha analizado un total de 206 votaciones que se produjeron en el Congreso de los Diputados a lo largo de 2021. A través de la página web del Hemiciclo se han seleccionado las votaciones que cada mes se han realizado para convalidar o derogar reales decretos-leyes (al igual que en la reforma laboral) o la toma en consideración de proposiciones Ley.
En este sentido, se han examinado las votaciones de los principales partidos. De las 16 formaciones que a día de hoy componen el hemiciclo, se han estudiado a las siete con mayor representación: PSOE, PP, Vox, Cs, Podemos, Bildu, PNV y ERC. El análisis no deja lugar a la interpretación. Los socialistas se han apoyado en siete de cada diez votaciones en Podemos, PNV, ERC y Bildu. No en vano, los morados son la formación con la que más veces han votado conjuntamente. Un total de 178. Le sigue el PNV y ERC, que han coincidido en su voto con el PSOE en 142 ocasiones. Con la izquierda abertzale han sintonizado un total de 140 veces. De los partidos que conforman el centro derecha, es la formación que dirige Inés Arrimadas la que más veces ha votado lo mismo que el PSOE, un total de 97, le sigue el PP con 61 y Vox con 44. De ahí, que tras las críticas de los independentistas catalanes y vascos a la reforma laboral de Yolanda Díaz, los naranjas vuelvan a estar en el punto de mira, un escenario que además resucita a los Arrimadas cuyos números están en caída libre.
Los independentistas sustentan al Ejecutivo
Vayamos por partes. Del análisis de los datos se pueden extraer algunas conclusiones. La primera de ellas es que los independentistas sustentan al Ejecutivo. Lejos quedan los meses de 2020 cuando Arrimadas brindó un apoyo casi incondicional al Ejecutivo de Sánchez para aprobar los estado de alarma y las medidas de urgencia para paliar los efectos de la pandemia. Desde finales de 2020, cuando el Gobierno pactó sus primeras Cuentas con los independentistas y menospreció a los naranjas todo cambió, todavía más si cabe, tras los indultos a los condenados por el procés. Algo que podría cambiar la próxima semana si Cs salva la reforma de Díaz y paralelamente, coincidiendo con las elecciones en Castilla y León, los de Arrimadas logran un golpe de efecto que les sitúa, de nuevo, como decisivos en el debate político. Un «win to win» de manual.
Más allá de la coyuntura actual y pese a los debates acalorados que cada miércoles protagonizan sus señorías en el hemiciclo, hay un número considerable de votaciones en las que los dos principales partidos han coincidido. A la espera de si los de Casado se abstienen el próximo 3 de febrero en el Congreso en la convalidación del decreto de la reforma laboral, PP y PSOE votaron lo mismo en una de cada tres votaciones durante el último año. Por ejemplo, ambos partidos votaron en el mismo sentido en la Proposición no de ley del Grupo Parlamentario VOX, relativa al establecimiento de plazos máximos de resolución en los procesos constitucionales. Y lo mismo ocurrió en la votación de una Ley de violencia intrafamiliar para proteger a todas las víctimas, que también propusieron los de Abascal.
PP y PSOE también fueron de la mano en la convalidación del decreto-ley 3/2021, de 2 de febrero, por el que se adoptaron medidas para la reducción de la brecha de género y otras materias en los ámbitos de la Seguridad Social y económico. De hecho, en esta ocasión todas las formaciones analizadas votaron a favor, una prueba de que si se quiere se puede alcanzar consenso, aunque, de las más de 200 votaciones analizadas, en tan solo ocho de ellas, todas las formaciones votaron en la misma dirección. En cuanto al contenido de las iniciativas que contaron con mayor apoyo durante el año pasado fueron, por ejemplo, la proposición no de Ley del PNV sobre el estatuto del artista, que contó con el «sí» de todas las formaciones excepto la abstención de los de Abascal. Otra que también fue avalada por todas formaciones fue la proposición no de Ley del grupo parlamentario socialista, sobre enfermedades raras.
Por otro lado, los populares votaron exactamente lo mismo que Ciudadanos y Vox en 121 ocasiones. En el bloque de la izquierda es el PSOE la formación con la que más veces ha coincidido, seguida de Podemos (60), Bildu (54), PNV (50) y ERC (49). El análisis de Ciudadanos también arroja un dato curioso. Los naranjas coincidieron con el PP en 121 ocasiones, el doble que con los de Otegi. Mientras que, por otro lado, ERC estuvo en sintonía con Bildu hasta en 160 votaciones frente a las 28 que votó lo mismo con los de Abascal. Precisamente, el comportamiento de Vox merece una mención especial. El 31% de las ocasiones en las que su voto coincide con el de Bildu es porque ambas formaciones se abstienen. De hecho, hasta en 38 votaciones, es decir el 18,44%, los de Abascal optaron por abstenerse o directamente no participar en la votación. La formación es, de lejos, la que en más ocasiones optó por sendas opciones en 2021.
Los intereses partidistas y las futuras citas electorales se antojan decisivas en los próximos meses. De ahí que, la reforma de la ley laboral, que se enfrenta a su prueba de fuego en la Cámara Baja el próximo 3 de febrero, amenaza con echar por tierra el esquema de 2021 y convierta, de nuevo, a la geometría variable en la llave de la gobernabilidad.
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