Crisis diplomática
Anuncian la pronta liberación de los 49 soldados marfileños que aún pueden generar una guerra panafricana
Tras meses de negociaciones concluye la crisis que ha afectado al conjunto de África Occidental, la ONU y Francia
Hoy se cumplen 90 días desde que el Gobierno de Mali encarceló a 49 soldados marfileños. En una de las mayores crisis diplomáticas del año han participado una multitud de naciones y organismos internacionales de máxima importancia, como la ONU, la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), la UE, en fin, Rusia, un número relevante de poderes. Y desde que 49 soldados marfileños fueron detenidos en el Aeropuerto Internacional de Bamako, acusados por las autoridades de ser “mercenarios” que habían llegado con intención de “desestabilizar” el gobierno de Assimi Goita, han ocurrido un sinfín de sucesos en el mundo: se ha publicado la primera captura del telescopio James Webb, Putin se ha anexionado ilegalmente más de un 20% de Ucrania, ha fallecido Isabel II, España ha ganado la Eurocopa de baloncesto, han tenido que venir a gritar los niños de Ahúja...
Desde la CEDAO hasta la ONU
Poniendo el microscopio en África Occidental: Costa de Marfil reaccionó con pasmo ante las acusaciones malienses y no tardó en exigir que les fueran devueltos sus soldados, apelando continuamente a la autoridad de la CEDEAO para que mediara. La CEDEAO medió. Envió el pasado 29 de septiembre una delegación formada por los presidentes de Togo, Ghana y Gambia para que se reunieran con Goita, pero donde nunca quedó muy claro si sirvió de algo que hablaran. Un funcionario maliense se limitó a comentar al término del encuentro que “las cosas saldrán según la voluntad de Dios”. La CEDEAO había impuesto varias semanas antes unas sanciones que podrían considerarse benevolentes, ya que dificultaban meramente ciertos tipos de transacciones financieras entre Guinea Conakry y Mali. La CEDEAO (actualmente dirigida por Sissoco Embaló), como puede verse, tomó una parte activa en las negociaciones entre Mali y Costa de Marfil.
Tras unas primeras semanas de tensos tiras y aflojas donde Goita aprovechó también para pelearse con otros países de la comunidad africana, el Secretario General de Naciones Unidas decidió intervenir. En un comunicado (y posteriormente en una entrevista a la televisión francesa) afirmó que los secuestrados no eran mercenarios, sino militares marfileños que habían acudido para dar apoyo a los cascos azules alemanes destinados en Mali. Aseguró que el Gobierno maliense estaba informado del relevo y que dicho procedimiento era algo habitual en el Aeropuerto de Bamako, donde siempre están saliendo y entrando soldados a sazón de la misión que desarrolla la ONU en el país. Pero el Ejecutivo de Goita seguía negando que fuera así y llegó a expulsar al portavoz de la ONU en Mali como respuesta a las declaraciones de Guterres.
Sin embargo, y pese a tantas discusiones, hubo un milagro. Llegó el 4 de septiembre y se hizo público un gran logro para las delegaciones de Costa de Marfil: tres de los soldados, concretamente tres mujeres soldado, serían liberadas por el Gobierno maliense en las próximas horas y podrían regresar a su país de origen. La CEDEAO y el resto de observadores acogieron este gesto con optimismo. Liberadas las tres mujeres, las negociaciones de seguro que habían tomado un rumbo adecuado.
Teorías de conspiración
Pero la liberación de las tres soldados se demostró el 24 de septiembre como un espejismo, cuando el Primer Ministro maliense dio en aquella fecha un discurso histórico (en opinión de muchos de sus compatriotas) frente a la Asamblea General de la ONU. En él dijo que las tropas francesas les estaban “apuñalando por la espalda” desde que se retiraron en junio de este mismo año, pero también se ciñó con el compromiso de su gobierno respecto a los plazos pactados para concluir la transición política de su país, actualmente gobernado por una junta que accedió al poder tras un golpe de Estado. También señaló desde la palestra al Presidente de Níger, su país vecino, asegurando que no era nigerino de nacimiento; un feo gesto que llevó a que Níger llamara de vuelta a su embajador en Bamako y que subió unos decibelios el escándalo multinacional. Incluso acusó al presidente de la CEDEAO de “mimetismo” con la ONU. No hace falta decir que el discurso de Maïga derrumbó todos los avances en la negociación y el proceso volvió a estancarse. Ahora quedaban 46 soldados marfileños en Bamako.
