Biografía

Napoleón y el sexo: Ni tan libertino, ni tan enamoradizo

La figura del emperador, rescatada por Ridley Scott, sigue dando que hablar. Ahora son sus realaciones íntimas

Joaquin Phoenix en la nueva película 'Napoleón'
Joaquin Phoenix en la nueva película 'Napoleón'Sony Pictures

Napoleón Bonaparte tenía una personalidad compleja, pero atrayente. Tanto que la película de Ridley Scottt ha servido para reavivar su figura y lo hacemos desde todos los flancos. Era un brillante estratega, no cabe duda, pero también dejaba descollar esas otras cualidades que hacían de él un hombre egocéntrico, psicópata, cruel y misógino. Con este perfil, ¿cabría esperar que fuese un buen amante?

"Retrato de Napoleón en su gabinete de trabajo", de Jacques-Louis David
"Retrato de Napoleón en su gabinete de trabajo", de Jacques-Louis Davidarchivo

Después de las críticas que los historiadores han arrojado sobre la producción cinematográfica de Scott, hay un punto en el que no ha habido discordia: sus relaciones íntimas. Sería difícil cuestionar el amor de Napoleón hacia Josefina, pero ¿era suficiente para despertar en ella alguna pulsión sexual? ¿Podría provocar la mínima excitación con una carta manuscrita en la que en el mismo párrafo en el que le da a conocer sus hazañas bélicas y los miles de muertos que deja su ejército le dice "cómo me gustaría entrar en tu jardín"?

Amaba con prisa

Parece claro que entre las altas capacidades de Napoleón no estaba la sensualidad. Scott lo ha dejado claro y en las imágenes parece que es un hombre que ama con prisa. Esta es también la conclusión a la que ha llegado el historiador Alain Pigeard, autor de "Napoleón, enamorado". Su recuento de amantes para redactar la biografía del emperador le ha llevado a unas cuarenta conquistas amorosas a lo largo de su vida. Entre ellas, las más destacadas fueron Josefina y Marie Walewska. El resto, casi siempre sexo ocasional y acelerado. Sin preliminares.

La propia actriz Vanessa Kirby, que ha interpretado a la emperatriz, ha sentido la misma frialdad en el rodaje. "Joaquín Phoenix y yo estuvimos de acuerdo en que esta relación sería rara, muy inusual. Recuerdo que filmábamos las escenas de sexo cada vez de forma diferente y nos reíamos entre toma y toma", ha declarado al diario The Independent. Según los biógrafos, saltaba de la firma de documentos y decreto a la cama directo, sin ningún tipo de calidez.

Tres minutos y sin desenvainar la espada

En "La Cartuja de Parma", una de las novelas más reconocidas de Stendhal, el escritor francés describe encuentros sexuales con sus amantes de apenas tres minutos: "A menudo su mameluco estaba detrás de un biombo… A veces pedía a la señora que se quitara la camisa y, sin molestarse, la despedía". Era algo que desesperaba a las parisinas. A veces ni siquiera llegaba a desprenderse de su espada. El detalle les hacía sentirse despreciadas.

Como la documentación es abundante, Napoleón sí pudo tomarse algún tiempo para cuidar su relación con Josefina, sobre todo en sus inicios. El historiador Jacques-Olivier Boudon destaca que existen algunas cartas muy ardientes de esa primera época de enamorados en las que se deleita con algo más dulzura con algunas partes de su cuerpo.

Quienes han estudiado exhaustivamente la figura de Napoleón saben que sus campañas militares le dificultaron mantener una vida sentimental o sexual al uso. Perdió la virginidad con una prostituta y este hecho impulsó una vida sexual desenfrenada en cuanto a experiencias en cantinas y burdeles. Una vez en el poder, ejerció una lucha férrea contra la prostitución con el fin de evitar enfermedades venéreas. Fue entonces cuando buscó el calor en cantantes, actrices y mujeres cercanas a la corte. A pesar de todo, no puede decirse que fuese ni un libertino ni un pervertido. Toda su vida sentimental podría resumirse en una frase que se le atribuye: "Creo que un gran hombre no debería tener ni corazón ni sexo".