Entrevista
Marta Riesco: "Me gustaría enfrentarme a Jorge Javier Vázquez en un ring de boxeo"
La periodista se sincera en LA RAZÓN sobre el buen momento que atraviesa tras haber pasado por uno de los peores baches de su vida, sobrepasada por una traumática ruptura y un despido que considera injusto
A finales del marzo pasado, la vida de Marta Riesco se truncó de manera fulminante. El esfuerzo de varios años de trabajo en televisión se fue al traste por una desafortunada concatenación de acontecimientos que comenzó con un romance equivocado. Su cese en la pequeña pantalla la sumió en el peor momento de su vida, aunque lo más complicado de sobrellevar fue el escarnio que sufrió desde algunos medios o redes sociales. "No podía competir con un programa que me ponía a parir durante cinco horas. Me ponían como Maléfica, y al final he perdido todo. ¿Cómo voy a ser una persona manipuladora o que solo busca fama si lo he perdido todo por amor, precisamente por no entrar dónde ellos querían que entrara?", se cuestiona la periodista ante LA RAZÓN.
Ahora, Marta Riesco celebra que ha logrado seguir adelante y recomponer los trozos del corazón que le rompieron. Esta toledana de 36 años ha renacido de sus cenizas para dar la vuelta a la situación: las mismas redes sociales de las que solo recibía odio se han convertido hoy en su modo de vida, un modo de vida que disfruta y del que se siente orgullosa de haber alcanzado pese a todo: "Soy muy afortunada".
¿Cómo se encuentra?
Me siento mucho más tranquila. Tengo la cabeza más fría y estoy siendo consciente de todo lo que me ha pasado en los últimos tiempos. No te voy a decir que estoy en el mejor momento de mi vida porque te estaría mintiendo, pero a nivel mental creo que es un momento en el que más tranquila me siento conmigo misma. Y siento que por primera vez estoy tomando buenas decisiones. Sigo teniendo muchos picos buenos y malos. No he dejado las pastillas de la felicidad porque no me han dejado. Eso me ayuda mucho, y la terapia. Ahora tengo muchos más momentos buenos que malos, y eso ya es un paso muy importante.
Reconoce abiertamente que toma antidepresivos.
Me da mucha rabia la gente que se abandera de la salud mental y dice que va a terapia, pero oculta la parte de que también toma pastillas. La medicación es una parte fundamental. Yo he tenido momentos en los que no me podía levantar de la cama porque no tenía fuerza y mi cuerpo me fallaba, literalmente. Si no llega a ser por las pastillas, mi cerebro no hubiera seguido adelante. Me hubiera quedado estancada, llorando y sin fortaleza. Esconder que tomo medicación me parece una mentira, no hace ningún bien. Es verdad que así me arriesgo a que los haters me digan que estoy loca, pero yo lo veo al revés: no estoy loca precisamente porque tomo pastillas. A saber cómo estaría si no tomo medidas… Estoy orgullosa de haberlo hecho.
¿Qué es lo que más le ha costado superar?
El despido. Mi despido ha sido lo peor que me ha pasado, sin duda. Me ha costado mucho trabajo llegar hasta donde he llegado en el mundo del periodismo y el reporterismo, que es lo que me apasiona, y el despido ha sido lo peor que me ha pasado en toda mi vida. Yo no estaba ahí por nadie, estaba por mi trabajo, y pasaron tantas cosas tan injustas que fue muy duro. Espero que se solucionen las cosas porque no me merezco estar en esta situación.
¿Se sintió arropada por sus compañeros?
No. Nada. Cero. Me sentí muy sola respecto a mis compañeros de profesión. De hecho, no tengo relación con nadie de la televisión porque la gente tiene miedo de tener relación conmigo. No me ha llamado nadie desde mi despido.
Ha sabido reinventarse en redes. ¿Convertirse en influencer fue parte de una estrategia o ha ocurrido sobre la marcha?
