Ataque contra civiles

«No hay forma de esconderse de la guerra»

Concluye la búsqueda de supervivientes en Dnipro. Yevhen, cirujano, salvó la vida a Olga, su mujer, herida en el bombardeo ruso del sábado a su edificio de viviendas

Familiares y amigos reaccionan durante una ceremonia fúnebre por Mykhailo Korenovsky, un entrenador de boxeo que murió en un bombardeo en Dnipro
Familiares y amigos reaccionan durante una ceremonia fúnebre por Mykhailo Korenovsky, un entrenador de boxeo que murió en un bombardeo en DniproARTEM BAIDALAAgencia EFE

La búsqueda de supervivientes ha terminado en Dnipro. 45 personas perdieron la vida después de que un misil ruso destruyera gran parte de un edificio residencial de 9 pisos el sábado. Olga Botvinova permaneció milagrosamente con vida a pesar de la grave pérdida de sangre. Fue salvada por su esposo, y ya está buscando volver a trabajar, negándose a sucumbir al terror de Rusia a pesar de que la guerra afectó drásticamente su vida ya por tercera vez.

“Dios debe haberlos cubierto con esa manta”, dice Yulia Sotcenko, amiga cercana y colega de Olga, quien ahora cuida a la mujer herida y a su esposo Yevhen en el hospital.

Explicó a LA RAZÓN, desde Dnipro, que Olga y Yevhen estaban dentro del apartamento en el noveno piso cuando impactó el misil ruso. “Olga acababa de llegar a casa cuando se apagaron las luces ya que todo el país está sufriendo cortes de energía debido a los ataques rusos. Hacía bastante frío en el apartamento y la pareja se metió bajo la manta para calentarse. Inmediatamente después de que Olga se uniera a su esposo en el sofá y se cubriera con la manta, ocurrió una explosión”.

Al abrir la puerta, el abismo

La pareja estaba desorientada y corrió hacia la puerta para intentar escapar por las escaleras. Cuando la abrieron, vieron que no había nada allí, solo un abismo. El resto del edificio lateral se derrumbó mientras parte de su apartamento quedó colgando.

Los equipos de rescate retiran los escombros de un edificio de apartamentos destruido por un ataque ruso con cohetes en un barrio residencial de la ciudad de Dnipro
Los equipos de rescate retiran los escombros de un edificio de apartamentos destruido por un ataque ruso con cohetes en un barrio residencial de la ciudad de DniproEvgeniy MaloletkaAgencia AP

Solo entonces notaron que Olga estaba sangrando profusamente. Una arteria cerca de su sien resultó herida. “Yevhen le salvó la vida”, dice Yulia. Es cirujano así que sabía lo que tenía que hacer. Presionó la arteria y colocó un vendaje improvisado para minimizar la pérdida de sangre. Cuando los rescatistas llegaron al edificio, sumido en la oscuridad y con gente gritando bajo los escombros, Yevhen comenzó a señalar con una linterna de mano que necesitaban ayuda.

“Descubrí más tarde que yo era el único que hacía eso. Las personas en otros apartamentos restantes probablemente estaban demasiado heridas como para siquiera llegar a las ventanas”. Pasaron 3,5 horas antes de que la pareja llegara al hospital. Olga se desmayó y perdió mucha sangre. Aun así, la salvaron. Ahora está en camino de recuperarse. Yevhen solo se hizo un corte en la frente.

“Tuvieron suerte porque el sofá en el que estaban acostados estaba justo al lado de la ventana pero mucho más bajo que ella, por lo que la mayor parte de lo que voló hacia su apartamento se quedó más atrás de donde estaban”, explica Yulia.

Revela que Olga y Yevhen han perdido todo lo que tenían por tercera vez. Olga tuvo que huir de Donetsk en 2014, cuando empezó la guerra allí, y de Jerson después de que fuera ocupada. Justo antes de la tragedia, Yevhen trajo la mayoría de sus pertenencias desde Jersón. La ciudad sureña sigue siendo bombardeada por Rusia así que podían volver allí desde Dnipro. Yulia revela que hace dos días, la casa de Olga y Yevhen en Jersón también fue alcanzada y dañada por un misil ruso.

“Este tipo de ataques están teniendo un impacto psicológico muy fuerte. Rusia aterroriza a Ucrania porque quiere que los ucranianos pierdan la esperanza, abandonen su país y se rindan”, dice Yulia. Subraya que el edificio destruido se encuentra en medio de una zona residencial tranquila y pacífica sin objetos militares o de infraestructura cerca. Está segura de que los rusos están deliberadamente atacando viviendas de civiles ya que no logra asustar a los ucranianos al destruir su infraestructura energética.

“Era sábado. Los rusos debieron entender que mucha gente estaría en casa por lo que el ataque sería aún más mortífero que durante la semana”.

“No hay forma de esconderse de la guerra, te puede encontrar en cualquier lugar”, dice Yulia, quien subraya que ataques similares ocurren casi a diario en todo el país. Añade, sin embargo, que uno “solo tiene que creer en Dios, en su ángel guardián, y seguir viviendo”.

Aun así Yulia cree que los rusos van a fracasar en su intento de doblegar la voluntad de los ucranianos.

“Lo primero que dijo Olga en el hospital fue preguntar por sus clientes y su trabajo. Todavía se siente débil, pero ya está buscando volver a ayudar a la gente”. Olga es psicóloga y coach empresarial que trabaja para apoyar a los ucranianos, influenciados por la guerra, tanto dentro como fuera de Ucrania.

“Podría haberse ido a cualquier lado pero conscientemente decidió quedarse en Ucrania y ayudar en todo lo que pudiera”, explica Yulia quien dice que Dios debió dejar con vida a Olga y Yevhen para que sigan ayudando a la gente.

Cuando se le preguntó qué iba a hacer a continuación, Olga simplemente respondió que quería vivir y hacer cosas, a pesar de todo, sin dejar entrar la ira y la decepción y sintiéndose una víctima. “Ella ama mucho la vida y quiere compartir este sentimiento con todos los que la rodean”, dice Yulia.

En este momento, Yulia es testigo de la avalancha de ofertas de ayuda de empresas locales y particulares, que ofrecen de todo, desde ropa y comida hasta alojamiento. “Todo lo que Olga y Yevhen tenían consigo cuando fueron al hospital fueron sus teléfonos y documentos mientras toda la ropa estaba ensangrentada”, explica Yulia.

Subraya que los ucranianos han sentido el enorme apoyo humanitario y financiero de la gente en muchos otros países. Esto ayuda a personas como ella que también tuvo que huir de Jerson mantenerse a flote.

“Sin embargo, cuando se trata de armas, necesitamos más. Sé que nuestros soldados simplemente no tienen suficiente para repeler la agresión rusa más rápido”.