
Familia
Discreto y humilde: el hijo futbolista de Morante de la Puebla que entra a matar en el Betis
El diestro tiene familia numerosa de sus dos uniones: un hijo y dos hijas menores de edad a las que está unido

El mundo del toreo todavía sigue conmocionado por la retirada de Morante de la Puebla, uno de los grandes nombres de la tauromaquia contemporánea. El diestro sevillano alejado de los ruedos, se centra en su salud mental y en disfrutar del apoyo incondicional de su esposa, Elisabeth Garrido, y sus tres hijos. «Solo quiero volver a ver su sonrisa», confesaba ella recientemente, emocionada, tras el adiós del torero.
Morante ha reconocido abiertamente sufrir un trastorno disociativo agravado por una fuerte depresión. Una enfermedad que le dio la cara con 22 años y que le ha motivado las retiradas temporales de las plazas. En busca de alivio, incluso se sometió a terapias en Miami y Portugal. La primera retirada fue en 2004 cuando explicó que el tratamiento que estaba siguiendo era particularmente fuerte pero que «todo lo hacía por el toreo», por incorporarse cuanto antes otra vez a los ruedos. Las prisas, sin embargo, no jugaron a su favor. Se volvió a retirar el 20 de junio de 2007. Había vuelto a perder la ilusión y lo hizo «por aburrimiento por un sistema que va contra el toreo como arte».
Retirada con los suyos
Pero ahora, con serenidad y el respaldo de su familia, vive una nueva etapa, más íntima y humana, en la Huerta de San Antonio, su finca en La Puebla del Río, un refugio andaluz con una plaza de toros portátil, un campo de fútbol y hasta espacios para eventos y celebraciones.

El torero encontró en Elisabeth su segunda oportunidad en el amor. Tras su primer matrimonio con Cynthia Antúnez, madre de su hijo mayor, José Antonio Morante Jr., la vida le dio un giro. Fue precisamente este hijo quien ha sorprendido al mundo del deporte al fichar por las categorías inferiores del Real Betis Balompié, un logro que ha llenado de orgullo al clan. «No ha querido seguir mis pasos, y me parece perfecto; el valor y la pasión se pueden mostrar también en un campo de fútbol», habría comentado el torero en su entorno. El joven, de apenas 17 años, también ha sido convocado por la Selección Española Sub-18 y, tras superar las bromas iniciales de sus compañeros, que lo apodaban «maestro», se ha ganado el respeto del vestuario verdiblanco gracias a su talento y humildad. «Es un chaval muy discreto. Está habituado a estar en el punto de mira y quiere ganarse las cosas por sí mismo», apuntan desde su entorno.
Dueños de un bar
Morante y Elisabeth se conocían desde la infancia. En 2010 decidieron casarse por lo civil, en una ceremonia íntima celebrada en la Hacienda Los Ángeles, en Alcalá de Guadaíra. Ella lució un diseño de Rosa Clará, mientras él llegaba nervioso pero feliz en un Rolls Royce clásico. Desde entonces, han formado una familia sólida con sus hijas María (14) y Lola (12), y comparten también un negocio: el popular bar de copas La Capilla, en su localidad natal, donde disfrutan de noches tranquilas entre amigos, música y confidencias.
Discreto, reflexivo y más humano que nunca, Morante de la Puebla se despide del traje de luces para abrazar una vida más pausada, entre la familia, la tierra y el silencio que tanto valora. «El silencio es el que me ha guiado siempre. Nunca me han gustado los aduladores», confesó una vez. Hoy, ese silencio suena a paz, a segunda oportunidad y, sobre todo, a vida después del arte.
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