Cuando me despidieron no sabía qué iba a hacer con mi vida y utilicé las redes sociales como altavoz para contar lo que me estaba ocurriendo porque me habían silenciado en todas partes, y yo no había hecho nada malo. Entonces, recibí la llamada de mi actual representante y me dijo que podía intentar ayudar si le hacía caso en ciertas cosas. A partir de ahí empezamos a trabajar juntas, y aunque al principio tenía muy pocas cosas, la cosa empezó a subir. Antes de que me despidieran, hice colaboraciones en redes de forma muy puntual, pero después, las cifras fueron mejorando mucho.
¿Son ahora las redes su principal fuente de ingresos?
La única. No tengo ninguna otra fuente de ingresos. Vivo gracias a Instagram.
Teniendo en cuenta que ahora está en un buen momento. ¿Qué balance hace de este año?
El balance es positivo porque me siento completamente indestructible. Me siento muy orgullosa de mí misma y mi fortaleza mental, porque con perspectiva, lo que viví me parece incluso más fuerte de lo que pensaba y aun así he conseguido llegar hasta aquí sin venirme abajo. Eso me parece de tener una resiliencia increíble. Además, creo que todo pasa por algo, así que he dejado de culparme por mis decisiones o de verlo todo desde el prisma negativo. Ahora pienso que soy una afortunada, vivo muy bien y lo estoy pasando muy bien. Evidentemente, a veces me vienen los demonios y echo de menos muchas cosas.
¿Qué es lo que más echa de menos de su 'otra vida'?
Echo de menos mis reportajes, mis directos, estar en el foco de la noticia, conseguir noticias… En definitiva, la adrenalina del directo y de conseguir cosas que otras personas no. Soy muy competitiva y en el periodismo prima mucho la exclusiva, y yo me destacaba mucho por eso. Ahora no tengo esa competencia en mi vida.
¿Y qué es por lo que no volvería a pasar?
Hay tantas cosas que no volvería a hacer… Sin embargo, tampoco me arrepiento porque todas me han llevado hasta aquí.
¿Tenía un plan C?
Claro, es en lo que más pensaba esos días. Pensé incluso en volver a ser dependienta en la tienda en la que estaba antes, o en una agencia de comunicación. Pero pensaba: ‘¿Quién me va a contratar ahora en otra cosa que no sea pública?’. Mi plan C era dejar mi piso, volver a casa de mi madre y trabajar en lo que pillase.
Ahora ha vuelto a coger un micro gracias a Gleeden, una app de citas.
Sí, estoy muy contenta con ese proyecto. Se pusieron en contacto conmigo y me propusieron hacer reportajes en la calle, y como eso es lo que más me gusta en esta vida, no lo dudé. Es una forma diferente de hacer reporterismo pero me lo estoy pasando muy bien y consiguiendo muchas visitas. Están muy contentos conmigo y yo con ellos porque me han devuelto el micrófono. Lo estoy disfrutando mucho.
¿Y cómo está su corazón? Hace poco tuvo una cita con su crush secreto…
Mi corazón está perreando (ríe). Superar una ruptura es muy difícil, y sobre todo si es una como las mías, pero ahora he vuelto al mundo de las citas. Mi amiga Ana me veía llorar todos los días y me dijo: ‘Hasta aquí. Tienes que volver al mercado, a reírte y a sentirte deseada’. Así que en este momento estoy pasándolo muy bien, quedando con hombres muy guapos y divertidos. Yo siempre digo que estoy en modo ‘Marta Bradshaw’. Es verdad que he quedado con mi crush, un modelo que seguía por Instagram y con el que había hablado antes de empezar mi anterior relación. Retomamos el contacto hace semanas y me invitó a cenar, y aunque al principio estaba rallada al final le dije que sí, pero vamos, que no es solo con él, estoy teniendo un montón de citas, disfrutando de mí.
¿Alguno de esos hombres podría convertirse en su pareja?