No es seguro que sean marfileños, sin embargo. Hay fuentes que aseguran que entre los 46 soldados se encuentran varios efectivos togoleses y liberianos, entre otras nacionalidades africanas, y que tres de ellos pertenecerían a la Legión Extranjera. Los seguidores de Goita acuden a recursos como este cuando les llega el turno de defender su posición, y cuando hablan de Francia y de su Legión Extranjera se les ocurren muchísimas cosas más que denunciar.
Francia omnipresente
Es entonces cuando entra un nuevo agente: Francia. No quepa duda que la crisis de los soldados marfileños ha afectado a diferentes capas del poder (desde Estados hasta comunidades internacionales), y sus repercusiones también resonaban en el Elíseo. Cabe a tener en cuenta que una parte importante de las políticas internas de Goita consisten en culpar a Francia de los males de su pueblo, a la que incentiva a sus ciudadanos a abrazar con entusiasmo la entrada de tropas y empresarios rusos en el país. A sus ojos y los de sus allegados (Maïga ya lo denunció ante la ONU), Francia ha armado a terroristas en el centro del país y desea únicamente hacerse con el único tesoro que le queda a Mali, su oro.
Inmersos en este rifirrafe que arrastran Francia y Mali, buscamos con interés al país de África Occidental que mejores relaciones mantiene con los galos y, en efecto, no parece casualidad que este sea Costa de Marfil. Las relaciones comerciales que Macron y sus predecesores han establecido con Abiyán superan con creces a las de otros países en sintonía con Francia, como Senegal y Níger. La boda del actual presidente marfileño, Alassane Ouattara, la ofició el entonces alcalde Sarkozy, y hay más. Por ejemplo, Francia fue la responsable de conseguir que Ouattara accediera al poder tras ser elegido en las elecciones de 2011, cuando una parte del país se alzó en armas para evitarlo. Actualmente se cuenta con 900 efectivos franceses en Costa de Marfil, que gozan del estatus de “fuerza de presencia”.
A ojos de Mali, Costa de Marfil no deja de ser una extensión de Francia en África. Así, para ellos, un enfrentamiento con los marfileños es también un enfrentamiento con los galos. La detención de los soldados marfileños se trata de un ataque directo a Costa de Marfil y de un ataque indirecto a Francia, y prueba de ello son las consignas antifrancófonas que barruntan los seguidores de Goita cada vez que justifican la retención de los soldados marfileños. Ahora habla Mamadou, jefe de un poblado al sur de Mali: “Costa de Marfil no fue quién tomó la decisión de mandar a los mercenarios para desestabilizar nuestro país. Fue Francia. Dicen que son soldados marfileños pero realmente los ha enviado Francia”. Y como él, opinan muchos más.
Cada paso que retrocede Francia en el continente, es un paso que Rusia avanza. Cada día que se enquistó la negociación del regreso de los 46 marfileños, los rumores contrarios a la potencia que les colonizó aumentaron un decibelio más. Así encontramos que la crisis de “los 46″ (así se les conoce ahora) se ha transformado en un amalgama de reproches que atravesaron las calles de Nueva York, París y una retahíla de países africanos que se involucraron en mayor o menor medida. Una crisis que ahora termina, para alivio de tantos. Solo queda conocer el lugar exacto donde serán devueltos los soldados (las primeras informaciones apuntan que los hombres liberados tomarán un primer avión a Lomé, y que subirán desde allí a un segundo vuelo con destino a Abiyán) para poner un punto final a esta virulenta historia. Que poco se ha hablado en España pero que ha sido un episodio crucial para comprender el deterioro de las relaciones entre Mali y Europa.
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