Estoy en otro momento. Ahora mismo solo quiero congelarme los óvulos porque sé que quiero ser madre en el futuro, aunque por ahora no. Tengo 36 años y si no lo hago ya, no me van a dejar hacerlo más adelante, pero ahora solo quiero divertirme.
¿Se plantea ser madre soltera si no encuentra al hombre adecuado?
Sí, por supuesto. Tengo clarísimo que quiero ser madre, es una cosa que está hablada en mi casa, y si veo que el amor no llega y quiero ser madre, por supuesto que lo haré. No tengo ningún problema ni miedo al respecto. No me pongo ninguna presión sobre la pareja.
¿Tiene alguna fecha límite para ser madre?
Yo creo que la fecha límite son los 40, aunque ahora veo a gente que le da por ser madre pasados los 60… Evidentemente, para ser madre, me gustaría tener una situación laboral más estable.
Ahora está en plena 'operación buenorra' . ¿Ha sido el deporte uno de sus apoyos a la hora de salir adelante?
Por supuesto. Igual que digo que las pastillas han sido fundamentales, el deporte ha sido clave. Yo no había hecho deporte jamás en mi vida, pero las pastillas hinchan mucho porque retienen líquidos, y cuando estaba en los momentos de depresión más profunda, engordé y pensé que tenía que hacer algo con mi vida. Creía que iba a durar un día haciendo deporte, y de hecho estuve sin poder moverme al día siguiente, pero aguanté sin rendirme y de repente dejó de costarme tanto esfuerzo hacer deporte. Ahora es una necesidad. Estoy conociendo gente muy buena, personas sanas que se cuidan y me motivan, gente que no tiene nada que ver con los entornos en los que me movía antes.
Se ha convertido en un ejemplo a seguir para muchas mujeres que pasan por lo mismo que pasó usted…
Bueno… Es verdad que hay muchas seguidoras que me escriben con inseguridades, depresiones u otros problemas de salud mental, y me dicen: ‘Me encantaría ser tú’. Yo les respondo a todas que ahora me ven en mi mejor versión, pero yo he pasado por eso también. Hay que darse tiempo para estar fatal, para estar en todo lo alto y para estar en la mitad.
Está a tope con el boxeo. ¿A quién le gustaría dejar KO sobre el ring?
A Jorge Javier Vázquez. No sé si en un ring, pero sí me gustaría verle en algún momento de mi vida en algún otro sitio…
¿Cómo ve el Telecinco actual?
Lo veo aburridísimo. Independientemente de que ahora yo esté fuera de ahí, es todo aburridísimo: los realities, las personas nuevas que han metido… No están entreteniendo a nadie. Me parece bien que se quiera cambiar el enfoque y no hacer daño, pero una cosa es eso y otra muy diferente es aburrir a la audiencia. Los números están ahí, no saben por dónde tirar…
Como periodista del corazón, ¿qué es lo que más le duele haberse perdido?
Me da mucha rabia no haber podido estar en los Grammy porque habría hecho un reportaje de los míos bestial. Además de eso, el tema de Daniel Sancho me flipa. En Ana Rosa no me dejaban hacer sucesos porque decían que no me pegaba, pero me alucinan. De hecho, yo conseguía cosas de sucesos pero no me dejaban darlo a mí. Por otra parte, lo de Genoveva Casanova y Federico de Dinamarca me ha hecho reflexionar sobre la diferencia en cómo trata a unas y a otras en televisión. No debería haber mujeres de primera y de segunda, sobre todo si se trata de una trabajadora de la casa, pero bueno, ya se ha visto el trato que se me dio a mí y el que se está dando a Genoveva Casanova. Espero que se haga justicia dentro de poco.
¿Cuál es el mejor consejo que le ha dado alguien?
‘Por mucho que llueva, nunca llueve eternamente’. Por muy negro que veamos un día, al mes siguiente seguro que no parece para tanto. Hay que seguir respirando pase lo que pase.
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